AFP
La primera Gran Vuelta de la temporada ya es historia y nos dejó variedad de acontecimientos durante estas tres semanas y protagonistas que a continuación vamos a analizar.
Fueron veintiún días donde hubo sonrisas y lágrimas, caídas y abandonos, llegadas en solitario y otras más apretadas, días de sol veraniego y otro días de lluvia a cántaros pero sobre todo, una carrera apretada y llena de emoción.
Índice de contenido
Estos han sido los nombres propios del Giro d’Italia 2021:
El gran vencedor del Giro d’Italia 2021 que con veinticuatro años ha conseguido anotar su segunda Gran Vuelta en su palmarés y se queda solo a una Vuelta a España para poder entrar en el selecto club de corredores con victoria final en las tres grandes.
Grandes demostraciones de fuerza y superioridad en los finales en alto que le valieron vestirse de rosa con la victoria en Campo Felice y corroboró con su segunda victoria parcial en Cortina d’Ampezzo. Al día siguiente, en Sega di Ala, sufrió una crisis con la que permitió a otros corredores como Simon Yates o Joao Almeida unirse a la fiesta por la clasificación general pero a la cabeza vinieron los fantasmas del pasado Tour de Francia para no volver a dejar pasar la oportunidad de ganar otra grande.
El corredor alavés siempre levanta expectación antes de las grandes vueltas por el rendimiento que puede tener pero finalmente se queda a las puertas del podio por pérdidas de tiempo ocasionadas en etapas de poca trascendencia.
En esta ocasión, su rendimiento fue bueno en el primer final montañoso de Sestola que pudo terminar en el reducido grupo de Bernal, Ciccone, Vlasov y Carthy y nos daba esperanzas de que esta Gran Vuelta fuera la suya, la de poder silenciar a sus críticos. Al día siguiente, en una isleta en medio de la carretera y circulando dentro del pelotón, colisionó contra una señal de tráfico junto a Joe Dombrowski a tan solo cuatro kilómetros para la llegada que le ocasionó una fractura de clavícula y de varias costillas que le obligó a abandonar el Giro d’Italia 2021.
El veterano corredor italiano del equipo Bahrain-Victorious y el que tenía que ser escudero de Mikel Landa, suplió la baja del vasco a la perfección. Se encontró a partir de la sexta etapa con un cambio de rol en sus funciones que, junto a Pello Bilbao, tuvo que suplir para poder cambiar las caras largas que sufrían los compañeros después de perder a su líder de equipo en la etapa menos pensada.
Sin tiempo para lamentarse, el día de Ascoli Piceno ya terminó cerca de los favoritos, en Montalcino se metió en plazas de podio y en Cortina d’Ampezzo se erigió como posible competencia directa de Egan Bernal. En la jornada de Sega di Ala en la que Bernal tuvo su crisis de forma, el italiano se había quedado previamente descolgado y si el colombiano se iba, prácticamente decía adiós a sus opciones. Por la radio le avisaron de que Bernal sufría una pájara y esto le dio fuerzas para aferrarse a él, tanto que si no fuera porque él iba tocado también, podría haberle restado tiempo en la general y poner patas arriba la carrera. Su excelente carrera se vio recompensada con la victoria en la penúltima etapa y con el segundo cajón del podio final de Milán.
El corredor de Getxo sabe de la importancia de su trabajo dentro del equipo Ineos-Grenadiers como principal apoyo a los líderes de equipo. Supo reconvertir su rol de magnífico contrarrelojista hacia un mejor gregario de equipo.
Sin ningún reproche en sus actuaciones, está supliendo magníficamente la misma labor que hacía Mikel Nieve antes de irse en 2020 hacia el actual Team BikeExchange. Se le ha podido ver y no es ninguna novedad, tirar más de 30 kilómetros solo en el llano o en las rampas más duras de los puertos italianos que han contribuido al triunfo final de Bernal en el Giro. Sin lugar a dudas, un seguro de vida para cualquier ciclista que vaya a disputar la clasificación general.
El fiel escudero de Egan Bernal en este Giro de Italia destacó por llevarle hasta los finales de etapa lo mejor arropado posible. En la memoria ciclista de los aficionados quedará la arenga a su compatriota el día en que Bernal pasó apuros en el alto de Sega di Ala (11,2 km al 9,8% de pendiente media) donde se pudo ver que el gran estado de forma del corredor colombiano durante todas las etapas se veía mermado.
