Floyd Landis. De ganar el Tour a triunfar vendiendo cannabis

Publicado por
Aleix Serra
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Corría el año 2006 y el Tour de Francia afrontaba la primera edición sin Lance Armstrong. Después de 7 años de tiranía americana y de absoluto dominio por parte del tejano (quien más tarde sería desposeído de todos sus títulos) se abría un nuevo horizonte. ¿Quién tomaría el relevo?

La presión de los medios y la expectación era máxima. Kloden, Sastre, Menchov, Valverde, Cunego, Evans, Mayo…la lista de aspirantes era muy larga y en ella también figuraba nuestro protagonista. El americano Floyd Landis.

El americano que durante los primeros años ejerció como uno de los gregarios más preciados de Lance, afrontaba su segundo Tour como jefe de filas. El equipo Phonak le ofrecía la posibilidad de liderar a un potente equipo en la mejor carrera del mundo.

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El año anterior, había finalizado noveno, pero en 2006 el objetivo era claro. Ganar el Tour de Francia a cualquier precio.

Las etapas se iban sucediendo, la general se encontraba muy apretada y hasta el momento estaba comandada por un Landis que parecía que podía llevar el maillot amarillo hasta Paris.

Pero la cosa cambió y mucho en la décimo tercera etapa. El equipo Phonak y el propio Landis decidían que no podían controlar todas las etapas e inexplicablemente el pelotón daba vía libre a una fuga bidón que terminaría llegando con casi 30 minutos de ventaja. El español Oscar Pereiro (Caisse d’Epargne) se colocaba como nuevo maillot amarillo de la carrera.

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El pelotón dio vía libre a una fuga bidón que terminaría llegando con casi 30 minutos de ventaja

Restaban todavía todos los alpes y sobre el papel Pereiro tenía que perder ese minuto y medio de ventaja con relativa facilidad. Tal fue así que a Landis le valió la subida al mítico Alpe d’Huez para recuperar el liderato.

Pero lo que nadie esperaba es que a la jornada siguiente el americano cogiera una de las pájaras más grandes de la historia del ciclismo. El mailot amarillo cedió más de 10 minutos en meta y completamente desfondado parecía perder cualquier opción al triunfo final.

Pero si hasta este punto el Tour ya era un absoluto despropósito la recuperación milagrosa de Landis camino de Morzine fue la mayor gesta del ciclismo moderno (luego salió el positivo y toda la problemática).

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En el video adjunto y a ritmo de LMFAO y su Party Rock Anthem se puede visualizar de forma resumida la barbarie del americano. No tiene desperdicio.

Floyd atacaba de salida, cogía la escapada, los dejaba atrás y llegaba a meta con una ventaja de más de 6 minutos que lo situaban de nuevo en la pelea por la general.

El resto de la historia la conocemos todos. En la contrarreloj final Landis voló y sentenció un Tour del que posteriormente seria desposeído. Pereiro seria declarado vencedor.

Landis confesó utilizar sustancias dopantes y colaboró con la justicia americana en todo el caso Lance Armstrong.

Landis tuvo alguna intentona de volver a competir a buen nivel, pero ni por asombro llegó a ser el ciclista que tristemente dopado maravilló al mundo camino de Morzine.

Criado dentro de una comunidad amish, Landis siempre ha sido un tipo peculiar. Un tío que vive a su bola y que no tiene ningún miedo a hablar públicamente acerca de cualquier cosa que se le pueda preguntar.

Floyd Landis subiendo al podio del Tour con un gesto de gran rabia

Los años pasaron y Floyd, curioso como de costumbre, encontró un mercado comercial en el que quería meter mano.

El cannabis se estaba empezando a legalizar para determinados fines y en determinados estados de modo que Floyd decidió que era el momento de crear una empresa relacionada con la manipulación de cannabis.

Años después tenemos que reconocer que la idea no fue mala. La empresa “Floyd’s of Leadville” no ha dejado de crecer y actualmente ofrece un amplia gama de productos cannábicos totalmente legalizados. 

Además, como todo ciclista, Floyd siempre tendrá debilidad por un deporte que le dio tantas alegrías, así que una parte de los beneficios de la empresa fueron destinados en 2019 a crear un equipo ciclista de competición. El Floyd’s Pro Cycling. Un equipo que pese a su reducida dimensión tenía más infraestructura y recursos que algún continental.

La vida de Floyd Landis. Una montaña rusa en toda regla.

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Aleix Serra