DIRECTO A GOL

Barça: máximo nivel de exigencia

Toni Frieros

Si alguien se pensaba que veríamos a Luis Enrique y a su cuerpo técnico con el látigo en la mano, escupiendo fuego por la boca y gritando, se equivocaban. La autoridad de un entrenador, como la de un director o un profesor, se puede conseguir por otros medios. La naturalidad, por ejemplo. El respeto de los trabajadores, de los jugadores, hacia el jefe se gana dando ejemplo y convenciendo con argumentos. Los jugadores del FC Barcelona no son tontos y saben que ha llegado un entrenador nuevo, con métodos de trabajo nuevos y con un sistema de juego nuevo.

Todos empiezan desde cero y, aunque quien más quien menos tiene un palmarés extraordinario y un prestigio reluciente, a partir de ahora esa indudable credibilidad no es pasaporte válido para vivir del pasado. Y así ha de ser. Si el FC Barcelona quiere competir con los mejores, si su objetivo es volver a conquistar títulos y, sobre todo, gozar del prestigio y de la admiración que ha tenido en el último lustro, solo cabe trabajo, trabajo y trabajo. 

La exigencia ha de ser máxima. No solamente porque todos cobran una verdadera fortuna y están obligados a ello, sobre todo porque para estar en la élite es imprescindible vivir por y para el fútbol, tener una ambición sin límites y hambre de títulos. Ese es el riesgo que se corre cuando uno es multimillonario, famoso y lo ha ganado todo. Por eso es imprescindible un entrenador como Luis Enrique. Con él solo juega quien trabaja. Se llame como se llame.