Saltaron las alarmas y la clasificación general se apretaba aún más a falta de cuatro días para el término del Giro pero con el trabajo de Martínez y sobre todo los ánimos de colombiano a colombiano, terminaron en final feliz. Todo el esfuerzo realizado, le valió para ser quinto en la clasificación general y con vistas a ser un buen candidato para ganar vueltas por etapas de una semana.
Que decir del triple campeón del mundo que no sepamos. Después de sus tres maillots arcoíris consecutivos logrados en Richmond, Doha y Bergen y ostentando el record de siete maillots verdes de la clasificación por puntos en el Tour de Francia, el ciclista esloveno solo tenía un objetivo en este Giro, conseguir la maglia ciclamino.
En la edición pasada se quedó a las puertas, solo superado por un imbatible Arnaud Démare que con cuatro triunfos de etapa y luchando por los puntos en las metas volantes pudo saborear el sabor del triunfo en el podio final. Sólo un triunfo de etapa para Sagan en esta edición pero con cuatro Top-5 en las etapas llanas y puntos cosechados en metas volantes que se sumaron al abandono de Caleb Ewan, su principal rival para vestirse con este maillot en Milán y al pobre rendimiento de otros sprinters como Gaviria y Viviani en los finales masivos.
En la contrarreloj inicial ya advirtió de sus intenciones con su séptima posición y en Ascoli Piceno se sitúo en segunda posición de la general llegando con los favoritos. Conservó la posición hasta que en Montalcino, final de la segunda semana de carrera, perdió un par de minutos respecto a Bernal. Pero la gran explosión la sufrió en Cortina d’Ampezzo, cuando perdió la friolera de veinticuatro minutos de diferencia con Bernal. Al día siguiente en Sega di Ala, otros tanto treinta y cinco minutos, hundiéndose en la clasificación general y decidió no tomar la salida en la decimoctava etapa.
No fue su final deseado pero nos tuvo durante dos semanas con la sensación de que iba a hacer algo grande. Sin lugar a dudas, una lección aprendida para afrontar los siguientes retos aún más reforzado y recordemos que tan solo tiene veintiún años.
El ciclista portugués de Deceuninck-Quick Step fue de menos a más durante las tres semanas de competición. Al principio a las órdenes de su líder de equipo para la carrera Remco Evenepoel pero una vez este perdió tanto tiempo para la lucha por la clasificación general, tomó las riendas y demostró que liderar la corsa rosa el pasado año durante tantas jornadas y terminar en cuarta posición en la general no fue un espejismo.
Al final, el joven corredor que no va a renovar con la estructura belga a final de temporada, salvó los muebles en un equipo del que con su líder insignia se esperaba más y pudo terminar sexto en la clasificación general con una última semana en la que fue el principal protagonista.
Buena regularidad del corredor húngaro de Groupama-FDJ. Llegó con los favoritos en la etapa con final en alto de Ascoli Piceno y formó parte de la fuga en el quebrado final de Sestola para vestirse con el maillot rosa de líder del Giro.
Aunque sólo pudiera mantenerlo durante tres jornadas sobre todo por la victoria magistral de Bernal en Campo Felice, se mantuvo durante la segunda parte de la carrera como un corredor sólido y consiguió terminar dentro del Top-15 de la general final. Es un corredor de tan solo 22 años y junto al líder Thibaut Pinot, puede ser un corredor referencia en el conjunto galo para las grandes vueltas.
Como ya hizo en la edición pasada del Giro, el actual campeón del mundo en contrarreloj se vistió de rosa en la primera jornada de la carrera de casa siendo el más rápido en las calles de Turín e hizo lo propio el último día en las calles milanesas.
A día de hoy es indiscutible que le quiten el honor de ser el mejor contrarrelojista del momento y en las dos etapas que hubo en la carrera italiana lo demostró con bastante holgura, sacando a sus rivales más de diez segundos en ambas pruebas. También se le pudo ver metido en alguna escapada y contribuyendo al trabajo en favor de su líder de equipo, Egan Bernal.
El equipo comandado por Alberto Contador e Ivan Basso, fue uno de los grandes animadores de la carrera e insistió etapa tras etapa intentando buscar la épica en las diferentes fugas en las que formaron parte. Como bien dice el dicho, todo esfuerzo tiene recompensa y llegó en el mejor día posible.
El italiano Lorenzo Fortunato consiguió una victoria para el recuerdo en la corta historia del equipo llegando en solitario en la cima del mítico Monte Zoncolan. A la postre, el joven corredor de tan sólo veinticinco años logró quedar 16º en la general final en la que fue una edición que ni en los mejores sueños los directores del equipo podrían imaginar.