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Sergio Sánchez: la paz empieza nunca

Ahora, en uno de los mejores momentos de su vida, la Federación renuncia a él para el Europeo de cross, pero él ya no se sube por las paredes

Podría ser esto como esa película ‘1 franco, 14 pesetas’. Podría ser él ese emigrante que vuelve de Suiza y que nunca más  encontrará su lugar en su país. Podría ser, y lo es hoy en León,  Sergio Sánchez que, a los 34 años, ya no sabe qué decir como si su lenguaje estuviese pidiendo un alto el fuego. Quizás por eso hoy ha recibido con más humanidad que nunca esta exclusión de la selección en la que sólo es capaz de preguntarse “qué he hecho esta vez yo para merecer esto. Si hay un atleta perseguido por los controles ése soy yo. No hay nadie en el mundo que esté pasando tantos como yo. He pedido perdón por lo que hice, y no me cansaré de pedirlo. No hice bien y lo sé, lo reconozco. Pero esto es otra vida, una nueva vida en la que me encuentro que los últimos cuatro o cinco meses, en los que me había preparado a fondo para este Europeo de cross de Cerdeña, no van a valer para nada”.

No se trata de amarle u odiarle, sino de escucharle. Al menos, esta vez, donde vuelve a ir a todas partes de la mano de su padre, “un hombre de 59 anos, jubilado hace ocho de la mina, que vuelve a desvivirse por mí. Vive cerca y cada mañana viene a casa a prepararme una papilla de frutas, a acompañarme a llevar al niño al colegio o a darme un masaje en las piernas. Y creo que los dos nos merecíamos vivir ese Europeo de cross, donde yo ya estaba soñando con la medalla y me parece que mis piernas me daban la razón. Nos la daban a los dos desde que hice ese entrenamiento de 10 km en el perímetro de hierba que rodea a la pista de atletismo de La Robla, a 1.030 metros de altitud y en el que bajé de 29’00” yendo solo el último 4.000. Un entreno que a mí me lo dice todo y, sin embargo, ahora me pregunto de qué va a valer. No sé ni cómo expresar la rabia”.

“(…) Ni siquiera mi padre, que es mi ángel de la guarda, ha podido echarme la bronca. Esta vez no ha podido decirme que le he decepcionado como me dijo cuando di positivo por dopaje”

Hace hoy un día helador en León, donde Sergio Sánchez salió a correr a primera hora de la mañana 15 kilómetros e iba a repetir a mediodía. “Pero no, ya no. Ni siquiera mi padre, que es mi ángel de la guarda, me ha incitado a hacerlo. No ha podido echarme la bronca. Esta vez no ha podido decirme que le he decepcionado como me dijo cuando di positivo por dopaje. Entonces fue más duro para él que para mí. El día que se lo conté solo se le ocurrió a decirme, “tengo que seguir estando a tu lado, pese a todo”, y no era fácil para él, que acababa de divorciarse de mi madre y había sido acusado de malos tratos por ella por esas cosas que a veces hacen las mujeres. Pero yo siempre creeré en él”.

En una conversación tan desorganizada, en la que sigue costando tanto devolverle la credibilidad perdida, lo mejor es escucharle a él, un hombre herido sin miedo a explicar sus heridas. “Esta ha sido mi derrota más dura porque yo no he hecho nada malo. No es como cuando me dopé. Entonces tuve que callarme. Sabía a lo que me arriesgaba. Sabía que algo podía pasar. Pero me faltó cabeza. Me sentí agobiado por las facturas, por la hipoteca de la casa, por el niño recién nacido y, en definitiva, por la necesidad.  Llevaba meses sin recibir la beca de la Federación, y no quiero culpar a nadie de lo que yo hice. Pero no es fácil vivir en la cabeza de un hombre que se siente angustiado. Es una batalla dura en la que uno, a veces, toma decisiones irresponsables: yo lo hice y lo siento, pero ya lo pagué”.

