La historia del Barça

Aloy: El área era su hábitat

Debutó marcando un gol a los 11 minutos. Fue delantero del Barça de las Cinco Copas y sus hijos siguieron sus pasos... ¡en la portería!

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Lluís Aloy posando con la camiseta del FC Barcelona antes de empezar un partido en Les Corts / sport

David Salinas

El pasado 8 de junio nos dejó Lluís Aloy Vidal, nacido en Santa Coloma de Gramanet el 8 de febrero de 1930. Tenía 82 años. Fue una muerte muy llorada por el vínculo que siempre tuvo con el FC Barcelona, primero como jugador y después como entrenador del filial.

Aloy llegó al Barça procedente de la Gramenet, donde los técnicos barcelonistas, después de verlo jugar, no dudaron en llevarlo a Les Corts. El joven Aloy era un prometedor delantero y no tardó mucho tiempo en demostrarlo. Con el filial, el España Industrial, además de ascender de categoría, marcó 48 goles en un año. Después dio el esperado salto al Amateur, y más tarde, al primer equipo.

Debutó oficialmente el 10 de septiembre de 1950 en un Barça-Real Sociedad (8-2) que abría la Liga 1950-51. Tenía 19 años y solo tardó 11 minutos en marcar el primer gol... Aloy, como recuerda su hijo Lluís Miquel, "era un hombre de área, sabía moverse muy bien en esa pequeña zona del campo y, uno de sus puntos fuertes era el remate de cabeza. Un especialista".

Había conseguido lo más difícil: llegar. Ahora tenía que demostrar que podía estar en un vestuario cargado de estrellas donde la competencia era feroz. Mucho talento para solo once puestos. Y en ese tiempo no era como ahora, donde las rotaciones están a la orden del día... Antes los entrenadores tenían un once titular y la entrada y salida de jugadores dependía única y exclusivamente de las lesiones.

Pero hacerse con un lugar en aquel FC Barcelona era casi misión imposible para un joven como Aloy, por mucha calidad y ganas que tuviera. Pero fue gracias a su compromiso que se mantuvo en la entidad cuatro temporadas, aunque jugando muy poco. Aloy permaneció en la plantilla hasta la temporada 1953-54 y tuvo la oportunidad de formar parte de uno de los mejores equipos de la historia: el Barça de las Cinco Copas. En estas temporadas en el primer equipo ganó la Copa Latina, dos Ligas, tres Copas y dos Copas Eva Duarte.

El último partido oficial que jugó fue un Sevilla-Barça (3-1) el 13 de diciembre de 1953. Después llegó la lesión en la rodilla en un amistoso que lo dejó en el dique seco más de medio año. Aloy se recuperó en Monistrol de Calders, el mismo pueblo donde lo hacía Kubala. A raíz de esta estancia, la familia Aloy-Tarascón pasó muchos veranos y muchas navidades en la localidad del Bages.

Era una época en la que las lesiones de rodilla acostumbraban a retirar a los jugadores que las sufrían, pero Aloy pudo volver a los terrenos de juego, aunque ya lejos de Les Corts y en una división inferior (segunda). Oviedo, Cádiz, Sabadell, Badalona, Figueres y Sants (1963-64) disfrutaron de su juego valiente y vertical y de sus goles. Colgó las botas a los 34 años.

El fútbol seguía siendo su gran pasión y se lanzó a la siempre imprevisible aventura del banquillo. Con el título en el bolsillo y las mismas ganas de siempre, Aloy empezó una larga y exitosa carrera como entrenador. Empezó dirigiendo a la Gramenet, de donde pasó al Barça Atlètic, donde estuvo cuatro temporadas, desde la 1972-73 a la 1975-76. Cogió al filial en regional preferente y lo ascendió a segunda división. Después pasó por los banquillos del Sant Andreu, Valladolid, Logroñés (ascendió a segunda división), Zamora (donde tuvo bajo sus órdenes a su hijo Lluís Miquel, que jugaba de portero), Pontevedra, Andorra, Lleida, Sant Andreu, Manlleu, Vilafranca y Calafell. Lo dejó a los 78 años.

Aloy vivió con pasión su profesión. Hizo siempre lo que más le gustó y, en este sentido, fue un afortunado. Pero no todo sería de color de rosa... La vida le reservó un momento especialmente duro como fue la pérdida de su segundo hijo, Francesc Xavier, a los 34 años, víctima de una enfermedad pulmonar. Y, como Lluís Miquel, Francesc Xavier también llegó a jugar en el FC Barcelona en categoría juvenil. También era portero. Curiosamente, el delantero, el goleador, vio como sus hijos aparcaban su especialidad para hacer justamente lo contrario sobre un campo de fútbol: evitar los goles.

La saga de los Aloy no desaparece con la muerte de Lluís. Su hijo mayor, Lluís Miquel, siguió la estela de su padre e hizo carrera bajo los palos de la Peña Los Leones de Santa Coloma, Gramanet, Sant Andreu, Barça Atlètic (juvenil), Valladolid Promesas, Zamora, Diter Zafra, Portuense, Ibiza, Lorca, Girona, Andorra, Huesca y, nuevamente, Andorra. Después, como su padre, se pasó al banquillo para dirigir al selección sub 16 del Principado (tiene la nacionalidad andorrana), Sant Julià y Santa Coloma, club en el que cumple su quinta temporada.

Aloy murió en la Policlínica Comarcal de El Vendrell a causa de una insuficiencia cardíaca respiratoria.