El Tour de Van Vleuten: de estar a punto de retirarse a vestirse de amarillo

Publicado por
Pau Mitjans
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Por enésima vez, Annemiek van Vleuten ha hecho historia. La ciclista neerlandesa del Movistar Team se proclamó vencedora del nuevo Tour de Francia femenino, organizado por ASO, después de dos exhibiciones en el Col du Petit Ballon y en La Super Planche des Belles Filles, y de superar ocho etapas en las que le ha pasado de todo. Una victoria que demuestra la gran apuesta y el buen trabajo que ha hecho la estructura telefónica con el equipo femenino, en una temporada para enmarcar. 

Van Vleuten partía como principal favorita en la ronda gala, que comenzó en París el mismo día que finalizaba el Tour de Francia masculino, en un acierto por parte de la organización. Pero todo ese favoritismo quedó en un segundo plano cuando en la tercera jornada cedió unos segundos clave con las principales favoritas, en la llegada a Éperney, que ganó la danesa Cecilie Ludwing. Se especuló con que quizás llegaba algo justa de fuerzas en las piernas, pero no. El problema era otro.

“Después de la primera etapa no podía ni comer ni beber. Estaba súper cansada. Estaba vacía. Por fortuna han sido 24 horas enferma, pero pagas el precio de un día así. No tenía claro ni que fuese a terminar la carrera, pero voy mejorando. Lo único que puedo controlar es mi salud y me centraré en recuperarme”. Así de contundente se mostró van Vleuten después de la tercera etapa. Y no es para menos. 

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Aquí es cuando entró en escena todo el trabajo del equipo Movistar, protegiendo a su líder del viento y de los momentos más tensos. También la capacidad de sufrimiento que tiene esta corredora, que no es la primera ni será la última – vez que lo demuestra. Van Vleuten se recuperó y de qué manera. Nadie diría que en las etapas 5 y 6, previas a la gran gesta, aún sentía fatiga muscular como más tarde comentó.

Dos exhibiciones para el recuerdo

Siempre que puede, Annemiek corre al ataque. Forma parte de su ADN. Sus 95 victorias profesionales y su forma de conseguirlas son un claro ejemplo. Este Tour de Francia, además, lo tenía entre ceja y ceja después de anunciar que la que viene será su última temporada como profesional; y porque suponía conseguir el doblete Giro-Tour, algo antes solo habían logrado Joane Somarriba, Fabiana Luperini y Catherine Marsal.

El recorrido de este Tour estaba marcado por las dos etapas finales. Y Annemiek van Vleuten lo sabía. Superados los problemas estomacales, buscó atacar de lejos para poner las cartas sobre la mesa y asestar un golpe (casi) definitivo. Y así lo hizo. 

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En la séptima jornada, con tres puertos encadenados, atacó en el primero: en el Col du Petit Ballon, a 86 kilómetros. La siguió otra de las favoritas: Demi Vollering. Pero no por mucho tiempo. A 62km de meta, en plena segunda ascensión, la neerlandesa soltó otro zarpazo para marcarse una exhibición hasta la misma línea de llegada. ¿El resultado? 3:14 minutos sobre su principal perseguidora, maillot amarillo y etapa que entra en los libros de historia.

Pero esto no era todo. Faltaba la Super Planche des Belles Filles. La guinda del pastel. Con la ventaja que tenía, no tendría por qué haber atacado. Pero lo hizo. Porque ya hemos dicho que Annemiek es así. Y, por si fuera poco, se le sumaron varias dificultades mecánicas que sus rivales aprovecharon para intentar recortar tiempo. Pero allí estaban sus compañeras Arlenis Sierra, Aude Biannic y Sheyla Gutiérrez para arroparla y Paula Patiño para la aproximación final.

Sentenció con otro cambio de ritmo a seis kilómetros, con un nuevo recital de potencia y de clase en el sterrato final. Con sus rivales descolgadas, pudo llegar a meta en solitario y saborear la victoria en la etapa y en la general, con los brazos en alto y el maillot amarillo. La resiliencia hecha ciclista.

“Es un sueño hecho realidad. Ganar, además, de amarillo aquí en la cima ha sido maravilloso. No ha sido un día fácil; no ha sido una semana fácil. Ha sido una montaña de rusa de emociones y dificultades. Ni siquiera hoy ha sido un día sencillo. Poder rematar todo el trabajo de estos meses, de amarillo, sola… es el mejor modo. Me da un enorme orgullo ser la primera ganadora de este nuevo Tour de Francia femenino, y que esta carrera esté de vuelta en el calendario”, comentó la neerlandesa. 

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Pizza y helado para celebrar el Tour

La pizza y el helado no faltaron el la celebración del Movistar. Con el objetivo conseguido, Annemiek por fin podía liberarse y dejarse llevar por la emoción, algo que ella misma reconoció que no siempre hacía. Seguramente, uno de los secretos del éxito.

“Es un hito bonito ganar esta primera edición del Tour, y creo que es ahora, al terminarlo, cuando voy a empezar a ser consciente de que todo lo que he conseguido, y lo voy a disfrutar de verdad. Ahora sí que podremos disfrutar ese helado, esa pizza de esta noche, celebrarlo con el equipo. A veces el equipo me dice que no aprovecho, que no disfruto, que siempre continúo. Creo que hoy sí que será el día en que pueda empezar a saborear todo ese esfuerzo”, aseguraba.

El Movistar Team también hace historia

Después de la imagen en el Tour de Francia masculino, el Movistar Team necesitaba una victoria de este tipo. Y no solo por el qué, sino por el cómo.

Con este triunfo, con este nuevo maillot amarillo, la estructura Abarca Sports se ha convertido en la primera en lograr victorias generales en la seis grandes carreras por etapas masculinas y femeninas: Giro d’Italia, Tour de Francia y Vuelta a España y las pruebas equivalentes o que están organizadas por los mismos entes en el UCI Women’s WorldTour: Giro Donne, Tour de France Femmes y La Vuelta Challenge.

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Pau Mitjans