La revolución de los Grand Slams

Martin Klizan - Novak Djokovic

Martin Klizan se retiró en primera ronda Novak Djokovic en Wimbledon / sport

Neus Yerro

El tenis busca ser más atractivo y dinámico. Lo primero, pensando en crear afición; lo segundo, para satisfacer a unas televisiones que pagan muchos dólares por hacerse con sus derechos.

Es por ello que la Junta de Grand Slam (compuesta por los cuatro presidentes de las federaciones anfitrionas), reunidos con el presidente de la ITF, David Haggerty, aprobó una serie de reformas que se estrenarán en el Open de Australia 2018.

CRONÓMETRO EN PISTA PARA 25” ENTRE PUNTOS

Se alinean los tiempos entre puntos y los Grand Slams, como el resto de torneos, concederán 25 segundos. Y nadie podrá pasarse. Para ello, se instalará un cronómetro en pista. Una medida que se probó en la fase previa del último US Open y que Rafa Nadal, uno de los que invierte más tiempo, cree que irá en detrimento del espectáculo. Y que ya podemos olvidarnos de partidos titánicos.

REDUCCIÓN DEL TIEMPO DE CALENTAMIENTO

A día de hoy, desde que los jugadores salen a pista hasta que empieza el partido suelen pasar entre diez y quince minutos. Se reducen a siete: uno para dirigirse a la red para el sorteo y las fotos, cinco de calentamiento y otro más para que se inicie el encuentro. Y ¡atención! Quien supere ese tiempo puede ser multado con hasta 20.000 dólares (unos 17.000 euros).

EL LESIONADO Y EL LUCKY LOSER, AL 50 POR CIENTO

Van al meollo de uno de los grandes problemas en los Grand Slams, los torneos más ‘suculentos’. En muchas ocasiones, un tenista lesionado salía a pista por el premio (que va de los 28.500 dólares de Roland Garros a los 50.000 del US Open en 2017).

Ahora, si ese jugador/a clasificado se retira antes del jueves anterior al inicio del torneo (el viernes se realiza el sorteo) se quedará con el 50% de ese premio mientras el otro 50% (en caso de derrota) sería para el ‘lucky loser’ que ocupe su plaza.  

UNA RETIRADA A TIEMPO PODRÍA SER UNA VICTORIA

Y una advertencia: a partir de ahora podrían mirarse con lupa un buen número de los partidos de primera ronda de un ‘grande’. Si se observa que un lesionado ha optado por salir a jugar o si un tenista se comporta por debajo de los estándares profesionales (lo que supondría una violación del código de conducta del tenis) se le puede sancionar por el total del ‘prize’ money que recibiría.

VUELTA A LOS 16 CABEZAS DE SERIE

En el año 2000, Alex Corretja, Albert Costa y Juan Carlos Ferrero boicotearon Wimbledon porque, pese a figurar entre los 16 primeros del ranking, quedaron fuera de la lista de cabezas de serie. Algo más de un año después, en el US Open, se instauraron 32 cabezas de serie en lugar de los 16 que había hasta entonces. Eso facilitaba, a priori, que las principales raquetas no tuvieran grandes complicaciones en la primera semana.

Pero en 2019, se regresa a los orígenes: de nuevo 16 cabezas de serie, con posibles duelos espectaculares ya en primera ronda. Un ejemplo: si se aplicara ya en enero Rafa Nadal podría debutar en Australia contra John Isner, actual número 17 del mundo.