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Atapuerca homenajea a las chicas fallecidas

1) Inglaterra, la bella señora del cross, se levantó en lágrimas este pasado martes con la triste noticia del infame asesinato de dos de sus chiquillas promesas, Stace Burrows y Lucy Pyott, de 16 y 17 añitos. El destino quiso que la vida de estas chicas se cruzaran con la de un desgraciado que conducía al volante ciego de alcohol y las arrolló literalmente, mientras ellas se disponían a correr como cada mañana con la ilusión de ser alguien en este deporte. Un hecho que, por desgracia no es algo insólito, y que espeluzna tanto o más si pensamos que podría suceder a cualquiera de los atletas que hoy corrían en Atapuerca; chicos y chicas, que, como cada mañana, también entrenan y se exponen a que se cruce en sus caminos el descerebrado de turno que lleva la muerte al volante.

Hoy Lucy pensaba tomar la salida en este precioso enclave de Atapuerca. Tristemente no pudo ser. Joder, que pena y que rabia todo. Se hizo un conmovedor minuto de silencio que dejó el cuerpo descolocado al masivo público que acudió a la cita. Seguramente las familias devastadas de estas chicas agradecerán el gesto. Tampoco hay que esperar que un acto de amor así tenga devolución, porque sino dejaría de serlo. En cualquier caso solo hay que esperar que el tipejo que lo hizo se muera de vergüenza ajena en la cárcel, y seguramente así será, viniendo de un país, que, a diferencia del nuestro, sí se toma en serio la justicia.

2) Hace un tiempo el hombre de Atapuerca corría en cueros por este precioso parque antropológico. Llevaba lanza, y hacía fuego con dos palitos. Hoy, 400.000 mil años después, con un poco más de ropa, distintas reglas del juego, y calzado chachi, trotaban por esta misma pradera 5.500 inscritos y un total de 288 equipos. Esta es la prueba del algodón en la que demuestra que el ser humano cuando sigue corriendo tantísimo tiempo después, será porque nació para ello y algo bueno debe reportarle. Así que, señores y señoras, muévanse de sus sofás, y no vayan contra natura. Quítense la bata, no hace falta que salgan en cueros como el hombre de Atapuerca. Apaguen el televisor, que es la lanza del hombre moderno hoy, y salgan a disfrutar como lo han hecho estos valientes atletas dejándose la piel.

3) Aunque el tablero digital de la insulsa retransmisión de la carrera de Teledeporte mostraba, equivocadamente, el nombre de la ganadora en categoría femenina, la etíope Belaynesh Oljira, la verdadera ganadora, finalmente, fue la extraordinaria Senbere Teferi, que hoy en Burgos se tomó cumplida venganza de su segundo puesto en el mundial de China a manos de la campeona del mundo, la Keniana Agnes Jebet Tirop, que hoy le intercambió la plaza mundialista y quedó segunda en Atapuerca.

Teferi hizo de Etíope a carta cabal. Sacó el manual del buen corredor de su país y se quedó como una gatita agazapada de ojos inquietantes afilándose las uñas. Esperó su momento para cazar a sus dos gorriones, las kenianas, Tirop y Nawowuna. Juntas formaron un grupo de cuatro titanes en el que inicialmente también estaba Oljira que se quedó descolgada pasada la mitad de la prueba. Teferi sabía que había que seguir a Nawowuna, esta chiquilla de piernas infinitas, sobrina de grandes corredores clásicos de Kenia, de nuevo pagó la novatada de los juegos de Río donde perdió el bronce a manos de Tirunesh Dibaba en una carrera que salió a morir, tal y como lo ha hecho hoy aquí. Teferi, la gatita de Atapuerca, vigiló a Nawowuna desde atrás, y de hecho no debía ser fácil perderla de vista porque no creo que haya una atleta en el mundo ahora mismo más alta que esta deslumbrante keniana.

La etíope esperó a que Nawowuna ejerciera todo el trabajo de demolición como corresponde a unas piernas que valen ¡29 minutos! en un tartán. A falta de 500 metros, se procuró tener en el punto de mira también a la campeona del mundo, Tirop. Finalmente saltó sobre ellas dos y no les dejó ni las plumas. Ese instante fue de una belleza plástica espectacular. En las deuvetecas de las escuelas deportivas, ese ataque perpetrado desde la estrategia pura, debería ser visualizado para entender las formas que tienen de correr de los etíopes, más cerebrales y fríos, en contraste al carácter apasionado y desmedido de los Kenianos, que parece que no disfrutan si no jadean desde el primer metro. Muy meritoria fue la cuarta plaza de la Irlandesa, Fiona Mccormack, que está para reverdecer los laureles de campeona de Europa.

4) El comentarista dijo: “Hay posibilidades de que las españolas conecten claramente con la irlandesa, (Fiona)” Pero las españolas no conectaban con la irlandesa ni con el ferry que lleva de Cantabria a Irlanda. ¡Ay, la endogamia, que ridícula es cuando asoma sus orejas!

