La Arthur Ashe mira hacia el futuro: techo retráctil en 2016

El USTA Billie Jean King National Tennis Center es, posiblemente, uno de los recintos deportivos más espectaculares de todo el circuito mundial por su enorme magnitud. Cada año sus 32 pistas albergan, entre los meses de agosto y septiembre, el US Open, cuarto y último Grand Slam de la temporada.

Su pista central, la Arthur Ashe Stadium, rinde homenaje al primer ganador masculino del US Open en la Era Open (profesional) en el año 1968. Es la más grande del planeta, con una capacidad total de 22.547 espectadores, muy por delante de los otros tres grandes: unos 14.000 en la Philippe Chatrier (Roland Garros) y la Rod Laver Arena (Australian Open) mientras la Center Court (Wimbledon) da cabida a 15.000. La construcción de esta faraónica obra tuvo un coste estimado de 254 millones de dólares y cuenta, además, con unas instalaciones de auténtico lujo: 90 suites, cinco restaurantes y dos salas de descanso para los propios tenistas solo en la pista central.

La Louis Armstrong (10.200 espectadores) y la Grandstand (6.000) completan el trío de pistas principales en Flushing Meadows. La primera será la última en ser remodelada, la segunda ha sido movida a otra zona del recinto para ver aumentada su capacidad hasta los 8.000 asientos en 2016.

Y es que el US Open se estaba quedando atrás. Necesitaba, como en Australia y Londres, un techo. Hubo debate, hubo discusión e incluso rechazo por el alto coste de las obras. Ha sido la climatología adversa en los últimos años (2010, 2011 y 2013), que obligó a prolongar un día más el torneo con el coste añadido que eso conlleva, lo que llevó a la Federación Estadounidense de Tenis (USTA) a doblegarse. Y así, la Arthur Ashe contará con su techo retráctil en 2016 y, dos años después, también la segunda pista en importancia del complejo, la Louis Armstrong (10.200 espectadores), se podrá cubrir.

Por eso este año, una espectacular estructura de acero, superpuesta al estadio, coronará la Arthur Ashe. Y es que la estructura será la que sujete el techo, cuyo peso sería excesivo para la instalación actual. En ella se instalará un nuevo sistema de luces, un nuevo sistema de sonido y cuatro nuevas pantallas de video... que contribuirán a un espectáculo de luces y sonido entre los dos partidos que habitualmente se disputan en la sesión nocturna del US Open.

El US Open tendrá techo en 2016. Pero que se vayan olvidando los y las tenistas de que se cierre cuando el calor y la humedad. Sólo la lluvia hará que el mecanismo convierta el US Open en una competición indoor. "Queremos seguir siendo un torneo al aire libre", defienden desde la organización.