Inicio El Taller del Corredor ¿Qué son las fracturas por estrés?

¿Qué son las fracturas por estrés?

¡Hola amig@s de La Bolsa del Corredor! En esta ocasión queremos hacer una serie de entradas dedicadas a una lesión que puede arruinar una parte de la temporada de los corredores, como es la fractura de estrés de un hueso. Generalmente, en corredores esta fractura puede darse en un metatarsiano del pie, en la tibia o en el sacro. Aunque no son las lesiones más frecuentes, si que suelen verse con asiduidad. Además, es de las más temidas por el elevado tiempo de inactividad que pueden llegar a suponer (un mínimo de 4 semanas, más la recuperación de las sensaciones, forma, etc.).

Generalmente las fracturas se ocasionan por un traumatismo brusco e intenso, lo que fisura o rompe el hueso. Sin embargo, las fracturas de estrés ocurren como resultado de lesiones microscópicas mantenidas en el tiempo cuando el hueso está sujeto a un estrés sub-máximo repetido. Es decir, el hueso estaría recibiendo cargas que por si solas no podrían romperlo jamás. Pero, con el paso del tiempo si el hueso sigue recibiendo ciclos repetidos de carga, la acumulación de esas pequeñas lesiones puede conllevar una lesión macro estructural y provocar una fisura o fractura del hueso afectado.

En los huesos hay dos partes claramente diferenciadas, el hueso cortical (más duro y compacto) y el trabecular (menos denso, también llamado esponjoso). El hueso cortical, sirve como de soporte para la inserción de músculos y tendones para actuar como palanca de movimientos. Todas las vibraciones derivadas de los impactos sobre el asfalto son absorbidas por el hueso cortical. Además, este hueso tiene una actividad de reparación lenta, por lo que las lesiones microscópicas pueden tardar más tiempo en remodelarse.

El hueso esponjoso, situado en los huesos planos y en el canal medular de todo el esqueleto tiene actividades regenerativas rápidas. De hecho, las trabéculas óseas (Fig. 1) llegan a cambiar su orientación en poco tiempo dependiendo de donde se reciban las cargas. Así, una posible lesión en hueso esponjoso sería mas rápidamente reparada por el organismo.

(Fig. 1) Hueso cortical y esponjoso en la cabeza y diáfisis del fémur.

Generalmente, las fracturas por estrés ocurren en huesos largos (tibia, metatarsianos), en los que la proporción de hueso cortical es mucho mayor a la del hueso esponjoso. Puesto que el hueso cortical es más denso, absorbe todas las vibraciones y se repara más lentamente, es más propenso a la aparición de las fisuras o fracturas por estrés.

En el caso de la carrera a pie, la sobrecarga mecánica continuada que causa las fracturas seguramente esté causada por pequeñas asimetrías en el apoyo o por una dura rutina de entrenamiento. Generalmente estas lesiones suelen ir “avisando”, pero como los corredores somos duros de mollera y ante una molestia tendemos a obviarla porque pensamos “¿Donde está mi límite? ¡Lo más importante es seguir entrenando!”, cuando nos damos cuenta ya estamos metidos en la lesión y es cuando nos echamos las manos a la cabeza.

En corredores, en un estudio en 133 sujetos, 57 mujeres y 76 hombres, se encontró que casi el 20% de l@s atletas tuvieron una lesión por estrés cada año. La mitad de los atletas con fracturas por estrés se lesionaron a los 19 años o menos, lo que indica que la juventud (en estos casos), no es un factor protector para la lesión (1).

Las lesiones por estrés más frecuentes fueron en la tibia (31.3%), seguida del sacro (16.4%), metatarsiano del pie (13.4%), diáfisis femoral (8.9%), cuello del fémur, escafoides y peroné (cada uno el 7.4%), y otras localizaciones (8%).

En este estudio se identificó que las mujeres presentaban mayor número de fracturas por estrés que los hombres. Además el 37.7% de las mujeres que presentaron fracturas por estrés se lesionaron en zonas esponjosas del hueso, como el cuello femoral, sacro o el calcáneo. Esto es raro, debido a la alta capacidad de adaptación y regeneración de este tipo de hueso, lo que podría deberse a una inadecuada nutrición, que pudiera afectar a la calidad del hueso (1).

¿Cómo se que tengo una fractura por estrés?

Generalmente se suele manifestar por un dolor acusado que comienza con la actividad física, pero que con reposo tiende a desaparecer. Al principio el dolor es moderado (pudiendo confundirse con otras lesiones), y como el corredor suele ser de los que no deja de entrenar ni aunque le paguen, se vuelve constante a lo largo de las semanas, encontrando inflamación y un dolor creciente en la zona. Cuando se ha producido la fisura o fractura el dolor es muy intenso y obliga a interrumpir la actividad física.

¿Como diagnosticar una fractura de estrés?

En ocasiones identificar las fracturas por estrés puede ser complicado ya que en la primera fase de producción, la fractura no es visible a los RX, por lo que es común que si nos hacen una radiografía, la lesión no aparezca y nos digan que no tenemos nada.

Así, continuamos entrenando y el dolor se va agravando, y al hacer una segunda radiografía, a los 7-10 días, ya aparece la fisura o fractura mencionada. De ahí que son necesarias  radiografías en distintos planos, y a ser posible deberíamos hacernos otras pruebas diagnósticas como un TAC (Fig. 2), resonancia magnética o gammagrafía ósea (en la medida de lo posible, claro).

TAC de una fractura por estrés en la tibia derecha.

¿Y que hacemos?

Un reposo total de 4 a 6 semanas será fundamental, ya que estas fracturas por estrés generalmente no se desplazan y serán capaces de cicatrizar solas. Lo que al principio se ve como una simple fisura o desunión de los fragmentos de hueso (Fig. 3), con el tiempo se convierte en un “callo óseo” (Fig. 4) o masa de cicatrización que con el tiempo se reabsorbe para volver a la forma inicial del hueso.

FRACTURA DE ESTRES
Izq. (Fig.3) fisura o desunión de los fragmentos de hueso / Dcha. (Fig. 4) callo óseo

Dependiendo de la localización de la fractura, y de otras condiciones, necesitaremos otros tratamientos, pero el descanso (total) será completamente necesario para ayudar a una correcta reconstrucción del hueso dañado.

Bueno, amig@s de la Bolsa del Corredor, en posteriores entradas repasaremos los mecanismos de producción de las principales fracturas por estrés en corredores (tibia, sacro, etc.) para que podáis intentar evitarlas, y podáis seguir haciendo lo que mejor se nos da ¡CORRER!.

  1. Patterns of Bone Stress Injuries in Division I Collegiate Distance Runners: A Retrospective Cohort Study. PM R 7 (2015) S83-S222

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3 COMENTARIOS

  1. Hola amigos, me encantan los temas que publican, soy corredora desde que tengo 10 años, ahora ya son 45, y hoy me diagnosticaron fractura por estrés en trabeculas del calcáneo… Mi pregunta es.. Puedo hacer bicicleta estática mientras espero que pasen las 4 semanas de recuperación?? Gracias,!! Ah, soy Chilena.. Un abrazo.
    Elizabeth Gangas

    • Hola! yo también soy corredora y Hace muy poco salí de una fractura por estrés y cuando estaba en tratamiento no me dejaban hacer nada de impacto pero bicicleta estática si podía!

  2. Llevo 1 mes sin correr y me mata la tristeza, tengo una fractura de cuello de fémur por stress, llegue a 4,5min por km constante en 15 k, luego de 4 semanas más de reposo quién sabe cuanto tarde en recuperar ese tiempo

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