Inicio ciclismo profesional 5 predicciones atrevidas para esta temporada

5 predicciones atrevidas para esta temporada

Las bicicletas ya ruedan en Australia, en América Latina y están empezando a hacerlo en Europa. La temporada ya está en marcha. Muchos corredores se ponen un dorsal simplemente para acostumbrar el cuerpo a la competición y evaluar el trabajo hecho los meses previos.

Aun así, quien quiera aventurarse con pronósticos para esta temporada, no puede esperar más. Cada día que pasa hay más pistas y el asunto pierde la gracia. Aquí presentamos cinco predicciones más o menos atrevidas. Las lanzamos sin miedo, con una pizca de ánimo polemista, pero aportamos argumentos. Y algo está claro: no es impostura, nos las creemos de verdad.

Van Aert sigue sin mojar en Flandes y Roubaix

Wout van Aert con la toalla que casi le cuesta la victoria
Foto: Jumbo Visma Twitter

Para algunos, Wout van Aert es el mejor ciclista del mundo, lo que sea que eso signifique. Pero, en la que a priori debería ser su especialidad, las grandes clásicas, su palmarés se percibe corto. Su casillero en Flandes y Roubaix sigue a cero.

El belga rinde perfectamente en cualquier terreno y sobre cualquier superficie mientras esté a lomos de una bicicleta. Pero hay algo que se le puede achacar: raramente toma la iniciativa, al menos en las grandes clásicas. Parece cómodo corriendo junto a compañeros de nivel que realizan movimientos de anticipación. Llámese Evenepoel, con la selección belga, Benoot o Laporte o

Teunissen en sus equipos comerciales. Entonces van Aert permanece detrás, en el grupo de favoritos, a verlas venir. Y eso muchas veces no acaba bien para él.

Cuando no se halla en esta situación, a menudo son los rivales los que mueven ficha primero. Van der Poel, Alaphilippe, Pogacar… Y entonces toca responder, perseguir, jugar a la contra. Un poco lo que ocurría con Valverde, otro ciclista superlativo, polivalente al extremo y muy rápido. Confiar en resolver en el sprint final les ha dado algunas victorias, pero tal vez les ha privado de muchas más.

Este 2023 van Aert cuenta con un bloque potentísimo. Los del año pasado, más el refuerzo de Van Baarle, un auténtico maestro de la anticipación. Con él aumentan las posibilidades de que Jumbo-Visma gane. ¿Pero aumentan las posibilidades que gane van Aert? Bajo mi punto de vista, no. A menos que el belga pase a proceder de manera distinta a la que nos ha acostumbrado.

Un Giro de Italia sin italianos en el top10 por primera vez en la historia

Sería prácticamente una tragedia nacional, pero lo veo posible. El ciclismo se ha globalizado, la cantera transalpina de escaladores está en horas bajas y ya no se puede contar con Nibali, ni presumiblemente Pozzovivo. Solamente Damiano Caruso parece una opción sólida, pero en su equipo apunta que también estarán valores más jóvenes como Haig, Mäder o Buitrago.

Por su parte, Ciccone ya ha declarado que no tiene intención de ir a por la general, que va a ir a cazar etapas. Que eso le lleve a un puesto cercano al décimo no es descartable, pero tampoco muy probable. ¿Fortunato? No le será fácil. Y en lo que a jóvenes valores se refiere, vienen a la cabeza los Zana, Piccolo o Tiberi. De participar, ninguno de ellos parece que ya este 2023 corra con la idea de estar arriba; de brillar, es más lógico pensar que lo hagan buscando victorias parciales.

Vingegaard no revalida victoria en el Tour de Francia

Jonas Vingegaard

Su triunfo en 2022 fue incontestable, básicamente sustentado en dos pilares: unas prestaciones individuales brillantes y un equipo netamente superior al de los rivales en todos los terrenos. También se puede achacar en parte el resultado final al presunto error de Pogacar en la ya histórica etapa del Granon. Pero considero que, con una actuación más astuta y fría ese día por parte del esloveno, Vingegaard también hubiera acabado llevándose el Tour: de ahí al final, no mostró ni una mínima fisura.

