Ferrer pone fin a la carrera de Hewitt... y a una era en Australia

Hay partidos que cualquier amante del tenis no debería perderse. Como el duelo entre David Ferrer y Lleyton Hewitt en la segunda ronda del Open de Australia 2016.

Victoria del tenista de Xàbia por 6-2, 6-4 y 6-4 en dos horas y 33 minutos con la que pone fin a la carrera de la leyenda 'aussie' y también cierra una era: 20 ediciones consecutivas, un auténtico récord en el primer Grand Slam de la temporada.

Hewitt se ha dejado hasta su último aliento. Pero ya no está para dar el golpe ante uno de los jugadores más sólidos del circuito. Lo sabía Lleyton que nos ha regalado junto a Ferrer, dos espíritus innatos de combate, juegos de más de 15 minutos y carreras interminables en la Rod Laver Arena. También alguno de esos restos increíbles o esos ángulos imposibles que dejan sin respuesta al rival. Sin embargo, pocas opciones ha ofrecido un David que ha sido generoso hasta la médula: "no es mi noche, es la de Lleyton".

"Ha sido un partido duro, luchado hasta el último punto. Es un honor estar aquí", ha admitido 'Ferru', quien hace siete años le pidió una camiseta a Hewitt, "la única que tengo de un tenista y está en mi pequeño museo, en casa, porque es un ídolo para mí, un espejo, un jugador fabuloso". Volvió a pedirle la camiseta. La última. 

"Me siento afortundao de haber acabado mi carrera en esta pista, el escenario perfecto, enfrente de todos vosotros. Me siento honrado por haber tenido todo este apoyo y este cariño. Para mí, jugar por Australia ha sido lo más importante", ha asegurado un Hewitt que se ha mantenido en activo hasta los 34 años porque "mis hijos me obligaron a seguir para poder verme jugar". 

"He dado todo lo que tenía, no me he dejado nada en el vestuario, como he hecho durante toda mi carrera. Estoy orgulloso de ello", asevera minutos antes de que sus tres hijos, Mia, Cruz y Ava, le acompañen en pista. Antes, el homenaje de otros 'grandes' del presente... y futuro: vídeo con Roger Federer, Rafa Nadal, Andy Murray y Nick Kyrgios rindiendo tributo al próximo capitán australiano de Copa Davis.

Hewitt cuelga la raqueta. Su contribución al deporte de la raqueta: su pasión en pista y su mentalidad. El 'nunca te rindas', esa voluntad de hierro pese a no medir dos metros ni ser un 'cachas', ha sido un ejemplo a seguir.

En sus comienzos fue un jugador odiado. Para muchos, odioso. Nunca fue un 'gentleman', como el hombre que le desbancó y marcó el inicio de su declive, Roger Federer. Pero hoy despedimos a una leyenda: dos títulos de Grand Slam, campeón de la Copa Davis, 'maestro' y ex número uno del mundo.