directo a gol

Iniesta, veinte años de un jugador único

Andrés Iniesta, en su bodega

Andrés Iniesta, en su bodega / sport

Toni Frieros

Acaban de cumplirse veinte años de la llegada de Andrés Iniesta a La Masia. Una maravillosa historia recogida en sus memorias: “La jugada de mi vida”. Y, quizá, para celebrarlo, César Luis Menotti, que si sabe de algo es de fútbol, acaba de afirmar que el mejor jugador del mundo no es Messi ni Cristiano Ronaldo: “Es Iniesta”. Andrés no se ha hecho mediático a base de aparecer en calzoncillos luciendo abdominales. Ni le hace falta que cada día le estemos diciendo que es el más guapo, el más alto y el mejor. No luce tatuajes ni busca llamar la atención... Es un tipo tan normal, va por la vida con tanta discreción, que bien harían muchos deportistas de élite en mirarse en su espejo. En un mundo tan competitivo, tan voraz, tan necesitado de mitos, divos y juguetes rotos, Iniesta es un oasis. La palabra ego no existe para él. Ah, se me olvidaba. Encima juega a fútbol como los dioses. Cuando ya no esté le echaremos de menos. Mientras tanto, disfrutemos de él.