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"Si yo jugara en el Barça"

Luis Suárez y Neymar han marcado casi todos los goles del Barça en las últimas jornadas

Luis Suárez y Neymar han marcado casi todos los goles del Barça en las últimas jornadas / sport

Xavi Torres

El 0-4 del Barcelona en el Santiago Bernabéu no luce tanto como el 0-5 del futbolista Johan Cruyff o el 2-6 del entrenador Pep Guardiola, pero más allá del marcador la superioridad de los azulgranas fue, esta vez, incluso mayor. Un meneo espectacular de principio a fin. Un baño de Luis Enrique a Rafa Benítez. Una deliciosa exhibición de fútbol. 

No hace falta insistir en que los jugadores del Real Madrid no tuvieron su mejor día. Tampoco que su entrenador falló en el planteamiento y las correcciones. Es evidente, por tanto, que los cracks y el técnico son culpables de la humillación recibida ante la propia afición. Pero dicho esto habrá que apuntar al origen del problema y, por lo visto, es bastante más grave que el 0-4 del sábado.

La diferencia entre las 11 estrellas blancas y las 11 barcelonistas no tiene nada que ver con el talento individual (todos son cracks) sino con el método que las une a todas. El Barça ha convertido en cultura una filosofía de trabajo que permite a sus futbolistas jugar con los ojos cerrados aglutinando calidades individuales al servicio del colectivo. Para entendernos: el cerebro del equipo es el sistema de juego. Nada que ver con la puesta en escena del Real Madrid, una suma de cromos que no completa el álbum. 

"Si yo jugara en el Barça..." podían preguntarse Marcelo, Kroos, Modric, Benzema... hasta completar los once jugadores blancos. A ellos, que son excelentes jugadores, les falta lo que su presidente, Florentino Pérez, les ha estado negando durante tantos años de autoritarismo deportivo: una metodología sin curvas que impida la sucesión imposible de técnicos que han vivido ellos: Pellegrini-Mourinho-Ancelotti-Benítez. Una lección para quien quiera dirigir un club y, además, recoger éxitos.