El tropical mundial de Wollongong (Australia) ya está en marcha y con él el reparto de unos premios en metálico que parecen más del siglo pasado que de este.
A continuación, vamos a analizar unos premios que en muchas ocasiones no permiten ni costear el viaje de Europa hasta Australia. Unos premios que parecen más una broma de mal gusto que otra cosa.
Cierto es que hemos conseguido igualar los premios de la categoría masculina con la femenina, pero eso no quita que los premios continúen siendo ínfimos.
Es ridículo, por ejemplo, que ser medallista en un campeonato del mundo, tanto en ruta como en contrarreloj se pague con tan solo 2000 euros. Esta es la cantidad que ganará el ciclista que termine tercero tanto en la prueba en ruta como en la contrarreloj.
Por no hablar de que ser campeón del mundo, es decir, ser el mejor ciclista del mundo contra el crono se paga “solo” con 8000 euros. El segundo clasificado recibe un premio de 4000 euros.
Es surrealista que las bicicletas de los ciclistas cuesten más dinero que el premio que reciben como ganadores de la prueba.
Por no hablar de que si esto es lo que ocurre en las categorías elite, lo que sucede en las categorías inferiores si que es de risa.
El tercer clasificado del mundial Sub 23, es decir uno de los ciclistas con más proyección mundial, recibirá solo 1000 euros. Cantidad más que insuficiente para costear el viaje a Australia.
En la categoría sub 23, los premios, tanto para la ruta como para la crono, ascienden a 1000 euros para el tercero, 2000 euros para el segundo y 4000 euros para el primero. Lo que implica que el ciclista más prometedor del mundo “solo vale” 4000 euros. Cantidad también insuficiente para costear el viaje, el fisioterapeuta, el entrenador y otros gastos asociados a un viaje de estas características.
En la categoría junior la cosa es todavía más vergonzosa pero cabe matizar que quizá no lo es tanto si tenemos en cuenta que estamos hablando de menores de edad. El mejor junior del mundo, tanto en ruta como en contrarreloj cobrará en Australia 2000 euros, mientras que el segundo recibirá 1000 euros y el tercero, el premio más bajo de todo el mundial, recibirá solo 500 euros.
Todo este reparto se produce igual en la categoría masculina que en la femenina. Los premios son realmente bajos y es que lo que generan estos o estas ciclistas es muchísimo más.
Mediáticamente llevar el arcoíris durante todo un año tiene un impacto brutal, sin embargo, el premio económico es nefasto.
¿Si la UCI no quiere pagar todo el festival, cosa lógica en parte, porque no da paso a más patrocinadores?
En total en el mundial de Wollongong se repartirán 124250 euros. Una cantidad que atendiendo el gran número de categorías existentes y la variedad de las pruebas es más que escaso.