Inicio ciclismo profesional “Legalize my Cannondale”. ¿Por qué los ciclistas se vistieron de presos?

“Legalize my Cannondale”. ¿Por qué los ciclistas se vistieron de presos?

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Pese a la llegada de las redes sociales pocas marcas de bicicletas pueden presumir de haber conseguido un impacto tan mediático como el que consiguió Cannondale en las temporadas 2003 y 2004.

El fabricante americano, que por entonces era la firma que proporcionaba las bicicletas al equipo Saeco, se sacó de la chistera una verdadera maravilla comunicativa para reivindicar la ligereza de uno de sus mejores modelos.

El equipo y la firma de bicicletas venían de ser uno de los equipos más exitosos del pelotón internacional. A finales de los 90 Cipollini volaba raso en las llegada masivas a bordo de su Cannondale, mientras que Ivan Gotti y Gilberto Simoni hacían lo propio imponiéndose en la general de los giros de Italia de 1997 y 2003 respectivamente.

El equipo estaba de moda y para el Tour de Francia de 2003, Cannondale quería que Gilberto Simoni llevase un prototipo de la Cannondale Six13. Un modelo que tenían previsto sacar al mercado al cabo de poco tiempo.

Los americanos, innovadores y pioneros como otras tantas veces en su historia, tenían muy claro que la criatura llamada Six13, en homenaje a los números atómicos del carbono (6) y el aluminio (13) tenía todas las garantías de triunfar.

Habían conseguido una bicicleta que mezclaba el carbono de los tubos principales con el aluminio de otros puntos del cuadro. Lo mejor es que estéticamente habían logrado unos acabados pulidos y muy bonitos.

Todo parecía ir de maravilla hasta que se toparon con los señores de la UCI y con su regulación acerca del peso mínimo en carrera.

La bicicleta pesaba menos de los 6,8 kilos estipulados y por lo tanto no era apta para la competición.

Cannondale se ingenió unos lastres para que los ciclistas pudieran competir, pero el enfado era tal que decidieron reivindicarse y salir en una etapa del Tour de Francia con una equipación parecida a la de un preso y que lucía un desafiante “Legalyze my Cannondale”

El objetivo no era otro que dar a conocer la situación y manifestar su descontento con una normativa que sigue siendo idéntica a día de hoy.

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Los ciclistas del Saeco vistieron un uniforme similar al de los presos como reivindicación. Foto: Giro Italia 2004

Una norma absurda

Los disparates de la UCI con los calcetines, la posición del bicho bola o en lanzamiento de bidones por desgracia no es nada nuevo.

La Unión Ciclista Internacional sigue teniendo normas cuanto menos cuestionables y la del peso mínimo de las bicicletas seria seguramente el mejor de los ejemplos.

¿Qué sentido tiene que una norma que en 2003 ya frenó el desarrollo tecnológico de algunas marcas, 18 años después siga estando vigente? 

Probablemente ninguna y es que las marcas de bicicletas han demostrado sobradamente ser capaces de fabricar bicicletas seguras y fiables por debajo de los 6,8kg de peso.

La reivindicación del equipo Saeco, que se alargó también al Giro de Italia de 2004 es solo un claro ejemplo de la desconformidad de las marcas de bicicletas y de las estructuras deportivas hacia la UCI.

 


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