Rondo blaugrana

Con... y sin Messi

Rafinha marcó de cabeza

Rafinha marcó de cabeza / sport

Xavi Torres

Superado con éxito el partido ante el Sporting, el Barça visitará mañana al Borussia Mönchengladbach, en la Liga de Campeones, un reto mayor aunque no estemos ante el partido del siglo. Messi sigue sin estar así que mejor no pensar en él. Hacerlo sería injusto para su sustituto ya que perdería todas las comparaciones futbolísticas. Y además, para ser prácticos, no sirve de nada.

Luis Enrique lo sabe y los jugadores, también. Y esto es lo más importante porque ni uno ni los otros afrontan el partido de la misma manera, ni en la previa ni en el juego. Es evidente que Messi condiciona extraordinariamente el fútbol de su equipo hasta el punto que el terreno de juego parece desnivelarse hacia la derecha: casi el 63% de los ataques del Barça, con Messi, discurren por ese espacio del campo. Incluso un futbolista como Busquets, diestro él, tiende a girar de manera antinatural para golpear el balón hacia el costado del 10. Es normal. Todos quieren ganar y saben cuál es el camino más corto hacia la victoria.

¿Y sin él? Pues todo es más equilibrado. Todo más natural. Más lógico. Los extremos del campo pesan lo mismo así que el terreno de juego se vuelve plano. Bueno, casi... porque Neymar es, sin el crack argentino, quien lidera el ataque azulgrana. Defensivamente (siguiendo con la alineación del Molinón), Rafinha convirtió el partido en un 4-4-2 lo que permite a Busquets y a los interiores (Arda y Gomes) vivir mejor; ofensivamente, el equipo debe tirar de método. Como es más dificil ganar a través de una genialidad es básico mover el balón y moverse individual y colectivamente como mandan los cánones del gran tesoro barcelonista: un paso adelante -necesario- de cada jugador a través de un fútbol mucho más colectivo y solidario. 

En Gijón se echó en falta un poco de control del juego. Pausa. Está bien que el equipo (y Luis Enrique, más) se sienta cómodo corriendo pero tal vez en otros estadios y ante otros rivales se necesitará. Para estar en ese vestuario hay que tener mucha calidad... y mucha personalidad. Sin Messi, es el momento. En Alemania no se gana sin jugar un buen partido.