La capacidad de sufrimiento en el ciclismo

Publicado por
Aleix Serra
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Que el ciclismo es un deporte agónico lo sabe todo el mundo por lo que hoy precisamente vamos a analizar esa capacidad agonística que separa a los buenos corredores de los grandes corredores. El sufrimiento va ligado al ciclismo de competición y ser capaz de aguantarlo, a partir de ciertos niveles, no está en manos de todo el mundo.

Para ello voy analizaremos dos tipos de sufrimiento que van directamente relacionados, pero que al mismo tiempo funcionan de forma ligeramente distinta.

El sufrimiento físico

Atribuimos al sufrimiento físico todo aquel sufrimiento que tiene que ver con el cansancio, con el dolor muscular, con los calambres y en definitiva con todo aquello que se siente y por supuesto se incrementa conforme el tiempo y/o la intensidad. El sufrimiento físico es muy complicado de identificar y valorar, pero es el que responde al entrenamiento y que se tolera mejor conforme más entrenado se está. A más entrenamiento, más tolerancia y por lo tanto menos sufrimiento a igualdad de condiciones.

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Los ciclistas entrenan muy duro para lograr asimilar mejor ese sufrimiento físico. Entrenar duro es importante pero también es muy importante descansar bien. Recuerda lo que decimos siempre: “más vale calidad que cantidad”.

El sufrimiento físico no tiene por qué estar asociado a la condición física. Cada uno a su nivel puede sufrir igual. Una persona de cualquier edad y condición física puede sufrir. Aquí es donde entran en juego las zonas de potencia de entrenamiento y las ventajas de los medidores de potencia (potenciómetros) frente a los pulsómetros.

El sufrimiento es claramente visible

El sufrimiento mental

El sufrimiento mental es muchísimo más complicado que el físico. Es lo que diferencia a los buenos ciclistas de los grandes campeones. La capacidad que tiene uno para aguantar altos niveles de sufrimiento.

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Evidentemente estar entrenado físicamente ayuda, pero se requiere de una gran fortaleza mental para resistir el sufrimiento cuando el ritmo es agónico.

Llegados a este punto algunos ciclistas se vienen abajo, mientras que otros se vienen arriba. Lo que está claro es que para ser un gran ciclista tienes que estar muy mentalizado de que te va a tocar sufrir de lo lindo. El ciclismo de competición, de cualquier disciplina, es eso.

Otra opción muy diferente es el cicloturismo donde lo que se busca es el ocio y cada ciclista determina hasta donde quiere tolerar el dolor.

El sufrimiento mental marca diferencias y es que en un puerto de montaña a todo el mundo le duelen las piernas. Aguantar en el grupo cabecero a veces es más cuestión de cabeza que de piernas. El puntito extra te lo va a dar más una buena cabeza que unas buenas piernas.

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En el ciclismo es clave encontrar el equilibrio entre sufrimiento mental y físico. El punto perfecto es aquel en el que disfrutas sufriendo de lo que más te gusta.

Recuerda que el dolor se soporta mejor y durante más tiempo con una buena cabeza. Al fin y al cabo, nuestro cerebro continuamente buscará una zona de mayor confort. El juego y la gracia están, en que estos pensamientos no te jueguen una mala pasada.

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Aleix Serra