Nadal, obligado a jugar en la Davis para poder ir a los Juegos de Río

El 20 de julio de 2012 Rafa Nadal se marcó una cita con rojo: los Juegos Olímpicos de Río 2016. Acababa de renunciar a los de Londres en el que calificó como “uno de los días más tristes de mi carrera” y es que en la capital británica iba a cumplir un sueño: ser abanderado de la delegación española. Ésa es una motivación, por si competir en unos Juegos no fuera suficiente, para no querer faltar en Río... aunque por el momento no cumple con los requisitos necesarios para ser elegible para la próxima cita olímpica.

La Federación Internacional (ITF) rige las directrices de los Grand Slams, los Juegos Olímpicos y la Copa Davis. Y usa la máxima competición por equipos (también en categoría femenina, la Fed Cup) como moneda de cambio: ¿quieres ir a los Juegos?... pues tienes que disputar en el ciclo olímpico (los cuatro años que separan a unos JJ.OO. de los siguientes) un mínimo de tres eliminatorias de Copa Davis (o Copa Federación), una de ellas, en el año anterior o el mismo año olímpico.

Tomando la experiencia de participaciones anteriores, con el calendario tan cargado, Nadal prefiere no ‘ahogarse’ en año olímpico con el compromiso de la Davis. Por eso todo hace pensar que, salvo imprevistos en forma de lesiones como ha sucedido este 2014, Rafa va a estar presente en las dos eliminatorias que devolverían al tenis español a la primera línea mundial. Las necesita porque desde que se ganara la última Ensaladera de Plata en 2011 en Sevilla, el tenista de Manacor sólo ha podido acudir en una ocasión a la llamada del capitán, en la eliminatoria por la permanencia en 2013, en la que el capitán, incluso, era otro, Álex Corretja. Aunque podría pedir una invitación, éstas suelen estar destinadas a países con ninguna representación o a causas mayores como una lesión larga. Y con el ‘buen rollo’ que mantiene con la ITF por sus diferencias en cuanto al formato de la Davis... más vale no dar la opción de poder negarle lo que más desea.

Con su amigo Carlos Moyà no ha podido competir y dependerá de si ‘Charly’ sigue en el puesto o no –firmó por un año–, que coincidan. El mallorquín asumió el cargo sintiendo que era “un plus dirigir a amigos y compañeros con los que conviví tanto” y asegurando que “siempre he sido alguien a quien le gusta evitar los conflictos para buscar un objetivo común”. El objetivo común para 2015 sólo puede ser conseguir el regreso al Grupo Mundial.