Bajo la denominación Fresh Foam se esconde una tecnología que está dando qué hablar desde hace un tiempo… y seguirá siendo así. Es lo que sucede cuando alguien la acierta: que sea lo que sea que se haya sacado de la chistera, llega para quedarse
En el duro mundo de la competencia entre marcas deportivas hay un producto estrella y son las zapatillas de correr. Es un artilugio aparentemente sencillo pero que, aplicado al deporte y en concreto a la carrera a pie desarrolla una complejidad enorme. Y dentro de la propia zapatilla hay un segmento donde se libra la mayor de las batallas: la mediasuela.
Responsable entre otros de la amortiguación, la estabilidad y también del confort, es la parte más importante de una zapatilla. Y no sólo por eso, sino porque es por donde antes se desgastan (sí, aunque engañe su aspecto impoluto, las mediasuelas se desgastan por compactación).
Y volviendo al título… Si merece ser comentada la tecnología Fresh Foam es sobre todo por las bondades del producto, pero también por otros dos motivos: Primero, por ser una apuesta arriesgada por parte de New Balance de renunciar a un sistema de amortiguación insertado en la mediasuela (léase aire, gel, wave y otros) que sí utilizan la mayoría de marcas de la competencia y segundo, por no utilizar tampoco distintos materiales de diferentes durezas o densidades para estabilizar la pisada.
Entonces hemos llegado nosotros y nos hemos esforzado en saber si la gente de Sports Researchs Lab, perteneciente a NB, se ha ganado merecidamente el sueldo… Éste ha sido el resultado:
ORIGEN DE FRESH FOAM
El origen hay que buscarlo en Boston, Massachusets (EEUU). En el New Balance Sport Research Lab y más concretamente en el Innovation Studio. Y es que hasta la llegada de Fresh Foam no había nada igual. Sí que existían mediasuelas basadas en un único material, pero lo que New Balance se planteó en su momento, viendo el resultado, es aunar en una única solución tecnológica amortiguación, estabilidad, ligereza, respuesta, flexibilidad,… ¡y sencillez! Vamos, ahí es nada. Se dice rápido pero no es fácil. Desde New Balance nos han explicado que realizaron infinidad de estudios de pisada a corredores de todo tipo, élite incluidos, para analizar y saber exactamente qué debían de buscar… El resultado fue Fresh Foam.
¿QUÉ ES?
¿En qué consiste en realidad Fresh Foam? Se puede decir que es un compuesto de polímeros termoplásticos que dan como resultado una espuma suave, confortable, ligera y estable, construido en base a un diseño informático revolucionario.
Respecto a otros materiales de amortiguación más o menos tradicionales de New Balance, se traduce en ser más suave que el compuesto Revlite y más ligero que el Acteva Lite, ambos materiales utilizados en otros modelos de la firma. Fresh Foam se aplica en la mediasuela y tiene como una de sus características estar hecho de una sola pieza.
El desarrollo de Fresh Foam se realiza a nivel informático después de analizar múltiples estudios biomecánicos de diferentes atletas (incluyendo el equipo élite de NB). Los datos analizados sobre impacto, presiones, transiciones del pie y apoyo son los que permiten desarrollar el tamaño, orientación y la superficie de contorno de las paredes laterales de la mediasuela, así como el patrón de sus geometrías. New Balance da predominancia tanto a la orientación como a la profundidad de dichas formas según sea el objetivo en cada zapatilla.
Así pues se llega a esas formas hexagonales tan características que podemos observar en las zapatillas expuestas en las tiendas: existen unas zonas cóncavas que permiten una mayor compresión (y producen una sensación suave) y zonas convexas que se resisten a la compresión (y producen un efecto más firme). A grandes rasgos se explica como que las formas hexagonales que tienen hueco hacia dentro son más suaves puesto que son más fáciles de comprimir y las formas hexagonales a las que les sobresale el material hacia fuera son más firmes dado que son más difíciles de comprimir.
Y aquí es donde entra el control de pronación del invento, que también lo tiene (aunque aquellos corredores clásicos y que aún busquen el tono grisáceo de la cara interior de las mediasuelas para saber si tienen control de estabilidad, van a tener que reciclarse o actualizarse…). Controlando la convexión de los hexágonos del interior de la mediasuela, New Balance dota de mayor amortiguación y/o mayor estabilidad a cada modelo de zapatilla.
¿EN QUÉ MODELOS SE ENCUENTRA?
El entorno de zapatillas de entrenamiento está siendo la puerta de entrada de la tecnología Fresh Foam. Modelos como Boracay, Zante y la trailera T980 ya la incorporan. Pero no nos llevemos a engaño puesto que no serán la única opción. De hecho, Zante incorpora tecnología Fresh Foam y en cambio es una zapatilla que no sólo sirve para entrenamientos, sino que también pueden utilizarla los corredores rápidos. Para ello Fresh Foam se combina con la horma VL-6 que es una horma intermedia entre lo que sería una horma de entrenamiento y una de competición… Y todo ello aderezado con un drop de 6mm para demostrar que lo suave y amortiguado no tiene por qué estar reñido con la velocidad.
¿Y en el trail? Pues también sirve este ingenio tecnológico: Dado que uno de los lugares donde más impacto e inestabilidad hay que soportar es en la zona trasera-media del pie, es justo en esa zona donde New Balance dota de más firmeza. Esto es así para garantizar por un lado la amortiguación, y por otro frenar la tendencia a la sobrepronación debida a las grandes fuerzas que pretenden llevar la carga hacia la zona del arco plantar.
SUELA
Aunque hemos hablado de la mediasuela, el mismo principio geométrico se aplica también a la suela. Eso sí, no el mismo material sino Blown Rubber, por una cuestión de durabilidad. Así pues en la suela observamos el mismo diseño hexagonal pero de mayor tamaño para las zonas de alta presión como el talón y el metatarso y en cambio un diseño hexagonal de menor tamaño en la zona del arco plantar, donde hay menor presión y se necesita mayor flexibilidad.
La disposición de los tacos varía también según la superficie para la que esté pensada la zapatilla. Así pues, en modelos concebidos para superficies duras como el asfalto (suela verde), los tacos hexagonales serán más bien planos, para un buen contacto con el firme. En cambio en modelos ideales para el trail (suela roja) la disposición de los mismos buscará más la profundidad de tracción y con diferente orientación en la zona delantera que en la trasera (dado que se trabaja de diferente manera en las subidas que en las bajadas). Todo en aras de la tracción y siguiendo la misma idea de geometría inteligente que observamos en la media suela.
UPPER
Y como es habitual con las grandes tecnologías, éstas obligan al resto de materiales y diseños que las acompañan a ponerse las pilas. En el caso del upper de las zapatillas con Fresh Foam observamos la desaparición progresiva de costuras buscando más suavidad y también potenciando los detalles (lengüetas de neopreno, cordones elásticos…). Ya se sabe que los conjuntos han de estar equilibrados, de nada sirve tener una gran mediasuela si no se tiene el mismo cariño por el desarrollo del resto de una zapatilla.
En definitiva, Fresh Foam no sólo ha supuesto una innovación tecnológica, sino que además ha sido un acierto, tanto en el concepto como en el resultado final. Una tecnología al alcance de todo tipo de corredor dado que supone una buena solución técnica para aquellos conceptos de amortiguación, estabilidad, confortabilidad, ligereza, etc., que la inmensa mayoría de corredores necesitan y buscan.
