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De ganar el Giro de Italia a trabajar en un concesionario de coches

Publicado por
Aleix Serra
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Muy pocos ciclistas pueden presumir de haber derrotado en una misma carrera a Miguel Indurain y a Marco Pantani. Nuestro protagonista de hoy, es uno de ellos.

Evgeni Valentinovich Berzin nació en Víborg, una ciudad rusa prácticamente fronteriza con Finlandia y rápidamente recibió la formación deportiva de la siempre exigente escuela soviética.

Después de cosechar buenos resultados como junior y aficionado, pasó a profesionales en 1993 de la mano del Mercair Ballan. La primera temporada fue bastante discreta y muy pocos podían imaginar la que el ruso iba a liar en su segundo curso como profesional.

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Berzin empezaba la temporada como un cohete, ganando entre otras pruebas la prestigiosa Liège Bastogne Liège y con un año casi perfecto se plantaba a la salida del Giro de Italia.

Miguel Indurain era con diferencia el gran favorito. El ciclista español había ganado las dos últimas ediciones de la ronda italiana y ya llevaba 3 Tours de Francia consecutivos.

Los italianos Gianni Bugno y Claudio Chiappucchi parecían los únicos capacitados para acercarse al español.

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Pero para sorpresa de todo el mundo en eso Giro de Italia un rubio y jovencísimo ruso decidía que cuestionaría el reinado de Miguelón tanto en la montaña como en la contrarreloj.

Evgeni Berzin, que disputaba su segunda vuelta de tres semanas, se mostró intratable y con la maglia rosa subió a la más alto del podio acompañado de un jovencísimo Marco Pantani y de un derrotado Miguel Indurain.

Subió a la más alto del podio acompañado de un jovencísimo Marco Pantani y de un derrotado Miguel Indurain.

Con apenas 24 años, Berzin lo tenía todo de cara para triunfar en las grandes vueltas, pero su llama se fue apagando a una velocidad de vértigo.

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En Rusia se las prometían muy felices después de que Berzin empezase a despuntar

Al año siguiente no pudo defender su corona en Italia y desde que cayó derrotado a manos de Tony Rominger nunca más volvió a su nivel.

En 1996 y de nuevo en el Giro de Italia terminó décimo, pero a casi un cuarto de hora de su compatriota Pavel Tonkov.

Sin darse cuenta un tipo nacido un año antes que él, le estaba ganando la partida como el gran ciclista ruso del momento.

Tonkov tal vez tenía menos motor, pero muchísima más regularidad que Berzin. Pavel se retiró a los 36 años, mientras que Evgeni apenas llegó a los 30.

En sus últimas temporadas, Berzin era una sombra de sí mismo y después de intentar batir el récord de la hora (se retiraría a los 17 minutos), completamente desubicado decidió colgar la bicicleta.

Berzin era un juguete roto. Otra joven promesa soviética que mentalmente no daba para más.

Una vez retirado decidió empezar una nueva vida haciéndose con la propiedad de un concesionario de coches cerca de Milán.

Esta es la historia de Evgeni Berzin, otro sputnik ruso que se quedó sin gasolina antes de tiempo.

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Aleix Serra