Los líderes de una potencia como UAE Team Emirates, que se apellidan como los dos jefes del PP madrileño, han dado en esta Vuelta a España una lección de convivencia en la que el ego nunca fue lo más importante.
A veces no se sabe donde está el ejemplo. Y el ejemplo te lo puede dar gente bastante más joven que tú. Y hasta te lo puede dar gente que, por casualidades de la vida, tiene tus mismos apellidos. Y esto es lo que pretendo contaros hoy una vez que la Vuelta a España ya sólo es un recuerdo.
Y entonces me debo detener en dos purasangres del PP y de la política de Madrid como Isabel Díaz Ayuso (43 años) y José Luis Martínez Almeida (47 años) y de las innumerables cuentas pendientes entre ellos que a menudo nos relatan los medios de comunicación y que, por lo visto, convierte la convivencia en esos despachos en un duelo de titanes.
La realidad es que algo así podía haber pasado en esta Vuelta a España en UAE Team Emirates, que es una potencia del ciclismo, donde uno que se apellida como el alcalde de Madrid, un portugués llamado Joao Almeida (24 años) ha visto como un chaval de 19 años, que se apellida como la presidenta de la Comunidad de Madrid, le ha movido la silla: Juan Ayuso.
Un chaval que venía a probarse a la Vuelta y que, es más, venía a trabajar para ti, Joao Almeida, que, además, nos había dejado con la boca abierta a primeros de agosto en la Vuelta a Burgos. De hecho, Almeida (que ya había pegado dos tiros al poste en el podio del Giro de Italia) tenía todo el derecho del mundo a ese liderazgo. El candidato silencioso, lo llamábamos.
Sin embargo, en la primera gran etapa decisiva de la Vuelta, en el alto de Pico Jano, Juan Ayuso (ese chaval que hasta hace dos telediarios era un adolescente) hizo brillantemente la guerra por su cuenta y Joao Almeida (un corredor tan característico por ir de menos a más) dejó de ser jefe de filas de la forma más natural.
Y no ha pasado nada.
En un deporte tan proclive al amor propio como el ciclismo, no ha pasado nada. Estos dos jóvenes nos han dado un ejemplo total de convivencia que quizá ese sea el mejor legado que se llevan los dos para el futuro y para la vida. Aprender de ellos es necesario.
Gracias, sobre todo, a Joao Almeida (que, en principio, era el jefe de filas) y gracias a Juan Ayuso porque nos ha demostrado que los jóvenes cuánto más valientes mejor. Como nos hicieron saber en el mayo del 68 francés, ‘seamos realistas, pidamos lo imposible’.
Y al final (que es lo último que me queda por añadir), el resultado les ha dado la razón. Ayuso ha sido tercero y Almeida quinto.
Y la sensación de que esto no ha hecho más que empezar para los dos: 19 y 24 años.
