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“Es tan importante tener 2 millones de seguidores como ser sextos en el Tour”

Publicado por
Alfredo Varona
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Juan Pablo Molinero, de 45 años, es el director de marketing del equipo ciclista de Movistar. Uno de los ideólogos de  ‘El día menos pensado’ que hoy explica la importancia de la comunicación.

Trabajó en múltiples sitios, en Moto GP, en vela, hasta estuvo en el Mundial de Corea y Japón de fútbol 2002. Pero desde 2010 trabaja en el equipo ciclista del Movistar, donde Juan Pablo Molinero es director de marketing. Siempre fue un enamorado del ciclismo. De ahí que hable con pasión de este maravilloso mundo. Se trata de un hombre que estudió Derecho y que luego hizo un Master en Derecho Deportivo que le permitió dedicarse a lo que más le gusta.  “Una parte de nuestra industria no sólo depende de las victorias sino también de las redes sociales”, explica.

¿Sin victorias se trabaja igual? 
Ése es nuestro trabajo precisamente. Quiero decir que nuestro trabajo se hace igual. Otra cosa es que luzca más o menos. Pero una parte de nuestra industria no sólo depende de las victorias sino de las redes sociales. Hace 15 años una página en un periódico era la única forma de tener presencia. Pero ahora nosotros mismos tenemos 2 millones de seguidores en redes.

¿Y qué es más importante: tener 2 millones de seguidores o quedar entre los seis primeros en el Tour? 
Las dos cosas son igual de importantes.

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Pues ya son importantes las redes.
Se lo explico de otra manera: mañana puedes ganar la final de la Champions ante el equipo más fuerte del mundo en un estadio sin público y no comunicarlo a nadie… Pues bien, eso tiene un valor cero. Ganar la Champions, como ganar el Tour, sólo vale cuando todo el mundo lo ve. Lo deportivo sin lo no deportivo no tiene sentido.

Lo que no se comunica no existe
Claro, porque es invisible a los ojos de la gente.

¿’El Día menos pensado’ ha sido la mejor victoria de Movistar en los últimos 10 años? 
Ha sido diferente. Nunca hicimos nada igual. Nos ha permitido contactar con un público diferente, porque lo ha visto gente que no es ni aficionada al ciclismo y eso nos ha dado un valor distinto.

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¿Y ése valor en que se traduce? 
Pues en que esa persona se tendrá que comprar una bicicleta o le regalará una bicicleta a su hijo o a su marido porque ha empatizado inconscientemente con nosotros, con todo lo que ha visto de Movistar.  Su relación con la marca ya ha cambiado para siempre.

¿Fue usted el ideólogo de ‘El día menos pensado’?
Fui uno de ellos. Fui en realidad uno de los que recogió el testigo que nos lanzó el presidente de Movistar cuando vino a ver una etapa del Tour, una crono por equipos en Limoges. Estuvo todo el día y le encantó lo que vio y dijo que todo eso que no se ve había que contarlo en televisión. Le cogimos el guante.

¿Qué se puede hacer para que Enric Mas sea más mediático?
¿A qué se refiere?

Tiene más prestigio que popularidad.
Hay cosas innatas al ser humano. No todo el mundo es igual. Hay una parte que no se trabaja y que nos recuerda que cada uno es como es. Tienes tu forma de ser y eso no se puede cambiar.

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Mas parece un tipo muy serio. 
A mí no me parece que sea una persona seria. Es un deportista muy deportista, muy enfocado al deporte, que vive por y para esto. Pero es verdad que si hubiese atacado 15 veces en este Tour y hubiese perdido un día media hora seguro que la gente hubiese empatizado con él. Pero si eres regular, estás siempre con los mejores y no sobresales no consigues empatizar tanto con la gente.

La derrota es más humana.
La derrota nos humaniza, sí, claro.

Pero nadie quiere perder. 
Piense ahora en el caso de Pogacar. Lo vemos como alguien que sólo sabe ganar y nos parece un extraterrestre. Hasta el día que pierda no se humanizará a los ojos de la gente. No dejará de parecernos un marciano.

En el ciclismo de los vatios, ¿qué pintan las historias humanas?
Creo que pintan lo mismo. Que antes no se supiese lo que son los vatios  y ahora sí no cambia nada. Pero es evidente que esos hundimientos de antes del ciclista, que no había comido, ya se han acabado. Ahora está medido todo y es difícil que suceda. Pero esto es el deporte profesional.

Lleva 11 años en Movistar. ¿Era usted aficionado al ciclismo? 
Sí, era de los que iba con una autocaravana a los Pirineos con los amigos a ver las etapas del Tour.

¿Cuál es su primera gran imagen del ciclismo?
Creo que la famosa contrarreloj en la que Fignon pierde el Tour frente a Lemond en París. Pero, sobre todo, las tardes de julio  en las que nos juntábamos a ver el Tour en el bar de mi pueblo.

Eran los años de Perico Delgado.
Perico es un hombre que ha sabido adaptarse al momento en el que dejó de ser deportista. En ese sentido es un ejemplo. Es un hombre que tiene conversación y que se ha sabido adaptar y que nunca ha dejado de ser Perico.

¿Tiene su autógrafo?
El único autógrafo que le he pedido a nadie ha sido Federico Martin Bahamontes.

Eusebio Unzúe lleva 39 Tours. ¿Qué ha aprendido de él?  
Jamás me olvidaré del Tour en el que Nairo hizo segundo, porque íbamos con Alejandro Valverde de líder hasta que tuvo un problema mecánico y perdió mucho tiempo. Aquella noche todo el mundo estábamos destrozados y apareció Eusebio, como si fuese un mago que se saca un conejo de la chistera y nos dijo: “Tranquilos que Nairo hará un gran Tour”. Y así fue.

¿Y Echavarri? 
José Miguel para mí es la principal fuente de inspiración. Cuando tengo que tomar decisiones pienso que haría el. Es un hombre tocado por una varita mágica. Tiene respuesta para todo. No hay nada que no pueda resolver y mire que lleva años alejado de nosotros, desde que se retiró en 2007 para dedicarse a los nietos y a la familia.

El que se merece descansar ya es Valverde
Se merece seguir corriendo en bici hasta que él quiera. ¿Qué más le vas a pedir ya? Pero es que a él la presión le gusta y sentirse favorito con 41 años aún más. Se trata de una genética privilegiada y mientras se sienta así quiere más presión.

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Alfredo Varona