Categories: Noticias

Carlos Verona: 50 noches durmiendo en la montaña para ser el primero

Publicado por
Alfredo Varona
Publicidad

Hay pocas victorias más merecidas que la de Carlos Verona en la Dauphine. Una victoria de etapa (la primera de su vida de profesional) que llega a los 29 años, tras 12 de profesional, pero ¿cómo ha sido?

Sí: todos tenemos a Carlos Verona por un buen ciclista.

Es más, hasta nos cuesta imaginar el Movistar sin él: el ciclista de un territorio como San Lorenzo de El Escorial donde el ciclismo es como una religión.

Pero la realidad es que su nómina de victorias en el campo profesional estaba vacía hasta este sábado cuando ganó en Vaujany, en una prueba de tanto prestigio como la Dauphine Liberé.

Publicidad

Y esa victoria es como si hubiese sido de todos nosotros, que la celebramos como un gol de nuestro equipo de toda la vida.

Porque son 29 años los de Carlos Verona, 12 de profesional en los que jamás tuvimos que reprocharle nada: ni un error ni un mal gesto.

Y, sin embargo, nunca ganaba.

Publicidad

Había pegado dos tiros al poste en la Vuelta y en el Tour, pero.

“Yo soy ciclista desde hace 12 años no por las victorias, sino por el nivel”, justificaba él, que ayer, en lo alto del podio, recordó que claro que soñaba con un momento como este en la Dauphine.

“Me he quitado un peso de encima”, aceptó.

Y añadió:

Publicidad

-Poder tener esta foto es bonito y un motivo para seguir creciendo.

Y en esa foto estamos todos y está,  sobre todo, su gente, su mujer y sus hijos y su esfuerzo que él resumía así:

-Hay mucho trabajo detrás. Sin ir más lejos, este año hemos estado 50 noches durmiendo en altura.

Y al final todo llega.

-Tiene que ser hoy -se dijo a sí mismo Carlos Verona cuando entró en la última fuga porque además conocía el final.

-Habíamos venido a verlo cuando vinimos a reconocer las etapas del Tour la semana pasada.

Y esta vez la suerte le respetó.

-He pensado, con la suerte que tengo, va a llegar Roglic como un avión y me va a pasar. Pero tenía a Patxi Vila detrás, en el coche, dándome ánimos y alguna referencia…, y, bueno, al final, he sufrido mucho pero ha valido la pena.

Y eso es lo que da más valor a toda esta historia.

Pero, sobre todo, a la paciencia del ciclista que sabe esperar.

Porque nunca se sabe.

Y esa es la enseñanza que nos dejará siempre Carlos Verona.

Quizás nunca le recordaremos por su facilidad para ganar pero sí como uno de esos tipos que siempre da el nivel.

Publicidad
Comparte
Publicado por
Alfredo Varona