Vermaelen, Adriano y el canguelo defensivo

La defensa del Barça sigue sin inspirarme confianza. Lo siento, pero así lo pienso. Y no lo digo a raíz de la derrota frente al Manchester. Los errores puntuales son accidentes y no voy más allá. Ante el United lo que sí vimos son dos realidades muy distintas, con nombres y apellidos: la primera, la más positiva, es que Vermaelen está para jugar en el fútbol de elite. La segunda, la más negativa, es que Adriano parece ya muy lejos del vestuario del Barça. Dos hechos que obligan a tomar decisiones con carácter de urgencia, entre otros motivos, porque la defensa pasa por ser la línea más vulnerable de la plantilla en los últimos años.

Ambos jugadores sí están de examen en la gira yankee. El belga porque todavía no sabemos si tiene la regularidad necesaria para contener esas hemorragias que de vez en cuando sufre el equipo en el eje de la zaga mientras que el brasileño, con Montoya bien lejos y Douglas aún por descubrir, insiste en abrir la puerta del calcio. No me gusta. Adriano lo ha dado todo y es justo y necesario que tenga un final feliz. Si quiere irse a Italia... puertas abiertas y con todos los honores.

Dicho esto, regresemos al embrollo. Acabemos con el culebrón de Adriano y examinemos con lupa a Vermaelen. La pretemporada aún permite margen de maniobra, pero exige ser valientes en las decisiones. Los amistosos frente al Chelsea y Fiorentina deben disipar las últimas dudas.