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De estudiar FP de Metal a campeón del mundo de ciclismo

Fue como la historia de Romeo y Julieta. Hace 23 años, en el Mundial de Verona, un estudiante de FP Metal, que había sido seleccionado contra pronóstico, se proclamaba campeón del mundo. Se llamaba Óscar Freire y hasta los periodistas españoles se preguntaban: ¿quién es este desconocido?

 

Ayer, mi amigo Pedro, que hoy trabaja en la Comunidad de Madrid y entonces vivía con sus padres junto al campo de fútbol de El Malecón en Torrelavega, me lo recordó:

-¿Cómo es que no has escrito hoy de mi paisano?

Pedro, que es gente de buena memoria, me dijo:

-Hoy se cumplen 23 años desde que Óscar Freire fue campeón del mundo en Verona.

Fue, en efecto, el domingo 10 de octubre de 1999. 

Pedro aún recuerda que un grito suyo y de sus hermanos, junto al televisor, despertó a su padre de la siesta, que se levantó como si hubiese llegado un monstruo a casa.

Pero es que un paisano de todos ellos, un chico de Torrelavega, acababa de proclamarse campeón del mundo de ciclismo.

-Recuerdo haber leído cosas suyas en ‘El Diario Montañés’ o en el ‘Alerta’, pero tampoco mucho -recuerda Pedro.

Carlos Arribas, el enviado especial de ‘El País’ a Verona, escribió un artículo, cuyo título lo decía todo:

-¿Quién es usted, señor Óscar Freire? 

En ese artículo Óscar Freire explicaba de cabo a rabo quién era, hasta su talla de pantalón.

Contaba que hasta hace nada estudiaba Formación Profesional de Metal y que lo había dejado para apostar por el ciclismo.

Sí, pero de ahí a campeón del mundo tan rápido. 

Pues sí. El 10 de octubre de 1999 Óscar Freire se proclamaba, a los 23 años, campeón del mundo en Verona.

Carlos Arribas lo bautizaba como “el ganador del Mundial más desconocido de los últimos 30 años”.

Mientras él tecleaba su crónica, Torrelavega salió a la calle.

Los bares hicieron una recaudación inesperada en aquel domingo de octubre y la noche se prolongó hasta la madrugada.

Pedro, que preparaba las oposiciones, recuerda que aquel domingo ya no tocó un libro. 

Una de las historias más románticas que nunca había sucedido en el ciclismo, vino a ver a su ciudad: Torrelavega, la industrial Torrelavega.

Antequera, el seleccionador, había confiado en él contra todo pronóstico.

Freire sólo había competido once días en todo 1999 por una lesión de rodilla.

Freire no parecía enemigo para los grandes favoritos que eran Ullrich, Vandenbroucke, Casagrande, Rebellin, Zberg, hasta Zülle…, en fin todos menos Freire.

Pero en la 15 vuelta de las 16 sólo quedaron 11 corredores en disposición de ganar.

Y uno de ellos fue Freire, que lo tenía claro:

“Nadie sabía que yo estaba ahí y esa era mi ventaja”.

La realidad que, cuando nadie se movió, él decidió moverse.

Y cuando Zberg (medalla de plata) cruzó la meta ya habían pasado 4 segundos desde que lo hizo Óscar Freire.

Y ayer se cumplieron 23 años desde aquel día.

Y Pedro me lo relató ayer, nada más verme, como si acabase de ocurrir.

 -Fue memorable. En Torrelavega jamás lo olvidaremos.

Aunque sea con un día de retraso, feliz cumpleaños a aquella maravillosa historia.


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