RONDO BLAUGRANA

Las estadísticas y el Balón de Oro

Mourinho se funde en elogios hacia Leo Messi

Mourinho se funde en elogios hacia Leo Messi / sport

XAVI TORRES

Verano del 2016. Manchester. Noche previa a la presentación de Pep Guardiola como entrenador del City. Buena conversación con Txiki Begiristain, director técnico ‘citizen’. El nombre de Paul Pogba en ebullición máxima, con el Real Madrid y el Manchester United –lo acabaría contratando– peleándose por él dispuestos a pagar 120 millones de euros. ¿Y el City? Pues no. Habló Txiki: “No hace suficientes goles ni da suficientes asistencias para gastarse ese dineral. A ese precio hay que marcar 40 goles por temporada. Solamente pagaría tanto dinero por un futbolista sin estadísticas. Y como es imposible, me olvido de él”. ¿Imaginan quién es, verdad? Por supuesto, Andrés Iniesta. Repasaba el ex del Barça los números de la temporada pasada del centrocampista manchego: un gol y cuatro asistencias. ¿Solo? Sí. Sin embargo, su producción de fútbol es inigualable. Ejemplo: su talento para el desborde elimina la primera presión con un regate y ante el dos contra uno que se genera en la frontal del área cede el balón a Neymar, que da el pase definitivo a Suárez. Estadística: asistencia del brasileño y gol del uruguayo. ¿Y dónde está Iniesta en esa tabla de números? 

El 8 azulgrana está en la lista de los 30 futbolistas aspirantes al Balón de Oro, pero sin opciones para ganarlo. Este trofeo no cualifica, solo cuantifica. ¿Dónde pretende ir con esos números? Cristiano Ronaldo, dicen, es quien lo tiene mejor. Títulos y goles le avalan. Y también los intereses de sus patrocinadores y las emociones de sus seguidores, sobre todo los de Madrid y Portugal. Se entiende. Sin embargo, hay otro triturador de estadísticas que dobla, además, la producción de fútbol del jugador del Real Madrid. Sí, claro, es Leo Messi. El debate se va a hacer largo porque el premio no se concede hasta el 13 de diciembre.

Cuando Iniesta o Xavi, en 2010, perdieron el Balón de Oro en manos del ‘10’ su decepción fue menor. Sabían que Messi era el mejor. Lo mismo le ha sucedido a Neymar. Vino a Europa a comerse el mundo pero el balón lo ha puesto en su sitio, según el paladar, del dos al cinco del mundo (¡que no está nada mal!). Lo mismo le sucedería a Cristiano. Si entrenara con Messi cada día se daría cuenta de lo que hay. Mientras tanto, y como la opción es imposible, mantendrá su batalla a base de estadísticas. Le honra su profesionalidad y ambición. Pero si hablamos de fútbol, ¿verdad Txiki?