Mucho tiempo ha pasado desde la irrupción de los frenos de disco hidráulicos en el mundo de la bicicleta, primero en la de montaña para, más recientemente, introducirse en las bicicletas de carretera.
Por supuesto, y quien diga lo contrario miente como un bellaco, los frenos de disco no están exentos de mantenimiento; no sirve pensar que los cables y fundas de toda la vida se oxidan y el circuito hidráulico de un freno de disco de bicicleta no tiene mantenimiento ninguno como ya nos ha comentado algún cliente en nuestro taller.
Hoy veremos cuáles son las averías más comunes en este sistema de frenado, los tipos de aceite, el mantenimiento necesario, y la sustitución de sus diferentes partes. Averías y problemas de un freno de disco.
Dicho esto, alucinaremos con la potencia de frenado de nuestros frenos de disco salvo que nos encontremos con algunos problemas, bien por nuestro descuido, bien por simple avería.
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Uno de los problemas estrella de un freno de disco es la contaminación. La mayor parte de las veces la hemos encontrado en el freno trasero: engrasamos con spray y/o en exceso, el aceite llega al disco, las pastillas recogen el aceite del disco. Conclusión: pastillas contaminadas por aceite lubricante. Solución: limpiarlo todo con producto quitagrasas incluido el disco y sustituir las pastillas de freno. Obviamente, ni se os ocurra engrasar la pinza del freno como hemos encontrado alguna ocasión.
Al que nunca le haya rozado un disco en las pastillas de freno que levante la mano… ¿nadie?
La mayor parte de las veces es debido al mal posicionamiento de la pinza de freno sobre el disco mediante los dos tornillos que sujetan la pinza al cuadro o a la horquilla. Aflojamos tornillos, mantenemos maneta de freno pulsada, apretamos tornillos y soltamos maneta.
Pero no iba a ser tan fácil; otras veces es debido al excesivo desgaste de las pastillas o a un mal purgado del freno como veremos enseguida o de ambas cosas a la vez junto con el problema del párrafo anterior (triada!).
Cuando frenamos, el tacto de nuestro freno de disco es muy esponjoso o incluso la maneta de freno nos llega hasta el manillar teniendo un recorrido excesivo. Está claro: tenemos aire en el circuito hidráulico.
Salvo que tengamos una fuga de aceite, los frenos cogen aire, se acumulan burbujas de aire por el uso, de ahí que sea necesario, y mucho, el mantenimiento de un freno hidráulico. ¿O es que al coche no le revisamos el líquido de frenos? ¿No? ¡Corre al taller!
En el mundo de la bicicleta nos encontramos dos tipos de aceite en nuestros frenos, según las marcas:
Similar al que utilizan los coches y las motos, utilizado por marcas como Sram, Hayes, Avid y Formula. Se calienta menos que el mineral pero por contra es muy corrosivo: allá donde cae, por ejemplo la pintura de nuestra bicicleta, el color desaparece si no lo limpiamos bien. Aquí en oferta.
Usado por marcas como Shimano, Tektro o Magura. Se calienta más que el dot, pero no es corrosivo. Aquí en oferta.
Ninguno es mejor que el otro, simplemente son distintos. Por supuesto, ni se os ocurra utilizar aceite sintético en un freno preparado para aceite mineral y viceversa: las consecuencias serían catastróficas para los frenos de la bicicleta, es decir, freno nuevo.
Una vez que tenemos claro el aceite que debemos utilizar en el freno de nuestra bicicleta toca ponerse manos a la obra.
En general, debemos cambiar el líquido de frenos una vez al año, ya sea por exceso de uso y kilometraje o por haber dejado la bicicleta durmiendo en el trastero.
