siempre de cara

Aparcar el talento para jugar al bingo

Luis Suárez, Busquets y Neymar se lamentan durante el Sevilla-Barça

Luis Suárez, Busquets y Neymar se lamentan durante el Sevilla-Barça / sport

Tomàs Andreu

LOS ANÁLISIS con el resultado en la mano sé que resultan más fáciles. Por eso, al menos en esta ocasión, esta reflexión va más allá de la derrota en Sevilla. No quiero hacer sangre de lo visto y sufrido ayer, solo deseo constatar que en el Pizjuán ocurrió más o menos lo mismo que en Balaídos y, si me apuran, en el Camp Nou ante al Leverkusen. Resultados distintos, matices variados, pero el mismo trasfondo.

El Barça 15-16 está abocado a abrir los partidos, relajar su dominio y dar rienda suelta a un tridente llamado a sentenciarlo todo. Razonable en teoría, pero de difícil ejecución. Entre otros motivos porque semejante planteamiento exige dos premisas: solidez defensiva y eficacia rematadora. Hoy, ni lo uno ni lo otro.

La realidad es que el Celta derrotó al Barça porque fue mejor, los de Luis Enrique remontaron al Bayer en un milagro futbolístico y ayer, el Sevilla se impuso a los blaugrana porque le sonrió la fortuna. Si hacemos un cómputo global, muy poco que apelar.

Sin Messi ni Iniesta, el Barça pierde algo más que magia. Adiós al control, adiós al mando del partido y sus tiempos; bienvenidos a la ruleta, los partidos de ida y vuelta, bonitos y trepidantes... si los ganas; caóticos e hilarantes... si los pierdes. Recuperemos el mando con los recursos que tenemos, en caso contrario, al mercado. El talento por encima de todo, apostar a la ruleta o al bingo nunca se nos ha dado bien.