Otra vez el Valencia... otra vez toca sufrir

El Barça 2016-17 sigue incompleto. Faltan piezas por encajar, unas de entrada y otras de salida. Quedan días por delante antes de finiquitar el mercado y desde el club azulgrana se asegura que todo está bajo control y que, finalmente, Luis Enrique tendrá más o menos la plantilla que había diseñado junto al área deportiva. A priori, motivos suficientes para esbozar una sonrisa si no fuera por dos detalles preocupantes: el primero es que la Liga ya está iniciada y el trabajo de remodelación de la plantilla no está finalizado. Los deberes no se han hecho con celeridad y eso es recriminable. El segundo punto es algo más subjetivo. Llamar a las puertas del Valencia para reforzarnos me produce ciertos escalofríos. Sea por causas deportivas, económicas o de conflictos internos, visitar los despachos valencianistas sale muy caro.

EL EJEMPLO MATHIEU. En Valencia no rigen los mismos gestores que obligaron al Barça a pagar hasta el último céntimo de la cláusula de rescisión de Mathieu. Pero el caos en el seno de la entidad sigue permanentemente instalado y el Barça tiene todos los números para pagar parte de la fiesta desmedida valencianista. No voy a valorar si Paco Alcácer es el delantero idóneo para el estilo de juego azulgrana, si lo ha pedido Luis Enrique... pues a traérselo, aunque sí advertiría la peligrosidad de negociar un traspaso con un club en plena ‘guerra civil’ y con el futbolista en cuestión como arma defensiva entre las distintas facciones. No me gusta.

La operación está cerrada y el Barça acepta pagar 30 millones más variables. Un precio razonable para un delantero internacional si no fuera que su rol parece destinado a esperar las eventualidades del tridente. Difícil papel para un futbolista joven, con detalles por pulir y ávido de los minutos necesarios para justificar una operación de esta magnitud. Se apunta a 29, 30 o incluso 31 de agosto como fecha clave para el anuncio oficial del fichaje de Alcácer. Tratándose del Valencia, hasta que no lo vea, seguiré confiando en Munir y el centro del campo.