¿Qué lleva a pensar que en 2023 será diferente, entonces? Por una parte, el segundo de los factores que antes hemos mencionado pinta a esfumarse: Roglic no tiene previsto acudir al Tour, con lo que la doble carta de Jumbo-Visma ya no podrá jugarse; además, UAE, el equipo de Pogacar, se ha reforzado: Yates, Vine… alguno de ellos seguro que apuntalará el ocho del Tour. Por otra, el recorrido de este 2023 parece algo más favorable a Pogacar: muchos finales en alto, pero pocas etapas de alta montaña de fondo, contrarreloj muy escasa… Detalles que, en un duelo tan parejo, llevan a inclinarse por el esloveno, algo más explosivo que el danés.

Enric Mas vuelve a quedar segundo en la Vuelta

El final de temporada del mallorquín fue espléndido. Una Vuelta a España de menos a más -no es un chiste- y unas clásicas italianas donde exhibió las mejores piernas del pelotón. Y todo ello pocas semanas después de un Tour de Francia aciago y una primavera agridulce.

Hace pocos días se presentó el recorrido de la Vuelta a España 2023 y algunos coincidimos en señalar que el trazado era muy propicio a sus cualidades: muchos días con montaña, abundancia extrema de finales en alto, pocos descensos a priori relevantes, contrarreloj anecdótica… una retahíla de ingredientes aptos para alguien como él, que no es de grandes aventuras ofensivas, pero que suele asimilar muy bien la dureza acumulada, el paso de los días.

A pesar de todo ello, veo difícil que esta Vuelta acabe en su palmarés. Mas es uno de esos corredores que, a pesar de tener un nivel altísimo, no son especialmente ganadores. Da la sensación que siempre tendrá como mínimo un rival algo superior. E incluso en igualdad manifiesta, también tendrá las de perder. Puede que este rival sea Pogacar o Vingegaard, el perdedor del anticipado e hipotético duelo del Tour. O puede que sea otro, llámese Simon Yates en un arrebato de solidez (brillante ya sabemos que lo es, y mucho), llámese Juan Ayuso, o quien quieran proyectar en ese papel.

El año de la eclosión definitiva de Pidcock en la ruta

Tom Pidcock caida clavícula recuperación

En 2022 el británico dejó sensaciones muy agridulces. De acuerdo, ganó en el Alpe d’Huez y cuajó un buen Tour en su debut en la ronda gala. Pero su temporada de clásicas fue mediocre y apenas apareció en algunas citas en las que se le esperaba.

Pogacar, Evenepoel y algún otro nos han acostumbrado a que jóvenes ciclistas se asienten en la élite del profesionalismo con una rapidez asombrosa, sin apenas mediar temporadas de aclimatación. Pero no es lo habitual. Pidcock puede perfectamente seguir una evolución algo menos fulgurante sin que eso signifique que no vaya a llegar al más alto nivel. En otras palabras, que su ascenso sea más progresivo.

La brillantez ya la ha mostrado: véase la Amstel Gold Race que le ganó a van Aert en 2021 (ah, ¿que dicen les jueces que no le ganó?), la Flecha Brabanzona del mismo año o la mencionada victoria en el Alpe d’Huez. Entonces, lo que le falta es solidez, replicar estas actuaciones de primerísimo nivel a lo largo de la temporada. Y es algo en lo que está trabajando concienzudamente. Este invierno está racionando su participación en su amado ciclocross en función de lo que es idóneo para su temporada de ruta. Este foco en el asfalto, hasta ahora inaudito en él, y la madurez física que le debe dar tener un año más (¡tan solo tiene 23 años!) deben dar resultados. Luego las carreras hay que correrlas, pero tengo el convencimiento que a la salida se presentará el mejor Pidcock visto hasta ahora en la carretera.


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