5) Todo parece indicar que, cuando los crosses pequeños no tengan talonario para traer a estas bellísimas 4 africanas de hoy, es decir, cuando se vayan a su galaxia a millones de kilómetros de esta, la española nacionalizada, Trihas Gebre, se hinchará a ganar a manos llenas porque la diferencia entre ella y el resto de españolas es muy abismal. Ya lo hemos dicho en alguna ocasión, la élite femenina de la piel de toro, es hoy una grieta muy ancha en la pared del despacho del futuro presidente de la Federación que tendrá que pensar muy mucho si es necesario llevar a un equipo entero de chicas al mundial de Uganda, porque si hay algo que se debe mimar es la estima, (y el bolsillo), y la cita mundialista puede ser una máquina de triturar estima, además de un gasto administrativo de billetes y estancia totalmente innecesarios. Otra cosa será el Europeo, que, además de Gebre, y a falta de saber que pasará con Celia Antón o Lucía Rodríguez en el junior, se puede mantener algo en pie con la veterana Nuria Fernández. Hoy entró a 2 minutos de  la cabeza, completamente chamuscada tras la estela de fuego que dejó en el firmamento el misil-tierra aire Africano.

6) Imane Merga es a Atapuerca lo que la olla a la cocina. Este pedazo de atleta por el idilio que mantiene con la prueba y su constancia, parece que viva todo el año en la réplica de la choza que representa la escena agreste de las estatuas de los hombrecitos primitivos que hay situada en un giro del circuito. De hecho, él nació en uno de los lugares mas primitivos de Etiopía, que aún cuesta que haya luz, como el hombre de Atapuerca. Esta vez no pudo hacer el sexteto (se habla pronto y rápido, pero llevaba 5 veces seguidas ganando). En la línea de salida, además de tener un curriculum muy superior al resto, era él quien dirigió al público la sonrisa más bonita como corresponde a una gran estrella.

Hoy sólo pudo hacer tercero. No es que estuviera peor que otros años. Para nada. O sí, puede que sí, que el ugandés Toroitich (2) y Ayalew (1) estuvieran mejor. El sprint final que protagonizaron ambos con un insólito Merga descolgado fue de esos que llevan los puños a la boca y que, en cierta manera, recuerdan a aquel de hace dos años en que Merga ganó a Edris con el saliente de su traquea quemada.

Conviene señalar que hoy el trazado de Atapuerca no estaba embarrado ni había agua, no era un terreno puro cross, cien por cien, y las piernas de Merga no encontraron su mejor aliado en el paisaje, que es justamente cuando el piso requiere tracción motora de 4×4. Ahí es donde el etíope se siente más cómodo y es más fuerte.

La carrera fue preciosa de principio y a fin. El crono del trío ganador llegó a marcar en los dos mil metros finales 5:30, unos 10 segundos por km más rápido que el tiempo registrado en el kilómetro 7. Muy rápidos, algo realmente que no deja de ser sorprendente en el caso de Toroitich y Ayalew, dos atletas sobresalientes en el cross, que, sin embargo, dejan mucho que desear en la superficie rápida del tartán.

En el panorama patrio, hubieron sorprendentes apariciones como la de Sergio Sánchez, el relojero, que hoy hizo valer la cresta de gallo de pelea que lucía y terminó muy adelante. mientras que otro partener del juego trucado, Bezabeh, en las filas del Bikila, quiso romper la carrera cuando se cumplían 6:33 y la carrera terminó rompiéndole a él.

Sánchez que llegaba de muy atrás, se quedó cortado en el segundo grupo donde, ojo, solo por delante de él, quedaban Fifa, Lamdassem, Mayo y Abadía, los chicos de Mareca, ambos inconmensurables, resistiendo el galope africano y terminando por delante de alguno incluso. Había expectación por ver a Abadía tras su agosto horribilis y la verdad es que no defraudó. Rara vez lo hace. Las clases de Aerobic parece que le han sentado muy bien, pero, sobre todo, los ciento y pico largos de kilómetros que llevan semanales él y su buen amigo, Mayo, la esperanza vestida en tupé, que huele otro año metal en el Europeo de Chia. Destacar la participación de Mechaal que salió envalentonado y llegó andando, hastiado del cross de Atapuerca.

Otro que huele a metal en su categoría es Jordi Torrents que estuvo fino fino corriendo con los juniors y parece que le ha sentado muy bien el cambio de entrenador.

11-Atapuerca disfrutó del mejor cross del mundo en chicas, de eso no hay duda. De un gran ambientazo.  Sin embargo, en chicos, solo contó con el cuarto del mundo en China y con el décimo clasificado, Ayalew. A mi entender se quedó corto de estrellas en categoría masculina, aunque hay que tener en cuenta que los tres primeros clasificados del mundial están ahora lesionados, si bien gente como los eritreos Teklemariam Mehdin y Tadesse, hoy estaban en Madrid comiendo porras con chocolate y le habría venido bien a la carrera contar con ellos para apretar aún más el gas de lo ilustre.

12-En cualquier caso, eso no empaña a Atapuerca, el mejor cross del mundo en el que 6 abuelillos tocan las grallas para poner banda sonora al hombre ejercitando una de sus primitivas esencias. Correr al aire fresco, algo, en definitiva, más viejo que las montañas.

Ilustración: Unaitxo

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