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La fiesta del Doblete en el Camp Nou

La fiesta del Doblete en el Camp Nou / sport

Xavi Torres

“La Santísima Trinidad” hubiera sido, también, un buen titular. La magnífica actuación del Barcelona en el Calderón para cerrar la temporada con cuatro títulos merece que la afición se sienta orgullosa de todo su equipo y que el grupo de Luis Enrique lo haga de sus seguidores ya que el rendimiento de ambos en Madrid fue, simplemente, descomunal. Las circunstancias dibujaron un escenario tan poco habitual como bien resuelto. Por todos.

Pero me van a permitir destacar a la Santísima Trinidad de la final de la Copa (y, tal vez, añadiendo a Luis Suárez, de la temporada). Piqué, Iniesta y Messi. Por encima de todos. De locos. La versión que vimos ante el Sevilla de estas tres estrellas demuestra su compromiso con la causa. Piqué, fino defensor, vivió más cerca del suelo y del tackle que del balón; Iniesta corrió más que nadie mientras daba lecciones de fútbol y Messi se hartó de diagonales defensivas para cerrar las salidas de los de Emery. La expulsión de Mascherano dibujó la puesta en escena más camaleónica posible de este Barça triunfador, una rebeldía maravillosa de quien está acostumbrado a ganar y va a perder. O eso creían algunos... Vencer en la final de una manera diferente rompe con la manifiesta realidad de que el Barça solo sabe ganar en abrumadora superioridad futbolística. Pues por una vez, no.   Lo que los futbolistas del Barcelona hicieron en el Vicente Calderón tiene un mérito espectacular. Jugar casi una hora 10 contra 11 y ante este Sevilla, intenso, orgulloso, hambriento, ver como se te lesiona Suárez, seguir, seguir y seguir, batallando contra la mente... La afición barcelonista debe valorarlo porque, aunque parezca fácil, ganar exige mucho esfuerzo. Y un doblete por segundo año consecutivo es bestial.

Piqué, Iniesta y Messi vencieron, por primera vez en su vida, con épica. Ellos y sus compañeros. Y hoy estarán muy contentos porque estas victorias saben muy bien. Pero a Piqué, Iniesta y Messi, y también a sus compañeros –pensarán ellos mismos-, lo que les interesa es no volver a vivir situaciones como las del domingo y tratar de ganar con los elementos con los que se sienten más cómodos. El Barça, lógicamente, sufrió jugando en inferioridad y ganó, ya en igualdad numérica y en superioridad, con el pase de siempre de Messi al lateral Alba y con la pelota interior de siempre de Messi a Neymar. Ahí Piqué, Iniesta y Messi son los Piqué, Iniesta y Messi que marcan la diferencia, los mejores futbolistas del mundo en sus posiciones. Porque los Piqué, Iniesta y Messi que corren, luchan, pelean y se tiran por el suelo tienen contrincantes tan buenos o mejores que ellos para ejercer esa función. Los que anhelan un cambio de método, los que sueñan con borrar las esencias basándose en el éxito de la Copa, que lancen el debate dentro del vestuario. A ver si tienen suerte. Está bien ver con el mono de trabajo a Piqué, Iniesta y Messi (y todos sus compañeros, claro), pero que sea por un día. Gladiadores de 120 minutos. Solo eso. Cuanto más lejos del manual, más humanos. Felicidades a todos los barcelonistas.