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¿Qué pasa si hago ejercicio resfriado?

ejercicio resfriado

Salir en bici cuando estás resfriado puede ser una decisión delicada de narices, ya que nos plantamos ante el dilema de que el entrenamiento pueda llegar a empeorar o bien mejorar nuestro estado. Y es que hacer ejercicio también puede servir para controlar los síntomas del resfriado común e incluso para acelerar la recuperación.

En este artículo, nos adentramos en los posibles efectos del ejercicio físico a pesar de sentirse indispuesto y proporcionamos consejos útiles para maximizar la seguridad mientras siguas con tu rutina de entrenamiento.

Para determinar si es bueno o no que una persona haga ejercicio cuando está resfriada hay que tener en cuenta varios factores. Sigue leyendo para obtener esas claves que te pueden ayudar a inclinar la balanza cuando, a pesar de los mocos, llegue el momento de decidir.

Consideraciones fisiológicas

Desde un punto de vista fisiológico, las temperaturas asociadas a la actividad física pueden actuar como descongestionantes. Cuando hacemos ejercicio, nuestra temperatura corporal aumenta ligeramente. Este aumento de temperatura sirve para diluir la mucosidad y ayuda a despejar las vías respiratorias al aflojar las flemas y las secreciones nasales. Por tanto, la actividad física podría ayudar a aliviar algunos de los síntomas más molestos de las vías respiratorias altas asociados a un resfriado.


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Es importante señalar que esto sólo se aplica si somos capaces de mantenernos dentro de los parámetros seguros de temperatura corporal. Si se eleva demasiado podrían surgir complicaciones debidas a la deshidratación o al agotamiento por calor.

Por otra parte, se ha demostrado que la actividad física intensa disminuye temporalmente el funcionamiento del sistema inmunitario en algunos individuos durante horas después de terminar el ejercicio. Esta disminución significa que podemos ser más susceptibles de padecer enfermedades o infecciones adicionales tras dejar de hacer ejercicio.

Por tanto, realizar una actividad física vigorosa mientras se está resfriado puede ralentizar la recuperación y prolongar potencialmente el sufrimiento de los síntomas de la enfermedad. Por aquí otro punto negativo.

Consideraciones psicológicas

Hace tiempo que se sabe que el ejercicio es una herramienta eficaz para controlar el estrés, porque libera endorfinas que pueden proporcionarnos sensaciones de placer y bienestar. Esta sensación de placer puede ayudar a reducir algunas de las emociones negativas asociadas a un resfriado, lo que puede hacer que el bienestar general y el estado de salud de una persona vuelvan a la normalidad más rápidamente que si no realizara ningún tipo de actividad física.

Por otro lado, salir cuando no nos encontramos bien suele considerarse una experiencia motivadora y fortalecedora, en la que las personas sienten que están actuando para controlar su propia salud. Según la psicóloga clínica Aina Melero, al realizar actividad física aunque no nos encontremos bien, nos estamos enviando a nosotros mismos mensajes positivos de que somos lo bastante capaces y fuertes para manejar estas situaciones, lo que podría ayudarnos a desarrollar resiliencia frente a futuras enfermedades y dolencias.

Cuándo se puede entrenar con un resfriado

Como hemos visto, es posible entrenar con un resfriado, aunque se aconseja hacerlo con precaución. Al decidir si hacer o no ejercicio con un resfriado, debes evaluar tus síntomas para ver si son leves o graves. Si tus síntomas son leves, como secreción nasal y ligera febrícula, una actividad física ligera puede ser adecuada. Sin embargo, si los síntomas incluyen fiebre alta, congestión torácica, respiración sibilante, dolores corporales, fatiga o dificultad para respirar, sería mejor evitar el ejercicio hasta que esos síntomas remitan.

Otros especialistas se decantan por la “prueba del cuello” que se basa en un contenido teórico que dicta que, en el caso de poseer síntomas del cuello para abajo, resulta necesario guardar reposo unos días hasta que estemos 100% recuperados.

Cómo afecta a tu entrenamiento un resfriado

Tu cuerpo necesita descanso, líquidos y nutrientes para curarse, por lo que esforzarse demasiado durante un resfriado puede sobrecargar un sistema inmunitario ya debilitado.

Además, cuando se lucha contra un resfriado, el cuerpo desvía energía extra para montar sus defensas, lo que hace que uno se sienta agotado y reduce tanto la fuerza como la resistencia muscular. Por eso, hacer ejercicio incluso con el resfriado más leve puede resultar más duro de lo habitual. Además, debido a la congestión de las fosas nasales por el resfriado, la respiración puede resultar dificultosa durante el ejercicio y afectar al rendimiento.

Por oteo lado, demasiada actividad puede disparar la fiebre y empeorar la deshidratación, dos factores importantes para prolongar el tiempo de recuperación.

El dolor muscular también es más probable cuando se sufre un resfriado, debido a la inflamación causada por el virus. Esto hace que tus músculos se cansen más deprisa de lo normal, dificultando su recuperación tras entrenamientos o actividades intensas.

Conclusión

Es posible entrenar con un resfriado, aunque se aconseja hacerlo con precaución. Al decidir si hacer o no ejercicio con un resfriado, debes evaluar tus síntomas para ver si son leves o graves. Si tus síntomas son leves, como secreción nasal y fiebre de bajo grado, una actividad física ligera puede ser adecuada. Sin embargo, si los síntomas fiebre alta, congestión torácica, respiración sibilante, dolores corporales, fatiga o dificultad para respirar, sería mejor evitar el ejercicio hasta que esos síntomas remitan.

Si decides que es seguro hacer ejercicio con un resfriado, asegúrate de mantenerte hidratado y de alimentarte adecuadamente para mantener altos los niveles de energía durante los entrenamientos. Bebe muchos líquidos, como té caliente o caldo, antes y después de entrenar, ya que pueden ayudar a descongestionar y eliminar la mucosidad.

 


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