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Imanol Erviti, el ciclista que siempre tiene trabajo

Imanol Erviti
|Movistar Team
Tiene 38 años, lleva desde 2005 en el mismo equipo trabajando para los demás y este año se quedó mas cerca que nunca del triunfo de etapa en el Tour.

El 15 de noviembre, cuando Imanol Erviti (1983) cumplió 38 años, mi compañero Aleix Serra le hizo un magnífico regalo de cumpleaños.

Abrió un hilo en Twitter en el que le definió como el Chuck Norris del ciclismo.

“Gregario, pero más duro que el turrón de oferta”, escribió.

“Si llega la tercera Guerra Mundial que te pille al lado de Imanol”, añadió.

En menos palabras no se pudieron decir más cosas.

A mí me dejó pensando durante un buen rato en él: Imanol Erviti Ollo.

En una sociedad, acostumbrada a escribir de ganadores, las entrevistas con él se cuentan con los dedos de una mano.

No lo entiendo.

Su historia debe ser interesante a la fuerza: los currantes siempre tienen grandes historias que contar.

Lejos de los focos, las palabras se sienten igual de cómodas.

Y, como explicó Aleix, Imanol es “un tipo que ha tenido más curro que el fontanero del Titanic”.

Imanol Erviti, en realidad, lleva haciendo el mismo trabajo desde 2006: toda la vida en el mismo equipo abriendo puertas a los demás explicando que se corre como se vive, sin regatear ni un saludo.

De todos los ciclistas, que habitan en él, nos quedamos con él.

Aleix ya nos explicó en ese hilo que “ni bunkers ni ostias, si quieres estar seguro, tú al lado de Imanol”.

Erviti es la alarma que nunca se desconecta, el hombre que te baja el precio de todos los seguros.

Ganó el Tour en la clasificación por equipos que es una clasificación silenciosa pero sabia.

Los años tampoco cometieron el error de poner en peligro su motivación.

Es más, los años nos arroparon a su lado. Nos demostraron que Imanol es un ciclista que nos  demuestra que no hace falta ser rebelde para ser querido y que no hace falta pelearse con el mundo para ser feliz.

Su misma madre le dice que para verle hay que poner la televisión prontito, que cuando viene lo interesante él ya no está: toda una vida así, desde los 22 años, hay gente para todo.

Pero, al final, no se sabe lo que ha sacrificado Imanol Erviti o si no ha sacrificado nada.

Su biografía nos da algún que otro abrazo pero sobre todo nos dice ‘ tú tranquilo, que todo llega’, la realidad también está a la altura de la ficción.

En la wikipedia se define su trabajo como ‘gregario’.

Él mismo se define como un gregario.

¿Y el final?

Pues ésa es una pregunta atrevida que está esperando guionista.

Por ahora está quieta y sin dar la lata como todas las cosas que no corren prisa.

De momento, les podría contar que, después de 16 años, el año pasado Imanol Erviti logró la mejor clasificación de su vida en una grande. Fue en la Vuelta a España 2020:  47ºclasificado.

También les podría contar que este año en el Tour se quedó a 31 segundos  de ganar la etapa en Nimes: segundo clasificado.

Habían pasado 11 años desde que logró su último triunfo de etapa: Vuelta a España de 2010.

Y también les podría decir que, si hay que pedir un regalo de Navidad para Imanol, yo pediría que no se marche de este mundo sin ganar una clásica con todos los tiros que ha pegado en las clásicas.

Sin ir más lejos,  en la París Roubaix de donde este año salió con una mano rota.

Y, sin embargo, ahí sigue el hombre con esa carrocería de 4×4 y con esos cuádriceps y con esa mirada que te promete que en la vida hay algo más importante que una fotografía en el podio: la de no fallarle a nadie o la de tener bajo control a tu propio ego.

 


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