Los nombres propios de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020

Publicado por
Pau Mitjans
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Los aficionados al ciclismo podemos estar satisfechos. Las pruebas de carretera y de Mountain Bike de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 han dejado imágenes, historias y nombres propios para el recuerdo. Han sido días de reivindicaciones, de exhibiciones, de resurgimientos, de sorpresas… unos Juegos que nos dejan un buen sabor de boca y que nos demuestran, una vez más, que el ciclismo es un deporte que está más vivo que nunca.

El oro más reivindicativo de Richard Carapaz

 “El país [Ecuador] nunca creyó en mí. El oro me pertenece a mí y a todos los que realmente me apoyaron en su momento”. Así de claro fue Richard Carapaz después de imponerse en solitario en la meta situada en el autódromo de Fuji. El ecuatoriano fue el más listo de la clase y aprovechó – junto a Brandon McNulty – un momento de duda del grupo de favoritos para escaparse. A seis kilómetros para el final, Carapaz dio el golpe definitivo y pudo saborear el oro en los últimos metros.

Sin duda, una demostración de clase y personalidad del ciclista ecuatoriano que llegaba a Tokio sin equipo y después de acabar tercero en el Tour de Francia. El de Carapaz fue también el primero de los dos triunfos del conjunto INEOS Grenadiers.

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Anna Kiesenhofer: Doctora en matemáticas, sin equipo profesional y medalla de oro

Estamos hablando de una de las historias de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. La austríaca Anna Kiesenhofer sorprendió a todo el mundo ganando la prueba en ruta femenina. Sin ser profesional, se impuso a la holandesa Annemiek van Vleuten y a la italiana Elisa Longo desde la escapada inicial. De hecho, van Vleuten llegó a celebrar la victoria, pensándose que no había nadie por delante… cosas de correr sin pinganillo.

Pero lo que más ha fascinado de Kiesenhofer es el currículum profesional y vital con el que ha llegado a Tokio. Anna es Doctora cum laude en Matemáticas por la Universidad Politécnica de Catalunya (UPC) desde 2016, vivió durante una temporada en un pueblo costero cerca de Barcelona, Arenys de Mar, y también tuvo tiempo de ganar la Copa de España femenina mientras preparaba la tesis. Llegó ser profesional durante unos meses con el equipo Lotto, pero dio un paso al lado porque le afectaba demasiado a su salud.

Kiesenhofer decidió cambiar de prioridades. Eso sí, con la bicicleta acompañándola en todas sus aventuras. En su vuelta a Austria – y ejerciendo de profesora en la universidad de Lausana – volvió a entrenar por su cuenta y se proclamó campeona en ruta y de contrarreloj de su país los años 2019, 2020 y 2021. Triunfos que le valieron el billete olímpico. Ahora también es campeona olímpica. Bienvenidas sean más medallas como la de Anna Kiesenhofer.

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El resurgir de Roglic y Dumoulin

Para escribir estas palabras nos tendríamos que poner en pie. Lo que han hecho Primoz Roglic y Tom Dumoulin en estos Juegos, lo merece. Dos resultados que, muy probablemente, son más importantes que cualquier otra victoria que hayan podido conseguir hasta la fecha. Dos hombres que, por motivos distintos, han tenido que hacer un ejercicio mental enorme para sobreponerse a las dificultades de los últimos meses.

El esloveno se colgó la medalla de oro en la prueba contra el crono sin dar opción a rivales como Van Aert, Ganna o Evenepoel. Un tipo que es capaz de perder un Tour de Francia en aquella famosa contrarreloj en la Planche des Belles Filles y que semanas después gana La Vuelta. Un corredor que pierde en París Niza contra todo pronóstico y semanas después triunfa en la Itzulia. Un ciclista que se retira del último Tour magullado hasta las cejas y sembrando dudas, pero se recupera y gana un crono en Tokio solo apta para los elegidos. Primoz Rolgic, siempre en mi equipo.

