Running a la Una, a las Dos…¡VENDIDO!

La realidad del atletismo popular a día de hoy es que sufre una profunda afectación comercial. Esto no dista mucho de cualquier otra actividad o producto susceptible de ser comercializado y al que por supuesto también golpeará el marketing.

¿POR QUÉ CORREMOS?

Son innumerables los motivos que entre todos los corredores se podrían acumular, pero con un criterio generalista podemos englobarlos en tres grupos.

Racionales

Estos motivos son cosas que identificamos como positivas conscientemente; deseamos alcanzarlas y por ello decidimos y apostamos por correr. Hablo de correr por salud, por combatir el estrés, para pasar más tiempo fuera de casa porque no soportas a tu marido o  vives en un ático sin aire y es agosto, por estética, etc.

Irracionales

La parte irracional del ser humano es fundamental y hermosa, es nuestro animal y hay que quererlo y cuidarlo. Los motivos irracionales no atienden a decisiones sino a necesidades fisiológicas o al instinto; la liberación de determinadas substancias como las endorfinas u otros “productos” del cerebro son muchas veces los culpables de esta motivación indomable. La sociabilidad del ser humano (necesidad de pertenencia a un grupo), la competitividad y afán de superación, calmar un vacío existencial, etc. 

Tóxicos

Funcionan del mismo modo que un virus informático, que permite a tu ordenador hacer las gilipolleces más grandes (desde que el cursor del ratón haga circulitos hasta la entrega de datos privados) en detrimento tuyo y a favor del pirata informático. Estos motivos surgen de la manipulación y creación de necesidades que apelan a nuestras inseguridades, a nuestras partes débiles, y que pretenden imitar o prostituyen otras motivaciones dignas ya sean racionales o irracionales.

Como un ladrón de guante blanco, el marketing te roba el criterio. La utilización más flagrante es la estética, y ahí juega un papel fundamental la publicidad y el mundo de la imagen. Se va imprimiendo poco a poco en nuestras mentes cuál es la estética correcta (a poder ser inalcanzable) y la convierten en estandarte de un producto: “Compra esto o aquello y serás así o asá”.

Normalmente esta corriente es tan grande, homogénea y aplastante que pasa desapercibida y no hay mucha gente que levante la voz, y de los medios ya ni hablemos. Todos asumimos que una braga se vende con un culo bronceado y forma de sandía, y nadie quiere ver un gordo luciendo unos Kalvin Klein mientras espera sentado en la parada del bus.

Por ello el modus operandi ante una campaña publicitaria pasa por llamar a una agencia de publicidad o, si no tienes mucha pasta o eres un poco tacaño, llamas directamente a unos modelos que conoce un contacto tuyo… !o mejor aún! Llamas a unos colegas guapetes que se contentarán con algunos euros o incluso con un par de birras. Y con algo así he tenido la fortuna de cruzarme esta mañana en Facebook. Algo que por estar tan mal hecho te da una bofetada y te hace darte cuenta de cuál es la dinámica general del asunto.

Hablo de gente que no ha corrido en su vida, posando para la promoción de una carrera. ¡¿Qué le pasa a la gente de Adidas Running?! Vosotros mismos:

Algunas reacciones a la campaña en su cuenta…(atención)…de 5.137.407 fans

Con un recurso del agrado de Francisco Umbral, diré que esta promoción es mediocre pero ridícula. Y quiero terminar parafraseando a Kase.O: “de lo que no veas no te creas nada, de lo que veas créete la mitad”.

Foto: Pablo Cusiné