Jan Frodeno, campeón olímpico de triatlón y tres veces campeón del mundo de Ironman, ya puede añadir a su palmarés otro triunfo que va más allá de lo deportivo: el triatleta alemán ha inaugurado a través de su fundación Frodeno Fund uno de los Pump Tracks más grandes de España. Un circuito de bicicletas con saltos y peraltes para que los jóvenes de la localidad gerundense de Salt puedan disfrutar de la bici. Un proyecto que va mucho más allá de la pista. Un proyecto que pretende convertirse en una herramienta de educación y de transformación social para los jóvenes con menos recursos.
“La idea nace cuando Jan y Emma [triatleta y esposa de Jan] conocen un proyecto similar en el sur de África y descubren la importancia que tienen las bicicletas para los niños más vulnerables. Son una fórmula de expresividad, de libertad, de motivación. Siempre han tenido claro que ellos han sido muy afortunados y tenían en mente poder compartir con aquellos que más lo necesitan todo lo que la vida les ha ofrecido”, cuenta la directora de la fundación, Irene Bou, a BICIO.
La fundación Frodeno Fund es una organización sin ánimo de lucro con sede en Girona y tiene la misión de crear impactos positivos en la vida de los niños socialmente desfavorecidos con la ayuda del deporte. En este sentido, busca “proporcionar a los jóvenes un entorno seguro y divertido dónde puedan ganar confianza y motivación para su educación a través del deporte”, tal y como explican en su web.
Un proyecto pensado para las escuelas
El Pump Track es un ejemplo de ello. Con 227 de longitud y de acceso libre y gratuito, el circuito pretende convertirse en punto de encuentro y en una herramienta de educación para las escuelas de la zona. Y es que ya hay tres centros de Salt que participan en una prueba piloto para incluir la práctica deportiva en bicicleta dentro del calendario escolar. Según Jan Frodeno, se trata de un “sueño” que utiliza el deporte como herramienta educativa y de cohesión social, como explicó el propio triatleta el día de la inauguración.
En ese sentido, el enfoque pedagógico del proyecto se basa en trabajar codo con codo con las escuelas. “Hemos incorporado la actividad del Pump Track como lectiva. Así, niños y niñas de sexto de primaria visitaran la instalación dentro del horario escolar durante un trimestre. Esto abrirá la puerta a muchos niños que, de no ser así, no se acercarían” explica Irene Bou. Algo que no se quedará en una simple visita porque como añade Bou, harán un seguimiento del rendimiento escolar con las escuelas para comprobar los beneficios que tiene el deporte en el día a día.
No es la primera vez que Jan Frodeno se adentra en un proyecto social de estas características. Durante los meses de pandemia, ya colaboró con comedores sociales de la misma ciudad. Trabajó de la mano con el ayuntamiento de Salt para hacer llegar menús saludables a jóvenes de familias en situación de vulnerabilidad social. De hecho, gran parte de los fondos para construir el Pump Track también salieron del ‘Triathome’, en el que Jan Frodeno realizó un Ironman en casa durante los meses de confinamiento más duros.
“Aunque entrena muchas horas al día y viaja bastante, Jan ha estado muy cerca en todo momento haciendo el seguimiento del proyecto. Creo que tanto él como Emma se quedaron impresionados el fin de semana que inauguramos el Pump Track de la cantidad de niños y de adultos que se acercaron”, explica la directora de la Frodeno Fund. Una alegría que comparten desde la misma fundación por la buena acogida que ha tenido el proyecto no solo en la ciudad, sino también de gente de otros lugares que se ha acercado a visitar la pista.
Así pues, el objetivo de convertir el Pump Track en un punto de encuentro dónde se trabaje “la sostenibilidad y cargue de energía positiva a los niños y jóvenes del distrito para sacarlos de la calle después de la escuela y darles una nueva perspectiva del mundo a través de la bicicleta reduciendo prejuicios” ya ha empezado ser una realidad. Ahora solo queda seguir pedaleando.
