Llegados a este punto, hablar de Mathieu Van der Poel es hablar de un ciclista que marcará un antes y un después en la historia de este deporte cuando hablemos de clásicas. El ciclista neerlandés está llamado a ser el nuevo ‘León de Flandes’, después de ganar su segundo Tour de Flandes y también su segundo Monumento.
El hijo de Adrien van der Poel, también vencedor en Flandes en 1986, y nieto del mítico Raymond Poulidor, va camino de superar a sus predecesores y, por qué no, podría aspirar a convertirse en el cuarto corredor en ganar los cinco Monumentos del ciclismo, aunque no es nada fácil. Son muchos los condicionantes y factores que entran en juego, más allá de su inacabable potencial. Es algo que solo han conseguido a lo largo de la historia Eddy Merckx, Roger De Vlaeminck y Rik Van Looy.
Pero hay cifras que hablan por sí solas. Y la siguiente es una de ellas. De las diez participaciones de Mathieu Van der Poel en los Monumentos, en nueve ha acabado en el top-10, ganando dos Tours de Flandes y subiendo al podio hasta en cinco ocasiones. Solo se quedó fuera del top-10 en la primera Milán-San Remo que disputó, cruzando la línea de meta en 13º lugar. Unos números al alcance de unos pocos elegidos.
De hecho, Van der Poel ya sabe lo que es acabar entre los diez primeros en los cinco Monumentos. Algo que consiguió en dos años y medio, pero con una pandemia de por medio. En este sentido, ha subido al podio en Milán-San Remo, con un tercer puesto en 2022; en París Roubaix, con otra tercera posición en 2021; y, por supuesto, en el Tour de Flandes, su Monumento predilecto, con dos triunfos en 2019 y 2022, un cuarto puesto en 2019 y un segundo en 2020.
La regularidad del cuatro veces campeón del mundo de ciclocross es digna de todo un especialista en la materia. Las peores posiciones las ha conseguido en Monumentos donde hay cuestas más empinadas y largas como en Lieja-Bastogne-Lieja o subidas más prolongadas, como en el Giro de Lombardía. Los adoquines, las cotas cortas, el pavé y los recorridos largos se adapta más a su forma de correr.
El debut, en el Tour de Flandes
Como no podía ser de otra manera, el debut de Mathieu Van der Poel en un Monumento fue en su carrera estrella: el Tour de Flandes. Fue en la edición celebrada el 7 de abril 2019, que ganó por sorpresa el italiano del Education First Alberto Bettiol, seguido del danés Kasper Asgreen (Deceuninck-Quick Step) y del noruego Alexander Kristoff (UAE Team).
Van der Poel fue el segundo más rápido del grupo que luchó por el tercer puesto, cuando aún corría con los colores del Corendon-Circus, el actual Alpecin-Fenix.
La excepción la encontramos en su debut en la Milán-San Remo de 2020, que se adjudicó su gran rival en ciclocross, Wout van Aert, en aquél final agónico con Alaphilippe, en un sprint de foto finish.
Podríamos decir que Mathieu Van der Poel disputó “relativamente” tarde su primer Monumento si lo comparamos con otros grandes como Eddy Merckx (20 años), Roger De Vlaeminck (21 años), Fabian Cancellara (22 años) o Tadej Pogacar (20 años). Él lo hizo con 24 años, 2 meses y 17 días. Pero ya sabemos que esto no es ni cómo ni cuándo empieza, sino como acaba. Y de momento, va camino de poder sumar algunos más.
