61 años de Greg Lemond al filo de la navaja

Hoy, 26 de junio, cumple 61 años Greg Lemond, un ciclista que nos dejó marcados y que hoy está al filo de la navaja. Combate frente a la leucemia.

Hoy cumple 61 años Greg Lemond.

Necesitamos felicitarle más que nunca.

Está disputando el Tour más duro de su vida pues combate frente a una leucemia que ha puesto su vida patas arriba.

Pero, como en los años ochenta, todos creemos en Greg Lemond.

Un ganador de tres Tours de Francia que sólo declinó cuando apareció Indurain en el Tour del 91.

Indurain se iba a comer entonces a una generación que nos había hecho muy felices, que nos había dado mucha incertidumbre.

Y uno de ellos era el ganador de los últimos Tours  (1989 y 1990): Greg Lemond.

Lemond tenía 30 años y, sí, es verdad: ese no había sido su año y aquel iba a ser su final en el Tour de Francia (todos los finales son injustos), en la carrera que le vio nacer en la vieja Europa. 

A él: un joven rubio y de ojos azules, que había  venido de California, con una juventud apasionante y una seguridad en sí mismo que era como un libro de geografía e historia.

Lemond contaba que a los 17 años ya había escrito en un papel lo que quería ser y lo que quería ganar.

Y lo iba a conseguir.

De hecho, rompió el orden establecido que hasta entonces imponían Hinault y Fignon con sus malas caras, con la tiranía de su amor propio que era como si te colocasen alfileres en las sillas.

Es lo que debemos agradecer a Greg Lemond, lo que no podemos olvidar.

Nos demostró que un ganador también podía ser un buen compañero.

En 1985 le había dejado ganar el Tour a Bernard Hinault (corrían los dos en La Vie Claire).

Pero en 1986 nadie fue capaz de impedir la realidad.

Y la realidad era Greg Lemond.

Y nunca sabemos lo que hubiese pasado si no hubiese sido por aquel tiro en la espalda cuando iba de caza en aquel invierno del 87 que a otro le hubiese retirado del ciclismo.

Pero Lemond volvió con tiempo para ganar dos Tours. Sobre todo el que ganó por 9 segundos a Fignon se nos clavó en la memoria.

Y ése es el magnífico recuerdo que nos queda de Greg Lemond: un ciclista único, que tenía  gasolina en cualquier terreno y que no era un obsesionado de este oficio.

Se fue como llegó: sin enfrentarse nunca a nadie.

Pudo más que la adversidad. Fue más valiente que ella.

Por eso su recuerdo es tan tentador  y 31 años después de aquel Tour (en el que Indurain le hizo trizas) seguimos poniéndonos de pie al escuchar su nombre.

Y hoy quería felicitarle por su 61 cumpleaños.

Y volverle a dar ánimos y a recordarle que la leucemia ha escogido un mal habitante para pasar el rato.

Greg Lemond es uno de esos tipos a quienes la adversidad hizo más fuertes.

Por eso creemos rotundamente en él y en su recuperación.

Disfruta de tu día, Greg, y hasta pronto, amigo.