“La bicicleta es lo que me levanta de la cama”

Publicado por
Alfredo Varona
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El gran Triki Beltrán perdió a su mujer en octubre de 2020 y ahora es un hombre que, a los 50 años, sigue compitiendo a gran nivel en carreras muy duras. “Hay días que me invade la pena pero a mi mujer le gustaría la vida que llevo”.

Sólo pesa 1 kilo más que en su época de profesional. Sigue compitiendo en carreras durisimas como la Titan Desert. Así es la vida del Triki Beltrán. Uno de esos ciclistas que, sin ganar una gran Vuelta, nos dejó marcados. Fue gregario de gente tan importante como Ullrich, Olano, Zulle, Tonkov y, sobre todo, Armstrong. Hoy, Triki abre su corazón, recuerda en voz alta a su mujer (fallecida por un cáncer de pulmón) y cómo sale él adelante. “Mi refugio está en la bicicleta”. Incluso es uno de los embajadores de la marca MMR. “Me tratan como si fuese familia”.

Triki Beltrán. Su recuerdo son palabras mayores.
Sencillo, sobre todo. Senen Pintado me puso este mote en Mapei en 1995 con el cachondeo. Yo siempre andaba pidiendo galletas y un día entré en la despensa pidiendo galletas y me dijo ‘te vamos a llamar Triki’.

Hasta Armstrong le llamaba Triki. 
Sí,  todo el mundo.

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¿Y Armstrong? ¿Cómo era Armstrong?
No era el jefe con cara de ajo que se impone. Al contrario. Nos trataba como compañeros. Por eso siempre seré ‘pro Lance’. Recuerdo una etapa en Bayona en la que se iba a 50 km/h y me acerqué a él a preguntarle si necesita algo y le dije: ‘I need something’. Y me contestó: ‘Triki, por favor hablame en español’. Y ése año en París nos hizo un regalo y en mi tarjeta ponía: ‘I need something’.

Fueron 14 años profesional. 
En 2002, Marcelino García en una Vuelta a Murcia le digo ‘me quedo en la calle’ y me dice ‘¿por qué no hablas con Armstrong?’ Y llegué al hotel y estaba con Garmendia y se lo digo y me dice lo mismo, ¿qué pierdes por comentarle?’ Y al día siguiente me acerqué en la salida y le dije a Armstrong, ‘estoy sin equipo’ y me dijo, ‘ok, Triki’. Y un mes después me llamó Bruyneel para decirme que se había enterado por Lance que necesitaba equipo. Y acabé corriendo con ellos cuatro años en US Postal.

¿Pudo ser algo más que un gregario? 
No. Ser gregario me abrió puertas gracias al trabajo que hice en 1995 por Abraham Olano. A partir de ahí siempre acepté ese papel. Estuve bien remunerado y estuve bien visto. Es más, creo que hasta fui un gregario de calidad. Mi educación era que si no se trabaja en equipo no se funciona bien.

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Es honesto reconocerlo. 
Cuando tuve oportunidades no fui capaz de rematar. Me cagaba los pantalones cuando tenía la responsabilidad. Supe aceptarlo, porque me sentía un privilegiado estando donde estaba. No podía pedir más a la vida. No sólo es donde estuve, sino la gente que conocí.  Conocí a gente insuperable como Chechu Rubiera, todo positividad. Y luego llegué a ganar tres Tours en los Campos Elíseos con Armstrong y en la Castellana con Abraham Olano.

¿Y los triunfos de los demás le llenaban tanto? 
Sí, parte de ese triunfo era mío.  Y el líder te lo recompensaba pero no por un regalo, sino porque te lo agradecía. Los campeones marcan la diferencia. Pero no por levantar los brazos en la meta, sino porque ves como se levantan y como se comportan. Son hombres de valores que dejan huella como Armstrong, como Olano, como Zulle, como Ullrich….  Le podría hablar de muchos.

¿Qué se puede aprender ahora de Ullrich? 
Yo conozco a un Ullrich que era muy buena gente, fijate el cariño que le tiene Armstrong que era su adversario. Pero Jan quizás tenía una debilidad en su forma de ser y es lo que pasa ahora. Mire, yo no hablaba alemán  pero si en la mesa faltaba pan o agua él no se atrevía ni a llamar al camarero para no molestarle. Ullrich era muy buen tío,  muy humilde. Me incómoda lo que ahora piensan de él. No se lo merece.

Usted perdió a su mujer hace poco. 
Sí, ¿qué le puedo decir? Han sido 24 años juntos, desde que era cadete. Ella lo vivió todo. Fue la persona que más me ayudó en mi carrera deportiva. Nos conocimos con 15 o 16 años. Éramos novios desde los 17. Y, mire, fue  en octubre de 2020. No hubo manera de vencer al cáncer de pulmón durante 18 meses.

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Su recuerdo le mantiene vivo. 
Me he quedado solo. Me ha dejado sólo. No tengo familia.  Mi refugio es la familia ciclista, la bicicleta. Me gusta mucho este mundo. Hago hasta de conductor para carreras de profesionales. Llevo toda la vida. Soy de una familia humilde que trabajaba en el campo. Mi madre tenía un puesto de charcutería en la plaza. Somos cuatro hermanos, tres chicas y yo y lo mejor que me ha pasado es montar en bicicleta. La pasión me ha llevado a dar el 110 por cien. Si no fuese por esto sería mecánico.

Y se ha dejado el pelo muy largo. 
Estoy muy dejado. Más que pelo largo, es descuidado. No soy nada estéticamente. No tengo que ir arreglado a ningún sitio. Me dedico a hacer deporte. Es mi filosofía de vida. Corro carreras muy duras y tengo que cuidarme en la alimentación para aguantar.  Pero la estética no, ¿para qué? No voy con traje y corbata.

Hay que salir adelante. 
Hay días que no como y te invade la pena. Es el drama que me toca llevar. La bicicleta me equilibra. Es la vida que a mi mujer le gustaría. Me animaba. Me veía feliz así.  Por fortuna tengo salud y es lo que me levanta de la cama. Los resultados no me importan. Tengo 50 años. Mi triunfo es contagiar a los chavales más que el podio.  El podio ya no es mi guerra.

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Ver comentarios

  • Que persona tan fantástica. Me emociona y conmueve la natural forma de expresar y transmitir sus sentimientos. Y digo sentimientos y no opiniones porque este hombre responde siempre con el corazón no con la razón y eso me fascina. Triki, eres todo un ejemplo y una persona digna de toda admiración. Un abrazo.

  • Perder a la esposa y si fueron novios desde jovencitos, todavía peor, es lo más que te puede ocurrir. Y si se va por culpa del "ohio cancer", ya no va más. Te valoro la vida que llevas ahora porque eso "es para el que lo pasa". Adelante.

  • Todo un ejemplo de humildad, sencillez, gran corazón y humanidad. Una persona de valores, justo lo que hoy nos falta. Con más gente así, el mundo sería otro, sin duda mucho mejor. Admirable. Me encantaría conocerlo. Se merece cosas buenas.

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Alfredo Varona