Cada maestrillo tiene su librillo pero la mejor manera de eliminar las burbujas de aire y/o cambiar el aceite de nuestros frenos es la siguiente, y dependiendo de la marca, lo haremos de un modo u otro, y con un instrumental u otro; aunque siempre existen en el mercado modelos de jeringuillas de purgado genéricas para muchos modelos. No te recomiendo el uso de inventos de “cuñao”; a veces funcionan y otras…. te tocará pasar por el taller a arreglar el desaguisado.
La marca japonesa dispone de un vaso de purgado muy cómodo de utilizar. Pondremos la maneta de freno en horizontal, sacamos el tornillo de purgado con una allen 2 ó 2.5 según el modelo para, a continuación, roscar el vaso de purgado en él y vertiendo en su interior un poco de aceite mineral Shimano.
Frenaremos varias veces y veremos como salen burbujas y el tacto del freno se hace firme a medida que va saliendo el aire.
Si lo que queremos es renovar el aceite de nuestro freno Shimano tendremos que inyectar aceite con la correspondiente jeringuilla desde la pinza hacia la maneta, para lo que tendremos que abrir el circuito hidráulico desde la pinza con una llave fija de 7mm, y siempre con la maneta de freno en su posición más alejada del manillar, la rueda correspondiente quitada, las pastillas desmontadas para evitar una posible contaminación, y los pistones bien sujetos con el espaciador amarillo Shimano correspondiente.
En el caso de Sram, necesitaremos un par de jeringuillas de la propia marca o compatibles ya que tenemos que roscarlas tanto en la maneta como en la pinza. Recordad, con aceite sintético (Sram recomienda el dot 5.1). Si os apetece probar, aquí os dejo oferta a un kit.
Para ello empezaremos desenroscando el tornillo de purgado en la pinza de freno con una llave torx 10, roscaremos la jeringuilla y haremos lo mismo en la maneta (si empezamos en la maneta se nos escapará el aceite cuando desenrosquemos el tornillo de la pinza).
Al igual que en el caso de Shimano (y cualquier otra marca), desmontaremos la rueda y las pastillas de freno e introduciremos en la pinza el espaciador de purga Sram.
Pasaremos el aceite de una jeringuilla a otra hasta que veamos que no salen burbujas y nuestro freno Sram se quedará listo para seguir jugando.
Llegado el fin de la vida útil de las pastillas de freno de nuestra bicicleta, y antes de dejarlas como cuchillas y estropear el disco, bastara con tener en nuestro poder las pastillas correspondientes a nuestro modelo de freno de disco.
Quitaremos la rueda, retiramos el pasador que sujeta las pastillas (con alicates, con allen 3, con torx 25, torx 20… según el modelo de freno), devolvemos los pistones a su posición original y montamos las pastillas nuevas.
Pueden pasar dos cosas:
Los discos de los frenos de la bicicleta también se gastan. Según el uso que le demos a la bicicleta, las condiciones barro o lluvia o la calidad de los componentes, los discos nos durarán mucho o mucho más.
Son muchas marcas las que existen en el mercado, Sram, Shimano, Galfer, Magura… pero hay que tener en cuenta un par de diferencias no sea que nos vayamos a equivocar.
Sabiendo esto aflojamos, quitamos disco, ponemos disco nuevo y apretamos.
En general un disco nuevo tiene un grosor de 1.8mm o 2mm en el caso de los discos enfocados al descenso. Hemos encontrado en el taller discos que parecían cuchillas de afeitar. No lleguéis a esos extremos, la salud de vuestros dientes está en juego.
En mayor o menor medida, el mantenimiento de nuestros frenos de disco requiere de más o menos herramienta especializada y experiencia.
Pero recordad, si no lo tenéis claro, visitad vuestro taller de confianza.
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Que tremenda explicación. Muchas gracias.
En estos momentos me encontraba en un problema que me ha quitado horas intentando ajustar la pinza delantera (caliper) de un freno shimano hidraulico. Roza el disco con las pastillas (al parecer ya han cumplido su vida util, aunque aun les queda aprox 0,5 mm)