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“Encontraré fuerzas para seguir luchando porque, aunque parezca mentira, hay gente que ha vuelto a creer en mí”

Hoy, dice que no le sobra el dinero, “porque en el atletismo actual es casi imposible ahorrar”, y vive, sobre todo, de lo que ganó los últimos dos años en Suiza, donde emigró gracias a un atleta suizo, Stéphane Joly, que le abrió las puertas de lo que él juzga como “un trabajo bueno y bien pagado. Trabajaba en una fábrica de relojes, en los hornos industriales. Tenía un horario de siete de la mañana a cuatro de la tarde con una hora libre para comer. Y no, no era un trabajo tan duro. Quizá lo peor es que te podías cortar las manos con el metal. Pero me parece que yo aprendí rápido. De hecho, continúa mi vinculación con ellos. Voy tres días cada mes y hago el mantenimiento industrial de los hornos. Entonces trabajo doce o catorce horas. Pero merece la pena, porque ahí podría estar mi futuro y el de mi familia. Me lo he ganado. Creo que supe hacerlo y me enorgullece, porque no me resultó tan fácil. Antes de salir lo de Suiza estuve en Frankfurt trabajando en el aeropuerto, en fin, la vida es la que es”.

Ahora, antes de que sea imposible, una vez cumplidos los dos años de sanción, decidió volver a correr o a intentarlo en el atletismo de élite. “Tenía ese sueño. No quería dejarlo como lo dejé. No me parecía justo siquiera ni para mí ni para mi familia”. Volvió a León y ha demostrado que todavía es posible a los 34 años y que podía luchar por el oro en el Europeo de cross de Cerdeña. Sin embargo, hoy, al conocerse su exclusión de la selección española, las redes sociales celebraban victoriosas su exclusión. “Supongo que algo de culpa tendré yo. Hay gente a la que no he sabido ganármela o a la que no he sabido pedirle perdón. Pero la vida no es fácil para nadie. No todos podemos vivir sin cometer errores”. La realidad es que Sergio asegura hoy algo casi excepcional conociendo su personalidad: ya quiere escapar de la polémica. “Voy a seguir luchando frente a las injusticias, pero intentaré moderarme, sí, claro. Hoy estoy tan fastidiado que no es el día para decirlo, pero supongo que encontraré fuerzas para seguir luchando porque, aunque parezca mentira, hay gente que ha vuelto a creer en mí. Y si no se puede volveré a Suiza. Pero me niego a creer que yo no vaya a recuperarme de esta o todavía no pueda hacer algo grande en el atletismo. Debería hacerlo. Mi padre se lo merece”.

@AlfredoVaronaA


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9 COMENTARIOS

    • El equipo está por encima de los individuos. Hay que llevar a gente que haga familia, buen rollo y que ayude a mantener la marca España lo más limpia posible. Buen inicio de Chapado y gran selección de Cid.

      • Pues si quieren a alguien que haga familia, buen rollo y venda la “marca España” pues que lleven a Bsbal.
        Pero si lo que buscan es medallas deben llevarse a los mejores, y Sergio lo ha demostrado.

  1. Menuda campañita le estais haciendo al dopado…menos mal que los que le conocemos como persona (nefasta) tambien sabemos lo que hizo como deportista (trampas).

    Señores, lo que este tio reclama es que se le perdone todo una vida sembrando vientos en el atletismo español o pensais que lo de las redes sociales es un tema personal? Nada mas lejos de la realidad, los atletas españoles NO QUEREMOS A ESTE TIO EN ESTE DEPORTE.

    • Y tu que eres el representante sindical o legal de todos los atletas españoles para hablar en nombre de todos?

  2. Pero que hipócritas!
    La inmensa mayoría de los deportistas de elite y sobre todo los de los deportes donde se mueven cantidades vergonzosas de dinero SE DOPAN.
    La cosa es si en ese momento es ilegal ese producto , si les pillan en ese momento justo y un montón de factores a tener en cuenta o trucos para que no les pillen.

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