Gobik, un caso de éxito

Publicado por
Aleix Serra
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El ciclismo español parece encaminado hacia un prometedor futuro. Los nombres de Juan Ayuso, Carlos Rodríguez, Javier Romo o Iván Romeo toman fuerza en vistas a un presente, pero en especial a un horizonte temporal más que ilusionante.

Pero el ciclismo español también debería alegrarse de muchas otras cosas. De los éxitos en otras disciplinas al margen de la carretera, del crecimiento en número de participantes (licencias), de la creación de más vías ciclables, del incremento de usuarios que llegan a utilizar la bicicleta como medio de transporte y por supuesto de las marcas nacionales que en sus diferentes líneas de producto son capaces de hacerse un hueco en un mercado cada vez más competitivo.

En este sentido queremos hablar del “caso Gobik”. Una marca que no necesita presentación y que en un margen corto de tiempo se ha afianzado como el gran líder del mercado nacional.

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La firma de ropa y ahora también de accesorios, es conocida por prácticamente todos los ciclistas y aunque el boom de las bicicletas post confinamiento indudablemente les ha beneficiado, han conseguido destacar visiblemente por encima del resto. La suerte puede acompañarte, pero indudablemente también hay que buscarla.

Dicen que el trabajo duro vence al talento cuando este no está esforzado. Gobik es el claro ejemplo. Su plantilla y su cúspide directiva es talentosa y trabajadora, muy trabajadora.

Analizaron, detectaron y captaron mejor que nadie las necesidades del consumidor. Fueron capaces de segmentar su público potencial y de cubrir con un producto de alta calidad las expectativas del ciclista.

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Por raro que parezca Gobik se creó en y en estos pocos años los de Yecla han ido celebrando sus éxitos al ritmo que no dejaban de trabajar en la clave de su crecimiento. La mejora constante.

Gobik se autodefine como una marca inconformista. Toda una declaración de intenciones y del ADN de la firma española.

Descarados, atrevidos, pero sumamente profesionales así es la familia de Gobik. Una marca española que ya ha llegado a ganar el Tour de Francia con Tadej Pogacar, algo que no todas las marcas de ropa para ciclismo pueden decir. Vestir al mejor ciclista del mundo y a todo su equipo, además de patrocinar a otras estructuras, profesionales y no profesionales, nos habla y muy bien de la calidad de sus productos.

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Captar necesidades

Para la relación comprador / vendedor no hay cosa más importante que captar bien las necesidades. Unas necesidades muchas veces latentes y que Gobik y su equipo de marketing fueron capaces de detectar y trabajar mucho antes de que todo esto del ciclismo creciera tanto.

En cierta forma se podría decir que Gobik fue pionero y que se avanzó a la mayoría de competidores directos. Destapando el tarro de las esencias y sirviendo al exigente publico ciclista un plato caliente, gustoso y vistoso.

A día de hoy muchas marcas, cosa totalmente lógica, se han fijado en ellos y han empezado a trabajar una línea de producto de características similares.

Embajadores si, pero de calidad

Gobik tiene una gran cantidad de embajadores y mucha gente cree que únicamente se hace para crecer en notoriedad de marca. No es así. Los embajadores de Gobik entre los que están entre otros Alberto Contador o Juan Antonio Flecha han sido perfectamente estudiados ya que su imagen pública condicionará, y mucho, la imagen de la marca.

Otras marcas optan por hacer embajadores a muchos más ciclistas, lo que no siempre es del todo positivo. Una marca tiene que tener mucho cuidado y mimo en todo lo que sean apariciones suyas en público. Al igual que con sus trabajadores y el concepto de employe advocacy.

Diseños y apuesta revolucionaria

Modernos. Así definiríamos los productos iniciales de Gobik. Maillot, culottes y otros accesorios no presentaron nunca una cosa extraordinaria ni exageradamente revolucionaria, simplemente crearon un producto pretencioso y ajustado en tejido y precio, que respondía a una nueva línea de estilo y a un conjunto de facetas encabezadas por el lucimiento en las redes sociales.

En este último aspecto Alberto Ayala y todo su equipo de marketing han realizado un trabajo extraordinario que ha ayudado a la marca a romper esquemas y a ser capaces de satisfacer las necesidades modernas al mismo tiempo que garantizaban las exigencias de toda la vida. Gobik es comodidad, sujeción, durabilidad, confort y variedad.

Una variedad de diseños que les permite satisfacer a diferentes públicos. Desde el más atrevido hasta el más tradicional y conservador.

Mismamente viendo las últimas colecciones de la marca parece encaminada a mantener la línea empresarial y por lo tanto a seguir innovando y creciendo. Un crecimiento que puede venir de la mano de accesorios o componentes que ya han empezado a toquetear. Las cintas de manillar son el ejemplo más reciente.

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Aleix Serra