A BALÓN PARADO

El Real Madrid se está desangrando

Toni Frieros

El Real Madrid se desangra. Tiene una herida abierta y no se cierra. Y ya no es por estar a dieciséis puntos del FC Barcelona, que son muchísimos, es por todo...

¿Y qué es ese todo? Pues el continuo sinvivir en el que está instalado el madridismo por culpa de una forma de ser y de estar que no son propias ni de la historia ni del estilo del Real Madrid.

Estar así, a pulso diario, más pendiente de temas extradeportivos que del balón, agota hasta a quien tiene una paciencia centenaria, como es el caso del club blanco. Ha de ser agotador perder tantas energías viendo fantasmas y enemigos por doquier. Y creándoselos...

Todo el mundo sabe dónde se encuentra el problema y cómo se soluciona. Y el final de esta historia acabará de forma traumática porque extirpar el mal del tejido merengue será doloroso, costoso... y un fracaso.

Más que deportivo, social, porque cuando vas por Europa, por España, y donde antes te aplaudían ahora te silban, ¡ah amigo mío!, eso no es culpa de la prensa canallesca. El problema es otro. Y el Madrid no puede permitirse ni un día más vivir en esta situación.

Lo de Iker Casillas ha sido, simplemente, la gota que ha colmado la paciencia de muchos madridistas que todavía pensaban que el entrenador del primer equipo actuaba con sentido común.

Al técnico portugués cada día le quedan menos adeptos y se marchará por la puerta de atrás porque se ha equivocado de estrategia: ha cometido el gravísimo error de `encabronar¿ a media España... y a medio madridismo.

¿Una táctica? Allá él. Es imposible que una persona así se pueda ganar la admiración de la gente. Incluso diría que ni el respeto, porque quien continuamente se mete con el prójimo sin venir a cuento para justificar cualquier cosa, pierde el derecho a que se le respete a él.

Mourinho es tan gran entrenador como apasionado de su profesión, pero ya cansa. Ya no hace gracia, ya no convence. Ni al madridismo...