Horas, horas y más horas. El ciclismo de la vieja escuela sigue estando muy presente hoy en dia en la preparación física de los ciclistas.
La obsesión por acumular horas, kilómetros y dureza sigue siendo notoria entre el público aficionado que lejos de dar prioridad a la calidad frente a la cantidad sigue erre que erre empeñado en sumar kilómetros al GPS.
Prácticamente todos los ciclistas hemos tenido algún día de decir aquello de “llegamos a los 100”. Un día funciona, dos también e incluso tres. Pero el querer hacer siempre kilometros de más se traduce habitualmente en una pérdida de la condición física.
Si solo sumamos horas, no solo no vamos a progresar, sino que muy probablemente lo que vamos a conseguir es ir hacia atrás en cuanto a rendimiento deportivo se refiere.
Meterse en la cabeza que a veces menos es más es relativamente fácil, lo difícil es aplicarse el cuento. La cabeza del ciclista por naturaleza siempre pide más y tener la capacidad de frenarla no es tan fácil como parece.
En este sentido lo más recomendable es ponerse en manos de un especialista. Un entrenador de ciclismo que tenga la capacidad por pautar las actividades y especialmente las cargas de entrenamiento. Recuerdo que no somos lo que entrenamos, sino lo que asimilamos.
Olvidarse del Strava y de los kilómetros que hace el vecino del tercero también puede ser de utilidad. Para progresar lo más importante es que encuentres tus zonas de potencia y que a partir de aquí te pongas a trabajar en base a tus parámetros fisiológicos.
Para progresar lo más importante es que encuentres tus zonas de potencia
Lo que les funciona a otros no tiene por qué funcionarte a ti y exactamente al revés. Cada organismo es un mundo y habrá ciclistas que tengan una mejor capacidad de recuperación, mientras que otros quedarán fritos en la segunda serie ante una carga similar.
Come más y mejor. La báscula no lo es todo
La obsesión por el peso y especialmente por la relación peso / potencia ha causado estragos en la carrera deportiva de muchos ciclistas que completamente ofuscados con el valor de la báscula han reducido significativamente su ingesta calórica, sin tener en cuenta que con ello estarían poniendo en riesgo su salud.
Durante años al mundo del ciclismo le ha rodeado la falsa creencia de que para estar fino lo que hay que hacer es comer menos. Aquí llega uno de los grandes errores deportivos y nutricionales.
Lo que deberíamos meternos en la cabeza todos, deportistas y no deportistas, es que la prioridad es comer mejor y no menos.
Las cantidades evidentemente son relevantes, pero como bien sabrás no llevan las mismas calorías ni las mismas grasas 500 gramos de espinacas que 500 gramos de patatas fritas.
En este sentido lo mejor es una alimentación variada, una dieta mediterránea y no renunciar de forma clara a ningún tipo de alimento.
Recuerda que el ciclismo es uno de los deportes que más calorías queman y que por lo tanto estarás más que capacitado para darte algún que otro capricho.
Es importante también que planifiques la ingesta de alimentos en función de las cargas de entrenamiento y del momento de la temporada en el que te encuentres. Tu cuerpo no necesitará el mismo combustible un día de descanso o de recuperación activa que en una competición.
No llevan las mismas calorías ni las mismas grasas 500 gramos de espinacas que 500 gramos de patatas fritas.
Es muy importante también que comas y que te hidrates durante la práctica deportiva. Comer y beber encima de la bicicleta es primordial para evitar las posibles pájaras y para conseguir que el rendimiento se mantenga durante toda la ruta en un nivel uniforme.
Olvídate de que si pasas hambre afinarás y de que andarás más. Si lo haces es probable que a corto plaza incluso notes una ligera mejoría, pero a largo plazo te puedo asegurar que tu condición física se verá seriamente perjudicada. Come lo que necesites, y se tienes dudas acerca de las cantidades o de la variedad de los alimentos lo mejor es que te pongas en manos de un dietista especializado.
Entrenamiento, alimentación y descanso
El rendimiento de un ciclista viene condicionado por el entrenamiento, pero también por la alimentación y su descanso. Estos dos últimos factores a menudo son los grandes olvidados de la preparación física y acostumbran a ser los principales motivos por los que un deportista llega al punto de no mejora.
Es importante cumplir con los entrenos, pero también en la mesa y en la cama. Dormir unas 8 horas te ayudará a recuperar mejor y a estar listo para una nueva sesión de entrenamiento.
Sino descansas ni comes bien entrarás en un círculo vicioso y como no levantes el pie del acelerador terminarás cayendo en un fatídico sobreentrenamiento.
Todo suma y recuerda que es muy importante aprender a escuchar tu cuerpo y que en ocasiones el mejor entreno es un buen descanso.
El trabajo, la familia, los quehaceres… todo esto va generando desgaste y estrés por lo que debes conseguir que la bicicleta no sea una pata más de esta complicada situación. El ciclismo tiene que servirte para evadirte y aunque es lógico que tengas ganas de mejorar no te olvides de que no ganas un euro en todo esto y que lo haces por absoluta diversión.
Cuanta menos presión te metas también es probable que tu rendimiento mejore. Entrenarás más tranquilo y a las competiciones o a los objetivos llegarás con la tranquilidad de saber que lo haces con los deberes hechos.
Sacrifícate y échale mucha fuerza de voluntad, pero sin perder la cabeza. Sin un día, dos, tres o una semana no puedes entrenar no es el fin del mundo para ti ni para nadie. La forma física no se mejora en una semana, pero tampoco se pierde en 72 horas.
