Dos títulos y su primera final de Grand Slam

David Ferrer alcanza el top3 mundial

A sus 31 años, el tenista valenciano alcanza por primera vez una de las tres primeras posiciones del ránking mundial tras dos nuevos títulos, otra final de Masters 1.000 y su primera final de Grand Slam en 2013

David Boti

En una década dominada por Roger Federer, Rafa Nadal, Novak Djokovic y Andy Murray es, prácticamente, imposible hacerse un hueco en busca de la gloria de este deporte. Solo al alcance de muy pocos. Y uno de ellos es, como no podía ser de otra forma, David Ferrer. El tenista de Jávea consiguió alcanzar este lunes el top3 mundial por primera vez desde que iniciara su carrera en el año 2000.

Tras culminar un 2012 de ensueño levantando su primer Masters 1.000 en París-Bercy, el tenista valenciano comenzó el 2012 con una semifinal en Doha y el título en Auckland contra Philipp Kohlsreichber (7-6, 6-1). Llegó entonces el primer Grand Slam de la temporada, en Melbourne, y el valenciano alcanzó unas muy meritorias semifinales dejando entrever el salto cualitativo de su tenis. Otra vez más. Tras el mes de enero, Ferrer se pasó a la tierra batida sudamericana y levantó su segundo título de la temporada en Buenos Aires contra Stanislas Wawrinka (6-4, 3-6, 6-1). La siguiente semana cedería en la final de Acapulco ante Rafa Nadal (0-6, 2-6).

En el primer Masters 1.000 de la temporada en Indian Wells, 'Ferru' cedería de forma prematura en segunda ronda y, dos semanas después, en el Masters 1.000 de Miami, Ferrer alcanzaría un nuevo hito: su segunda final de esta categoría. Fue ante el británico Andy Murray en un agónico encuentro que se decidió en la manga definitiva a la que Ferrer llegó acalambrado al tramo final del encuentro (2-6, 6-4, 6-7(1)).

Tras esta dolorosa derrota, en la que rozó el título con una pelota de partido a su favor, Ferrer bajó la intensidad en el inicio de la temporada de tierra batida europea. Sus resultados no fueron demasiado fructíferos en las tres primeras citas de su calendario -segunda ronda en Barcelona y cuartos de final en Madrid y Roma- y tuvo que llegar Roland Garros, segundo "grande" del año para que Ferrer cimentara las bases para asaltar el top3 mundial. No sorprendió a nadie su juego, su perseverancia y su actitud durante las tres semanas de torneo. La combinación de estos factores le llevó de cabeza a su primera final de Grand Slam sobre el polvo de ladrillo parisino sin ceder una sola manga. Otra nueva hazaña del intangible e incansable Ferrer. En la final, se volvió a encontrar con Rafa Nadal y el guion siguió según lo esperado. El balear arrasó en la final (3-6, 2-6, 3-6). Eso sí, le concedió por enésima vez, la cuarta posición del ránking que, tras los cuartos de final logrados en Wimbledon y las prematuras caídas de Rafa Nadal y Roger Federer, le bastarían para plantarse entre las tres mejores raquetas del planeta.

Dos títulos en su vitrina (Auckland y Buenos Aires), una nueva final de Masters 1.000 (Miami) , su primera final de Grand Slam (Roland Garros) y nuevo número tres del mundo. Todo esto, compartiendo escenario con el 'Big Four' más grande de la historia del tenis. Casi nada. Lo de David Ferrer tiene mucho mérito y su enésima hazaña merece todo el reconomiento de la prensa deportiva y generalista. Sin duda.