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Voy a humanizar a un campeón del mundo

www.luisalbertohernando.com
Es un guardia civil que salva vidas, que pone multas y que este fin de semana ha sido campeón del mundo por quinta vez con casi 40 años. Así es Luis Alberto Hernando: la rareza no mata. 

Entre las posibilidades que brinda el periodismo está la de hablar con un campeón del mundo. La excusa no es la de felicitarlo ni la de pedirle una fotografía para los niños, sino la de conocerlo; la de comprobar que no todos los campeones del mundo tienen un yate en Ibiza ni hay que dar mil y una vueltas hasta localizarlos. También los hay como él, Luis Alberto Hernando, que es campeón del mundo y no es ningún impostor: tan solo reduce cierta distancia con la ciudadanía. Vive en un cuartel de la guardia civil en Jaca y es capaz de invitarte a desayunar o a comer cualquier día en la cantina para comprobar que aquello es una gran familia y que ni siquiera Messi tendría por qué sentirse fuera de juego en ese hábitat. “Somos gente, la mayoría, que amamos el deporte”.

La diferencia es que él, Luis Alberto Hernando, acaba de ser el sábado campeón del mundo de trail por quinta vez. Una fotografía que no necesita micrófono ni una cámara de televisión que, en realidad, nos explicaría algo más que una victoria. Nos explicaría que la vanidad no forma parte del trofeo y que una copa de campeón del mundo no siempre te distancia de la clase media. La prueba vuelve a ser él, que tiene la hipoteca de su casa contratada con un banco que ojalá no fuese el Popular. Hasta ahí no llegó mi afán de curiosidad que a veces se parece a un ataque de lumbago. Quizás porque eso también es lo que le permite a uno cuidar el oficio y resumir a personajes como éste, su día a día o su trabajo de guardia civil por los montes o las carreteras de Jaca, donde no se ganan títulos pero sí se pueden salvar vidas. Así es la voluntad de ese uniforme, ganado por oposición, y sin el que él,  Luis Alberto Hernando, sería un hombre incompleto y casi inexplicable. Su vida económica formaría parte del riesgo y del pasajero merchandasing de ser campeón del mundo que en su caso, desde que empezó a correr a los 10 años en Burgos, nunca le dio ni para pensar en comprarse una casa en Manhattan.


“Prefiero ser guardia civil a ser campeón del mundo”


Pero no pasa nada. Y tampoco pasa nada porque falten los diamantes en los desayunos de esa cantina de Jaca, donde él,  Luis Alberto Hernando, deja plantada a la duda. No hay entonces forma de no adherirse a él, de no llevar a la humildad al altar o de no quererlo como, en realidad, es. Porque esos son sus pies en el suelo o la herencia de esa vida suya en la que dio tantos botes y quemó tantos coches porque así es la vida de un guardia civil hasta que uno encuentra el destino perfecto. Así que el día que hablé con él no hice más que comparar al hombre con el campeón del mundo. Pude ser un gran pesado, quizás por esa obsesiva tentación por comparar o por encontrar un tratado de paz que iguale su sueldo en el cuartel con esas cartas de felicitación por ser campeón del mundo, selladas por la presidencia del Gobierno y guardadas con responsabilidad en su caja fuerte. Pero entonces vuelve a aparecer él, que no se lía a tiros con la locura. “Prefiero ser guardia civil a ser campeón del mundo”, replica.

Ian Corless (www.luisalbertohernando.com)

Así es el sudor de la frente de un campeón del mundo. El tornillo ése que le acompaña en una mano tras una caída en el monte. La sensatez o su sensatez, que podría ser su madre biológica o su cuenta corriente en la que uno del mismo modo que lo ve fotografiado en el más alto del podio también se lo imagina poniendo multas en la carretera. Y entonces vuelvo a recordar que la locura es la pieza maestra de este relato, todas esas cosas de la vida que hubiésemos puesto en manos de Franz Kafka, el único capaz de sacar el hacha de guerra o de poner orden a una situación que, sin embargo, él, Luis Alberto Hernando, regulariza con la diplomacia de un Tribunal. Quizás por eso mañana volverá a ser campeón del mundo y nosotros volveremos a preguntarle: ‘cuántos años tienes?’ Y entonces él, LuIs Alberto Hernando, la próxima primavera, contestará  ’40, tengo 40 años’ .

@AlfredoVaronaA 


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2 COMENTARIOS

  1. Simplemente
    impresionante, con.todos.mis.respetos.a los mediaticos de moda, gracias.por.su articulo y le animo a continuar con.su.magnifico trabajo, que tengas.ustedes un.buen día.

  2. Gran articulo, y es que la victoria en este deporte tan difícil solo te la paga el amor a la montaña, y sus valores son tan altos que no necesita de farándula mediática ni egos.

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