Maté en la Catedral de Santiago de Compostela - Foto: Fundación Euskadi Twitter (Antonio Ortiz)
El ciclismo profesional va más allá de la pura competición. Y sino, que se lo digan a Luis Ángel Maté. El ciclista andaluz del Euskaltel-Euskadi, después de acabar La Vuelta, ha comenzado su particular viaje de regreso a casa… en bicicleta.
Parece que Maté no ha tenido suficiente con los más de 3.400 kilómetros que recorrió durante las tres semanas de competición en la última grande de la temporada. Sin tiempo para descansar, se enfundó las bolsas de bikepacking en su bicicleta para sumar casi 1.000 kilómetros más – con 11.400 metros de desnivel positivo – antes de llegar a su ciudad de residencia, Marbella. En el viaje lo acompaña su amigo y también apasionado de la bicicleta, Antonio Ortiz.
Una aventura que ha denominando ‘La vuelta de La Vuelta’ – buen juego de palabras – como el propio Maté explica en un artículo en la revista Volata. “Todavía tengo ganas de más y me he montado otra fuga entre Santiago de Compostela y Marbella de casi 1.000 km. Pero los voy a recorrer de otro modo, sin prisas, al ritmo que me pida el cuerpo y a lo largo de seis día en una aventura de bikepacking tranquilo”, comenta.
Y hace una reflexión que vale mucho la pena poner en valor: “El ciclismo para mí es más de un deporte o que mi trabajo, es una forma de entender la vida y también de saber quién soy. Simplemente, quería coger mi bici e irme a casa sin utilizar ni el avión ni el coche, con mis propios medios, por estar en armonía conmigo y con el entorno.
Maté no es el primer ciclista que después de acabar una carrera de primer nivel vuelve a casa en bicicleta. En 2018, Thomas de Gendt y Tim Wellens hicieron lo propio desde Lombardía hasta Bélgica, en una ruta también de 1.000 kilómetros durante 6 días.
A sus 37, el ciclista andaluz ha completado 16 grandes vueltas: 10 ediciones de La Vuelta y 6 del Tour de Francia. Un corredor que a pesar de tener dos únicas victorias como profesional en el Tour de San Lus (2010) y en la Route du Sud Cycliste (2011), todo compañero querría tener en su equipo.