El landismo ya no coge el teléfono

Publicado por
Aleix Serra
Publicidad

El Giro de Italia 2022 ya es historia. La primera de las tres grandes vueltas ha llegado a su fin con un vencedor sorpresa. El australiano Jay Hindley conseguía su primera vuelta de tres semanas y se llevaba para casa una maglia rosa muy disputada. Por detrás quedaban un Richard Carapaz que aguantó hasta el penúltimo día y un Mikel Landa que terminó tercero en su carrera fetiche.

Mediáticamente la carrera es cierto que dejó bastante que desear. La falta de ataques fue la tónica habitual y salvo la etapa de Turín pocas jornadas quedaran en la retina del aficionado. La realidad es que ha sido un Giro bastante flojo. La participación ya no era extraordinaria y si además le sumamos el abandono de varios favoritos como Miguel Ángel López o Romain Bardet el resultado es el de una carrera muy ajustada pero faltada de emoción.

Una emoción que sobre el papel tenía que poner Mikel Landa. Los landistas nos hemos tirado tres semanas soñando con el rosa, con un brutal golpe sobre la mesa del ciclista vasco y con una serie de deseos que nunca llegaron a cumplirse.

Publicidad

Mikel Landa fue incapaz de poner en jaque la carrera. El ciclista del Bahrain Victorious es cierto que corrió realmente bien y que mostró un estado de forma sublime. El único capaz de seguir a Carapaz y a Hindley en la montaña. Sin embargo, a Mikel lo que si le podemos reclamar es que no fuese fiel a su carácter landista.

Tal y como comentaba nuestro compañero Miguel Triviño, Mikel Landa se encontraba en la mejor situación de su carrera deportiva para ganar una gran vuelta. Al termino de las primeras 17 etapas únicamente había perdido un minuto y cinco segundos con el líder de la carrera (por entonces Carapaz).

Una situación que le dejaba mejor situado que nunca para correr al ataque y dar un vuelco a la general. Evidentemente la segunda parte no estaba ni muchísimo menos asegurada, sin embargo, la primera de ellas parecía que sí.

Publicidad

El rival también corría, también era fuerte y también se había preparado en cuerpo y alma para el mismo objetivo que Mikel Landa. Sin embargo, ni de Hindley ni de Carapaz se esperaba que corriesen descaradamente al ataque. Los dos tenían una situación ventajosa respecto al español y sabían perfectamente que la carrera se iba a jugar en segundos.

Por el contrario, de Mikel sí que esperábamos ataques. Ataques lejanos de matar o morir. Demarrajes a cara de perro en busca de algo más que un podio en el Giro de Italia. Eso era el landismo hasta este Giro de Italia y eso es lo que estuvimos tontamente esperando hasta el final de la penúltima etapa.

Mikel Landa en uno de los pocos ataques de este Giro 2022. Foto: Bahrain Team

A Mikel Landa no se le puede exigir que gane la carrera pero sí que se le puede exigir que siga siendo fiel a sus principios y a su forma de entender el ciclismo. Correr con el único propósito de ganar. Correr con agallas y con la valentía por bandera.

Una forma de correr que no vimos en este Giro de Italia. Mikel no atacó de lejos, no nos hizo vibrar como antaño y en una situación claramente ventajosa para seguir creando escuela optó por una posición más bien conservadora. Incluso una vez tuvo el podio asegurado tras la baja de Almeida no se atrevió con ir a por la carrera.

Publicidad

Creo que todos los landistas quedamos algo decepcionados en este Giro de Italia y es que nuestro gran estandarte decepciono a próximos y a extraños. Landa estuvo, en el aspecto táctico irreconocible y en ningún momento se aprovechó del tremendo equipo que tenía en carrera.

Lanzar a Poels por delante, aprovechar a Buitrago, utilizar a Pello como lanzadera, incrementar el ritmo con Novak…. Las opciones eran varias pero ninguna pareció ser suficientemente valida como para convencer al de Murguia.

Nos guste o no hay que reconocer que Mikel Landa corrió para defender el podio. Para subirse al tercer cajón de Verona y no para ganar la carrera más bonita del mundo.

La temporada es larga, habrá más opciones para ver renacer al landismo. Al fin y al cabo, la gran suerte es que solo depende de él, de su actitud y de su forma de correr. La expectación mediática que levanta es enorme y sería de extrañar que todo eso quedará en el olvido por un Giro de Italia regular desde el punto de vista táctico. De Landa se espera lo máximo, así que es lógico que todo lo que no sea la victoria sepa a poco.

El Tour de Francia o La Vuelta a España pueden ser un excelente escenario para ver de nuevo al carácter landista. Un carácter y toda una mitología que parecen haber muerto en este Giro de Italia 2022.

Publicidad
Comparte

Ver comentarios

  • Realmente,Mikel "mirapatrás" Landa,corrió de acuerdo a sus principios, como siempre.
    Nó como sus seguidores sueñan que corre...
    Sólo hay una excepción,el Giro aquel que junto a Fabio Aru pusieron contra las cuerdas a Contador.

Publicado por
Aleix Serra