Y qué decir de Tom Dumoulin. Hace poco más de medio año anunció que dejaba el ciclismo profesional de forma temporal. “Tomé la decisión y el equipo me apoya. Es realmente como si me hubiera quitado una mochila de cien kilos de los hombros. Inmediatamente me desperté feliz. Me siento bien tras tomar la decisión de tomarme un tiempo para mí. Eso dice suficiente”, comentó en su día. De nuevo, la mente. La importancia de cuidar la mente. La necesidad de entender que los deportistas profesionales, por encima de todo, son personas.

Pues bien, gracias a ese parón, el holandés recuperó la ilusión y las ganas de montar en bici – lo pudimos ver en una cuneta animando a sus compañeros durante la Amstel Gold Race – y se ha colgado la medalla de plata en una contrarreloj de uno Juegos Olímpicos. El abrazo antes de subir al podio de Roglic y Dumoulin – ambos del Jumbo Visma – los ha hecho resurgir y borrar, por momentos, los fantasmas del pasado.

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Las dos medallas de van Vleuten

Otro de los nombres propios es el de Annemiek van Vleuten. El oro se hizo esperar. Si dicen que a la tercera va a la vencida, la ciclista holandesa del Movistar Team ha hecho bueno el dicho popular. En Rio de Janeiro 2016, una caída muy dura cuando lideraba la prueba en ruta la privó del metal. Pero este 2021 se ha podido quitar la espina. No sin antes volver a tocar el triunfo, celebrarlo en meta y darse cuenta, instantes después, que has sido plata. Solo le quedaba una bala: la contrarreloj. Y vaya si la ha aprovechó. Le sacó 56 segundos a su compatriota Van der Breggen.

Las exhibiciones de Tom Pidcock y David Valero

Tom Pidcock se ha ganado el derecho – por méritos propios – de sentarse en la mesa de los Van der Poel, Van Aert y compañía. El británico se colgó el oro con una auténtica exhibición en la prueba de Mountain Bike masculina con un dominio y un savoir faire impropio de un corredor del año 1999. Un ciclista, recordemos, que se rompió la clavícula en cinco partes a principios de junio, y que este 2021 debutó en el World Tour con el equipo INEOS con resultados destacados.

Y sobre David Valero… se hace complicado no repetir cosas que se hayan dicho ya. Cuando todo el mundo lo daba por muerto después de un enganchón en la salida – llegó a rodar en la trigésima posición –, el granadino nunca dejó de creer. A lo diésel, impuso su ritmo y fue dejando atrás a corredores de la talla de Nino Schurter, Henrique Avancini o Jordan Sarrou. Como ya hizo en su día su maestro Carlos Coloma, se colgó un bronce que sabe a oro. El propio Coloma y José Antonio Hermida, plata en Atenas 2004, se emocionaban al contar la gesta de Valero en algunos medios de comunicación. No hay para menos. “Acuérdate de tu hijo, vas a hacer historia” le decían un auxiliar en la última vuelta. Y vaya si se acordó. Como nos acordaremos todos cuando alguien cruce los conceptos remontada y Mountain Bike.

Jolanda Neff y una salvada que vale un oro

La rampa. ¡Ay la rampa! El punto de circuito que decidió tanto la prueba masculina de MTB, como la femenina. En el primer caso, con la caída de Mathieu van der Poel en los primeros compases de la prueba (sin rampa). En la segunda, con la salvada de Jolanda Neff al día siguiente (con rampa, pero trazando por la parte mala del salto). La suiza fue la gran dominadora y se impuso con autoridad, en un podio histórico para Suiza. Plata fue Sina Frei y bronce Linda Indergand. Neff dio una clase magistral de cómo trazar sobre mojado en un circuito marcado por la dureza y la técnica. Una de esas carreras para tener grabadas en vídeo y enseñarlas en las escuelas de ciclismo. Una corredora que, por cierto, contó en su día con la ayuda del exciclista catalán especializado en descenso, Óscar Saiz.

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Pau Mitjans