TENIS - DOHA 2016

Djokovic, intratable, se queda con el título en Doha

Impresionante. Sin palabras. Novak Djokovic sigue a un nivel estratosférico. ¿Se puede jugar mejor? Es poco probable. El número uno mundial sumó el título número 60 de su carrera noqueando a Rafa Nadal: 6-1 y 6-2 en una hora y 13 minutos

Novak Djokovic, campeón en Doha. El número uno se muestra intratable

Novak Djokovic, campeón en Doha. El número uno se muestra intratable / AFP

"Me he enfrentado a un jugador que está a un nivel que nadie puede imaginar", admite Rafa Nadal. Acaba de ser víctima del monólogo de Novak Djokovic en la final del torneo de Doha: 6-1 y 6-2 en una hora y 13 minutos.

Nadal había dado muestras de recuperación. Pero llegó Djokovic. Y el mazazo ha sido importante. Porque el número uno está intratable, a un nivel estratosférico. Novak había ido resolviendo con solvencia sus partidos pero no había mostrado el juego que ha exhibido en esta final.

Aunque digan que la perfección no existe, su juego ha sido perfecto: 30 golpes ganadores (por sólo 9 de Rafa, empatados en cuanto a errores, 13); logrando 10 de 12 puntos en la red, ganando el 75 por ciento de puntos con primer saque (48% de Nadal) y el 73 por ciento con segundo (por 44). Demasiada diferencia.

Novak ha puesto la bola dónde y como ha querido.. Ha hecho correr a Nadal lo indecible (algo en lo que está trabajando el balear), no ha dado un respiro. No quería. Al contrario. Está echando mano de su altísima confianza para seguir poniendo tierra de por medio con sus rivales. Un serio aviso al vestuario con vistas al Open de Australia, próximo objetivo del serbio.

Djokovic ya domina sus duelos con Nadal (24-23). Y lo que es más significativo: le ha ganado 11 sets del tirón a uno de los jugadores más luchadores y competitivos del circuito. A su mayor rival.

Son 60 las coronas que adornan ya el palmarés de Novak, iguala en ese apartado a Andre Agassi. Desde 2011 ha ganado más títulos en pista dura (32) que derrotas ha sufrido en esa superficie (26). Sus cifras asustan.  Y él es consciente de ello. Por eso no quiere quitar el pie del acelerador.