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La guerra de los récords

En pleno debate sobre la posibilidad, o no, de romper la barrera de las 2 horas en Maratón que supondría un hito histórico en el mundo del atletismo, tal como lo fue en su día la barrera de los 4 minutos en la Milla (que tiempos aquellos), la Federación Europea de Atletismo y a la vista de los informes de la Agencia Mundial Antidopaje ha creado un equipo de expertos que van a analizar con detenimiento todos los récords Europeos con intención de borrar todos  aquellos que consideren sospechosos, o imposibles.

Este grupo de expertos trabajará y estudiará cada uno de los 43 récords Europeos (22 masculinos y 21 femeninos) con el objetivo de borrar de la lista los que según sus estudios fueron logrados con trampa y se han dado de plazo de aquí al mes de septiembre para hacer oficial su informe, del que se ha avanzado que 30 de las 43 marcas Europeas resultan sospechosas.

Está claro que esta “lista” de supuestos atletas dopados en un pasado, en algunos casos, bastante lejano, no será del agrado de todo el mundo y generará un tremendo debate: “por qué este y no este”, “por qué a este no lo han metido en el saco si todo el mundo lo señala” etc. etc.

Los primeros sospechosos no se han hecho de rogar, y ya hay nombres que suenan con fuerza a ser candidatos de ser señalados como posibles tramposos.

La plusmarca Europea de los 100 metros de Obikwelu (compartida con el Francés Jimmy Vicaut) no resulta del agrado de todos, mas cuando el atleta estuvo relacionado con la Operación Galgo, su técnico, Manuel Pascua Piqueras lo dijo en su día que el velocista consumía testosterona.  El Belga Mouhit aun conserva su récord Europeo de 5000 metros, a pesar de que dio positivo poco después de la plusmarca Europea. Farah tampoco se librará de estar en la lista, señalado desde hace tiempo y en duda constante tanto el como su entrenador Alberto Salazar, a este grupo de especialistas le resultan dudosos sus 3:28.81 en los 1500 metros así como los 26:46.57 en los 10.000 metros, rodeado siempre de polémica, se le relacionó con el técnico Jama Aden, investigado por su implicación en la Operación Grial.

La lista será mucho mas extensa, con nombres que sonarán mas o menos.

Entre las mujeres, varios nombres propios: Paula Radcliffe, sus 2h15:25 en Maratón son una marca inalcanzable hoy en día incluso para las portentosas atletas del cuerno de África. Ellas son las mas damnificadas, de hecho entre los récords femeninos, solo 4 se salvarían de la “quema” (solo los 100 metros, el martillo, la jabalina y el heptatlón resultarían creíbles para estos expertos) Schippers, (sí, la velocista Holandesa), Koch, Kratochvilova, Kazankina, Shobukoba y un largo etc. podrían ser borradas de los anales de la historia (otra cosa será ver a quien le corresponderán esas nuevas plusmarcas, lo que decía mas arriba, mucho va a dar que hablar y escribir) entre los hombres, al margen de los nombrados, Schonlebe,  Zwierzchlewski, Sjoberg, Emmiyan o el gran Jan Zeleny podrían estar en la lista.

La evolución del deportista o su relación con ciertas personas de la época así como la imposibilidad de poder acercarse en tanto tiempo a sus marcas son algunos de los condicionantes, la lista será larga, seguro.

Esta propuesta de la EAA viene motivada por el dopaje de estado Ruso, una práctica implantada en el país y de la que se vieron beneficiados muchos de los atletas que ahora ocupan el cuadro de honor Europeo, pero:  ¿Y si se aplicasen los mismos criterios y pusiéramos en dudas las plusmarcas mundiales de Atletismo?, ¿qué pasaría?, ¿qué pasaría si la IAAF se le diera por revisar los records mundiales actuales y borrar o señalar aquellos que considerasen dudosos o sospechosos? ¿Cuántos se salvarían?

Usain Bolt, el gran emblema del atletismo en los últimos años tal vez no se salvaría. De los 6 velocistas mas rápidos del mundo de todos los tiempos 5 de ellos han dado positivo, es decir, Bolt limpio, ha sido mejor que todos ellos “sucios”.

