La última vez que el Tour de Francia subió al Mont Ventoux, el británico Chris Froome nos dejó unas imágenes que ya son historia viva del ciclismo. Vestido con el maillot amarillo de líder y después de chocar contra una moto, se puso a correr hacía arriba sin bicicleta, en una situación de estrés máximo para no perder el liderato.
Han pasado cinco años de ese momento y este 2021 Froome sí que ha podido coronar el puerto montado en su bicicleta, pero a mucha distancia del ganador. Y es que la victoria ha sido para el belga Wout Van Aert, que se ha impuesto en solitario después de protagonizar la escapada del día.
Vencedor este año de la Amstel Gold Race y de la Gent-Wevelgem, además de dos etapas en Tirreno Adriático, se ha impuesto en una de las jornadas marcadas en rojo de este Tour de Francia. Un corredor que, por cierto, también sabe lo que es subir corriendo con la bici a hombros, en su caso durante la temporada de ciclocrós.
Con esta victoria, Van Aert ha demostrado ser uno de los corredores más completos – si no el que más – del pelotón profesional. Un ciclista que es capaz de acabar segundo en una llegada al esprint y, al día siguiente, ganar la undécima etapa de 198,9 kilómetros entre Sorgues y Malaucène, y con la doble ascensión al Mont Ventoux. Sin olvidar el cuarto puesto en la contrarreloj de este mismo Tour o el subcampeonato del mundo en ciclocrós.
Así pues, esta vez el coloso de paisaje lunar, sin apenas vegetación en sus rampas más prominentes, nos ha dejado otra imagen para el recuerdo: la de Wout Van Aert levantando los brazos en la línea de meta en Malaucène. Seguramente no será tan recordada como el esprint a pie de Froome, pero sí que marcará un antes y un después a la hora de describir a este ciclista belga.
Por si fuera poco, el belga ha comentado justo al acabar la etapa que “seguramente es mi mejor victoria hasta ahora. Es muy emocionante. Estoy muy orgulloso”.
