No es lo mismo estar fuera que estar dentro

Nuevo Camp Nou. Ya lo cantaba Alejandro Sanz. No es lo mismo... No, no lo es, por ejemplo, llevar las riendas de un club como el FC Barcelona que ver los toros desde la barrera y opinar sobre la faena del diestro desde altozano. A mí me parece extraordinario que la junta del club azulgrana plantee el reto histórico y colosal de hacer del Camp Nou un nuevo estadio. Lástima que, siendo esa propuesta de una enorme envergadura, no estuviera bien detallada y definida en el programa electoral de la candidatura de Sandro Rosell en 2010. De haber estado claramente consignada, seguramente no haría falta el referéndum que se hará en abril. Es más, algunos de sus miembros, calificaron el Proyecto Foster, liderado por Joan Laporta, de obra faraónica y delirio de grandeza. Recuerdo las palabras de Moix: "Hay que guardarlo en el cajón". Y las de Rosell: "Estamos en crisis, con cuarenta millones quedará un Camp Nou perfecto". Ya saben, una capa de pintura... Tuve la oportunidad de conocer la propuesta de Foster y de lo poco que he podido saber del plan de esta junta, he visto que hay unas enormes similitudes entre una y otra idea, principalmente arquitectónicas y técnicas. Otra cosa es la financiación. Laporta quería vender patrimonio -la zona del Mini Estadi-, y la actual directiva apuesta por otras vías de ingresos, si bien en 2008 ya se hablaba de sacarle rendimiento a las nuevos palcos vips, a la publicidad exterior gracias a la segunda piel y a la actividad comercial del Espai Barça. En el fondo, Laporta y Rosell (ahora Bartomeu, Faus, etcétera) coinciden. El Barça ha de ponerse al día si quiere competir de tú a tú con los clubs emergentes. Y para eso hacen falta más recursos. Una muestra más de que a veces no puedes ir muy lejos con tus críticas porque se vuelven en contra tuya. Sobre todo cuando te toca mandar.