Atendiendo a su trayectoria, Kimetto también sería señalado, antes de lograr (y de qué manera) su récord mundial de Maratón Kimetto corrió en 2:04:16 y 2:03:45 la prueba, tras su récord en 2:05:50 y 2:11:44, su rendimiento ha caído en picado, ¿acomodamiento o algo más?

Los 2:45 de Sotomayor en altura también caerían en el saco de la duda, sus dos años de sanción y las múltiples acusaciones de prácticas prohibidas a lo largo de su carrera, razones para ponerle el semáforo ámbar.

¿Y qué me dicen de los 2:14.20 de Souleiman en 1000m? En el foco de todas las miradas sin lugar a dudas. Su técnico Jama Aden era el que tenía en su hotel de Sabadell EPO para parar un tren, otra discípula suya (y que se ha salvado de momento de la quema) Dibaba sería señalada con el dedo acusador, sus 3:50.07 borraron del mapa la marca mundial de los 1500 de la China de la “sangre de tortuga” Yunxia Qu.

Los límites del ser humano y su constante esfuerzo por sobrepasarlos es la gran terna del deporte, cada vez que un récord es batido la duda de si ha sido de manera legal, o ilegal, se pone sobre la mesa, es un debate que daña el deporte y que resta méritos a los propios protagonistas, claro está que los antecedentes son los que son.

Jugar a señalar es fácil, lo difícil para esta comisión de expertos será poder demostrar todo ello, demostrar con datos científicos pruebas que los atletas de sus listas no jugaban con las mismas cartas que los demás y que no merecen ser recordados como los mejores dentro de sus disciplinas, lo demás, conjeturas.

Lo que sí tenemos claro es que tendremos tema para rato, seguro.

@Kidzapatillas


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2 COMENTARIOS

  1. Hola a todos.
    Os dejo mi opinión por aquí, por aquello de ser Twitter una limitación de espacio que no va conmigo a la hora de razonar o argumentar.
    Comienzo por decir que creo que la medida responde más a un “clamor popular”, a una petición tácita derivada del runrún del iniciado, que a una necesidad real. Y me explico. Bien es cierto que la idea inicial parte de una buena base, que es eliminar aquellos récords que, al menos, se sospecha con evidencia que han sido conseguidos de manera “ilegal” (claramente entrecomillado, porque al no existir una rotundidad real, todo parte de una evidente subjetividad). Sin embargo, y ahí viene uno de los grandes problemas del asunto, ¿hasta dónde se acota la evidencia? Es decir, partiendo de esta premisa, podrían ser anulados un récord tras otro, y que la plusmarca llegue a recaer en el que, hoy día, figura como vigésimo cuarto -por decir algo- en el ránking all-time. ¿Dónde y cómo parar? ¿Hasta dónde? ¿Por qué unos sí y otros no?
    Lo que saco de todo esto es que existe una voluntad muy poco real de luchar contra el verdadero problema, y las medidas resultan más efectistas que efectivas. Me mantengo, siempre, en una postura muy radical frente al dopaje. Y bien es conocido por quien haya leído u oído alguna vez algún artículo, opinión, tuit o razonamiento salido de mis teclas o de mi boca. Pero el problema, legislación aparte (uno de los mayores) es mucho más profundo que anular ciertos récords, y permitir que permanezcan otros. Como bien citas, Ángel, en el artículo, ¿tendrá la valentía la European Athletics de encarar con mano de hierro la plusmarca de Radcliffe? ¿Y las de Farah? ¿O preferirán ceder al clamor de eliminar a Koch o Kratochvilová, mientras permanecen Timmermann, Schult, Sedykh o Kazankina? ¿Serán capaces de cuestionar a Schippers, Lavillenie, Kipketer o Jackson, mientras aguantan estoicamente su lugar Paquillo, Sergio Sánchez, Chambers, Obikwelu o Abeylegesse?

    Una verdadera locura.

    Un abrazo.

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